Documento 21/12- 18 de abril de 2012

EL FERROCARRIL ENTRE ANDALUCÍA ORIENTAL Y EL LEVANTE

Autor: Manuel Jaramillo Cervilla. Catedrático de Historia. Miembro fundador del Centro de Estudios “Pedro Suárez” de Guadix y  Vicepresidente de la Asociación de Escritores del Altiplano de Granada


Conviene reponer la conexión ferroviaria entre las tierras de la Andalucía Oriental y las del Levante español. De forma equivocada, el 31 de diciembre de 1984, el gobierno de Felipe González decidió su supresión,  basándose en la deficitaria productividad de la línea y en lo innecesario de la misma por cuanto que sus funciones podrían ser asumidas por la autovía que se proyectaba trazar como eje vertebrador de Andalucía –la Autovía del  92- , que enlazaría las tierras del noreste de las provincias de Granada y Almería con las tierras de Murcia, esto es, las altiplanicies granadinas de Guadix y Baza, y los pueblos almerienses del valle del río Almanzora y de la comarca de los Vélez, con las poblaciones murcianas de Puerto Lumbreras y Lorca.
Para justificar la medida y acallar las protestas de la población, se propaló la idea de que, con dicha autovía, se potenciarían las flotas de camiones de la zona –especialmente la de Albox-, capaces de realizar, con mayor eficacia que el tren, el transporte de mercancías, por cuanto que éste lo venía realizando de forma un tanto irregular, entre otras razones, por la apreciable lejanía de las estaciones ferroviarias respecto a las poblaciones, problema este último que quedaría solucionado por la capacidad del camión de realizar un transporte de puerta a puerta.

Las expectativas que el trazado de la Autovía del 92 había despertado no se cumplieron y pronto se echó de menos el servicio que el antiguo ferrocarril prestaba, sobre todo, en el transporte de mercancías semipesadas, como son, por ejemplo, los mármoles de los que es tan rica la zona del Valle Almanzora (Macael), grabas de canteras, troncos de árboles y transporte de cereales. Se cayó en la cuenta, entonces, en lo mucho que se había perdido con la supresión del ferrocarril y la traición realizada a los muchos esfuerzos que las generaciones pasadas, de los siglos XIX y XX, habían realizado  en pos de la instalación de la línea ferroviaria suprimida.

La anulación del ferrocarril Guadix-Baza-Lorca en 1984 fue una medida nefasta, porque condenó a estas comarcas al aislamiento y fomentó el subdesarrollo de las mismas, al impedir el establecimiento de industrias o dinamizar sus riquezas agro-ganaderas o de mármoles y mineras.
Amén de perder la posibilidad de disponer, para el transporte de viajeros, trenes de amplio recorrido, como era el tren-correo Granada-Alicante-Barcelona o el avance que supuso el TER (Tren Español Rápido), automotor diésel que hizo el servicio diario de Granada-Valencia desde 1965. Pero mucho más nefasto será su exclusión del Proyecto del Corredor Ferroviario, porque quedarán marginadas de los grandes circuitos de las comunicaciones y a continuar “in aeterno” siendo lo que peyorativamente se ha venido en llamar la “España desconocida”.
No resulta comprensible que Andalucía quede sin comunicación ferroviaria con las vecinas comunidades del Levante, Murcia y Valencia, las más ricas de todas las que le son fronterizas. La restitución de su nexo favorecería, en primer lugar, a las comarcas vecinas del Valle del Almanzora, los Vélez y el Altiplano de Granada, y la capital de todas ellas, la ciudad de Baza. Recobraría ésta su estación ferroviaria y se favorecería de los estímulos económicos y culturales provenientes del Levante. También saldrían beneficiadas las ciudades de Guadix y de Granada e, incluso las tierras jiennenses de Pozo Alcón y Quesada, cercanas a Baza.

Por el contrario, la exclusión de Baza como jalón del Proyecto del Corredor  Mediterráneo, supondría su aislamiento y la exclusión de las grandes rutas geopolíticas.

Ya los romanos, cuyo pragmatismo es incuestionable, vieron la conveniencia de este trazado al hacer discurrir por la costa las calzadas de la Vía Augusta –o Hercúlea- desde Barcino (Barcelona) a Cartago Nova (Cartagena), donde continuaría por el interior inmediato (Campus Espartarius) hasta llegar a Basti (Baza) con un ramal a Acci (Guadix), para a continuación dirigirse, siguiendo los valles de los ríos Guadiana Menor y Guadalquivir, hasta Hispalis (Sevilla). A 2000 años de distancia, sigamos su ejemplo.