Documento 59/11 - 27 de noviembre de 2011HOY, DOMINGO 27, HEMOS COMENZADO EL PRIMER DOMINGO DE ADVIENTOAutor: José Antonio Martínez Ramírez. Párroco del Santo Ángel. |
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¿Y porqué de nuevo el tiempo de adviento?, No nos sabemos ya de sobra lo que este tiempo significa, nos es repetir siempre lo mismo. Estamos habituados al término «adviento»; sabemos qué significa; pero precisamente por el hecho de estar tan familiarizados con él, quizá no llegamos a captar toda la riqueza que encierra este concepto y más allá, el contenido que tiene dentro de la liturgia, y sobre todo dentro de nuestra vida... |
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De manera que viene para la humanidad, para el hombre y mujer de rostros y realidades concretas, viene a ti, a tu vida, a tus situaciones, a reconciliarte, viene para la persona humana a renovar la relación personal con él, viene para la persona desolada, herida, pobre, abandonada, discriminada, para la víctima. Viene para la persona a restaurar su dignidad herida por el pecado, la injusticia, a infundir un espíritu nuevo tocando los corazones de piedra, convirtiéndolos en corazón de carne (Ez 11, 19). Viene para su iglesia, a reencontrarse con ella. Viene para quienes no lo conocen a revelarles su rostro amoroso. Y también viene a esta vuestra comunidad, a vuestra realidad de cada día, para que seamos mejores, más humanos. Por lo tanto vamos a ir preparando nuestro corazón para su venida. Y no quiero terminar sin ir dándoos una pautas, unos consejos para ir viviendo Domingo a Domingo el Adviento. Este es el del primer domingo. El Evangelio nos hablaba de Vigilar. ¿Que es vigilar? Vigilar es escuchar lo que el corazón te dicta, los movimientos que ves en el. Vigilar es percibir que hay cosas que antes no te decían nada y ahora les das importancia. Vigilar es descubrir que tu corazón está vivo y te sugiere acciones nuevas y te hace descubrir nuevos valores. Vigilar es cuidar el corazón, porque es el altavoz de Dios, al que escuchas cuando todo está en silencio y en reposo. A nosotros los cristianos no nos dicen a la hora que es la oración, o la necesidad de alabar el nombre de Dios. Jesús nos dice que es en el corazón, donde tenemos que hacer todas estas cosas, vigilar. |
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