POR LA ALAMEDA

Una sección de Lola Fernández Burgos
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DE RULE POR EL ALTIPLANO - 2

Qué tiempo más estupendo ha hecho este fin de semana. La naturaleza está esplendorosa con este otoño de sol y buen tiempo. La tierra, gozosa por las lluvias tan bien caídas estos días pasados. Las transformaciones de la flora llenan de cálidos colores en tonos ocres y amarillos el paisaje. No puedo dejar pasar la oportunidad de darme otro rule por el altiplano granadino, con sus mil metros de altitud de media, y su punto más bajo a más de seiscientos, justo al nivel de las aguas del Negratín. Esta enorme cuenca esteparia de paisajes únicos y singulares está rodeada de preciosas sierras como las de Baza, Castril, Orce y la Sagra; además de las de Filabres, María, Las Estancias, y las de Cazorla y Segura.

Altiplano: lugar alto y llano. La Hoya de Baza cumple todos los requisitos, y tiene su punto más alto en la cumbre de La Sagra, que si dejas a un lado Sierra Nevada, es el lugar en donde te encuentras más cerca del cielo en toda Andalucía. Así que ese va a ser mi destino en este recorrido a través de la belleza de mi tierra. Empezaré por dirigirme a Huéscar por el camino más cómodo y rápido, a través de Cúllar, pensando en volverme por Castillejar y Benamaurel, que aunque tiene una carretera mala, te lleva por un alucinante paisaje semidesierto en el que parece que en cualquier momento te vas a encontrar alguna bestia salvaje de la estepa africana.

Resisto la tentación de dirigirme a Orce o a Galera  y lo dejo para otra ocasión. Hoy toca llegar a Huéscar y enfilar el camino de la Sagra, con un buen número de kilómetros con los cipreses a ambos lados de la carretera. Madre mía, qué belleza dispersa allá por donde mires. Cada vez que me adentro por estas rutas de maravillosa naturaleza, me siento una privilegiada por poder vivir en el lugar que amo.

Conforme avanzo, un rico paisaje mediterráneo, rico en agua y pinos, va cambiando la impronta salvaje y desértica que llevaba en las retinas. Las fuentes de agua de alta montaña me sirven como excusa para comentar con mis acompañantes lo mucho que me emociona pasar por La Piedra de los Letreros, con sus pinturas rupestres. Las rocas y el verde, cuajadito de matices otoñales, me invitaron hace mucho ya a dejar el coche y caminar sin prisas. Pasear los bellos caminos serranos de la Sagra, con su perfil como guía perfecta.

Antes de regresar sobre mis pasos, nada mejor que acercarme a la Ermita de las Santas, Alodía y Nunilón, cuyo culto se trajeron desde el Monasterio de Leyre los navarros allá por el siglo XVI, en tiempos de la Reconquista. Precioso entorno natural para las Patronas de Huéscar y La Puebla de Don Fadrique, las Santas Mártires del Monte, que viven casi todo el año allí.

Para un día ya está bien. Sólo me resta acercarme a la vuelta hasta el Canal de San Clemente y detenerme un rato junto a las magníficas secuoyas del camino. Con los ojos llenitos de serrano fulgor, ya sólo dejarme enamorar un ratito más por los frágiles badlands mientras regreso a mi Baza querida, de inigualable entorno natural.