Historial del C.D. Baza

Segundo renacer del fútbol: las Promesas

Artículo de Juan Campoy Leal, uno de los fundadores de este equipo, en exclusiva para nuestra web

El At. Bastetano había acabado su vida deportiva y Baza estaba de nuevo sin fútbol. Llegamos así a los años 59-60 cuando, otra vez, un grupo de amigos nos juntamos y, hablando y hablando de fútbol, propusimos hacer un equipo que había de nacer de estas ganas de un grupo de jóvenes aficionados que, de momento no tenían más que ganas de hacer algo en este sentido, pero que no pasaban de ahí. El revulsivo a esta situación fue cuando nos pusimos en contacto con un buen amigo, Gabriel Belmonte, más conocido como el Niño de Purchena, a quien gustó la idea y del que recibimos una respuesta en el sentido de que él se hacía cargo del equipo, pero como entrenador.
 

Esta circunstancia despertó nuevos bríos en nosotros y nos llevó a hablar con otros chicos de nuestra edad, para lo que nos juntábamos cada noche en una panadería, donde hablábamos de quienes iban a jugar, el nombre que se le iba a poner al equipo y cosas por el estilo. En cuanto al nombre, hubo muchas opiniones pero, al final, todos coincidíamos en lo que suponía este nuevo proyecto que prometía un buen futuro y no sólo para el equipo, sino para el fútbol de nuestra ciudad, así que el acuerdo final fue que nuestro nombre sería el de las Promesas.

Ni que decir tiene que la equipación nos la tuvimos que comprar nosotros y que el acuerdo al que llegamos incluía los mismos colores de siempre en la historia del Baza, pero este vez la camiseta era roja con una sola franja blanca, en sentido horizontal y en la parte delantera, mientras que el pantalón era azul y las medias rojas con la vuelta azul.

 

Aparecieron las Promesas y, como ocurre con otras muchas cosas en los pueblos, comenzaron a aparecer otros equipos como el Santiago, que daba nombre a la placeta del mismo nombre; Rabalía, de chavales de aquel barrio y otros como los de la cruz Verde, las Cuevas,... a los que se acabó añadiendo otra más y, además, que nadie esperaba: los Veteranos, un conjunto formado por ex-jugadores del At. Bastetano tales como Paco Carayol, Chapique, el Gomas, Manzano, Jaulas, Torraos, Maestra... y un buen señor llamado Fuentes, todos ellos en buena forma física, aspecto este que añadían a sus conocimientos futbolísticos y a su experiencia de personas bregadas en esto del fútbol.

 

Con tanto equipo, al final se pudo organizar un campeonato en el que nuestro joven equipo despertó otra vez la pasión en muchos de los aficionados que acudían a ver los partidos. Nuestra juventud estaba ligada también a una buena idea de lo que debía ser el fútbol y, con la ayuda de nuestro entrenador, fueron muchas las victorias conseguidas, aunque todo ello no nos sirvió para la victoria final en este campeonato, en el que la final fue un enfrentamiento entre las Promesas y los Veteranos que acabó con la victoria de estos últimos, por un gol a cero, tanto marcado precisamente por ese buen señor llamado Fuentes, que había sido jugador y entrenador del At. Bastetano y antes había jugado en el F.C. Barcelona y el Real Jaén. De todas formas, para nosotros fue inolvidable el haber llegado a jugar un partido así siendo, como éramos, tan jóvenes.

Y como no, esa juventud nos hizo seguir adelante, como sub-campeones de la Liga, deseosos de disfrutar de este deporte y con una mejora evidente en nuestro juego, lo que nos llevó a la victoria en el trofeo que organizó después la Peña Madridista, como si se tratase del torneo de Copa.

 
Esta vez sí, la victoria fue nuestra, por 2-1, en la final jugada contra el Betis Cruz Verde,con el equipo que aparece en esta imagen, formado por Bocanegra, Foncho, Arriaga, Díaz, Edu, Campoy, Estren, Chino, Oliver, Puche y Pepitllo, equipo en el que también jugaban otros chavales como Chacón, Vílchez, Requena, Pepe, Enrique, Lentejo ... y otros muchos, con los que íbamos a jugar a todos los campos de los pueblos de los alrededores: Serón, Tíjola, Cúllar, Huéscar, Cuevas del Campo, Albox, Vera, Cuevas del Almanzora... fueron algunos de los lugares hasta donde nos transportaba el inolvidable Morenate, quien siempre era capaz de acomodar a todo el equipo en un solo vehículo.
 

Sin embargo, no corrían buenos tiempos y era la época de la gran sangría migratoria en nuestra ciudad, cuestión esta que había de llegar también a nuestro equipo que vio como, unos por estudios y otros por trabajo, sus jugadores empezaron a marchar a Cataluña, Suiza, Águilas.., lo que supuso el final del equipo, pero visto con la satisfacción de todo lo que las Promesas supuso en el deporte de nuestra ciudad y la huella que dejamos como equipo, equipo por el que yo daría lo que fuese por volver a reunir, con la ilusión de volvernos a ver todos y poderlo celebrar.

Un abrazo para todos de vuestro amigo,

Juan Campoy