Documento 6/11 - 30 de Enero de 2011

Algunas notas con respecto al artículo de la asociación "Baza Histórica" sobre las esculturas de personajes relevantes.

Autor: Antonio José Jaenada, Lic. y DEA Bellas Artes / Lic. Historia del Arte


Hace unos días quedé gratamente sorprendido por el interés que una asociación de fuerte calado cultural como es Baza Histórica demostró por el embellecimiento de la trama urbana de Baza que la corporación municipal ha puesto, al parecer, en marcha con el muy plausible objetivo de completar la reforma paisajística de nuestra ciudad, caso largo tiempo ignorado por todas las autoridades. Es obvio que comparto el principio de su petición, como de seguro el resto de los bastetanos.

No obstante quisiera hacer algún comentario al detalle de sus prescripciones que, a mi parecer de profesional de las bellas artes y los estudios histórico artísticos amén de vecino como tantos otros preocupado por el buen uso que se haga de nuestros esfuerzos económicos, limitan en gran medida cualquier renta social y económica que se pueda extraer de los mismos. Considero que hay que "andar con pies de plomo" a la hora de proceder y servirse de profesionales que objetivamente perfeccionen la selección de puntos urbanos de interés así como definan qué intervención se ha de realizar en cada uno de esos puntos, llamésmoslos "paisajísticamente calientes".

1. En torno a la selección de los motivos que se pueda hacer es evidentemente de recibo el agradecer a esta asociación la recuperación que, como otras entidades culturales de la localidad, han hecho de la memoria de los antepasados más ilustres de Baza. Pero, la interpretación que se puede dar de esta prescripción es más bien una interpretación encorsetada de lo que supone la tecnología artística. Restringir, a veces, los lenguajes artísticos a una sencilla implantación de un personaje determinado no garantiza el éxito en los muchos campos a que debe obedecer una intervención: la manipulación clásica de una escultura no es más que una solución fácil a un compromiso que va más allá de lo meramente bonito: necesitamos paisaje, necesitamos que nuestras intervenciones obedezcan también a patrones como el rédito turístico, la información rápida y efectiva a los viandantes, y el embellecimiento del paisaje inmediato. Por sí sola una figura no es más que una anécdota; una intervención más allá del mero modelado de un taller supone la adecuación al espectro cromático así como a sus medidas espaciales, líneas y volúmenes, amén de los lazos históricos inmediatos que cubre el entorno, y por lo tanto la puesta en valor de la zona al completo (para que no suceda precisamente lo que con el repertorio anecdótico de la avenida de la constitución de Granada).

2. Por extraño que parezca, la presencia de un simple personaje hacia el que la población no tiene empatía ninguna (y es una realidad que no tendremos empatía ninguna con la mayoría de los personajes históricos), digamos lazos afectivos, en un lugar inadecuado es un error enorme en el que no se debe incurrir. Hace falta antes de nada proceder a un estudio de los flujos poblacionales que transitan en la zona y, esto es muy importante, en qué modo lo hacen. Sirva de ejemplo: la figura de Al-Qalasadi en uno de los accesos a Baza es sencillamente un estorbo visual que no ayuda a referenciar la situación urbana del viandante, una anécdota como decía antes que caería en el uso absurdo de nuestro dinero. Un proyecto de tal calibre debe contar con la prudencia adecuada y el asesoramiento especializado, atendiendo a toda una multitud de factores que garanticen el éxito y la satisfacción de la población que va a disfrutar de la dicha intervención, sea local o foránea.

3. Aunque el material broncíneo es un elemento que suele garantizar la belleza de las soluciones es obvio que no todo tiene que estar realizado en los llamados materiales nobles: sencillamente, más de cien años de historia inmediata del arte nos demuestran que la selección del material lo decide el terreno, el entorno en que se va a trabajar. O lo que es lo mismo: sería del todo irresponsable servirse de mármol en mitad del desierto y de arena en mitad de Macael.

4. Quizás sea un dolor para mí la lectura del tercer punto, evidentemente por lo que a mí atañe. Amén de que el asesoramiento artístico no se limita a la visita de un bonito taller de escultor, eso ya lo hemos dejado claro, en la capital de la provincia, es una ofensa muy habitual en todas las localidades el ignorar a la cantidad de profesionales muy bien preparados que cada año devuelve la universidad a su casa, a su tierra. Entusiasmarse por la fama de un escultor de la capital corre el riesgo de tirar el dinero invertido a una zona que para nada devolverá ningún rédito económico a Baza.

Todas estas puntualizaciones han de servir para la construcción adecuada de nuestro paisaje urbano, de nuestra casa. Trabajando en esta línea conseguiremos solucionar el abandonadísimo aspecto de nuestra ciudad, pero, más aún, permitiendo la profesionalización de los procedimientos conseguiremos a un mismo tiempo el éxito inmediato de nuestras decisiones y, a posteriori, la mayor competitividad de nuestros profesionales en otros mercados. Una mayor exigencia por la excelencia de nuestro trabajo redundará sin posibilidad de fracaso en un mayor éxito en la economía del siglo XXI.

Con el mejor ánimo y a vuestra entera disposición