POR LA ALAMEDA

Una sección de Lola Fernández Burgos
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DE ÁNGELES Y DEMONIOS

 

'Summa Daemoniaca' es el tratado sobre demonología que uno de los cinco religiosos de la Iglesia católica española expertos en exorcismo edita en nuestro país. El padre Fortea, exorcista de oficio, nos relata en su obra sus experiencias y relaciones con Satán y el resto de demonios. Parece ser que este cura está al día en lo relativo a posesiones demoníacas y no es raro para él pasarse horas de conversación con el mismísimo diablo.

Por otra parte, la Conferencia Episcopal culpa a los medios de comunicación de la falta de fe en la sociedad actual y de su progresiva secularización. La Iglesia no se cuestiona su propio papel ni su posible influencia en la evidente escasez de valores y de principios éticos de hoy en día. Lejos de reflexionar y hacer una necesaria autocrítica, más allá de ir incluso en contra de realidades como la educación para la ciudadanía, que no busca sino la recuperación de unos valores perdidos, acusa sin más a los medios de comunicación. Un nuevo demonio. Habrá que enviar al padre Fortea a exorcizarlos.

Ángeles y demonios. Cielo, infierno, purgatorio, y el ya desterrado limbo. Conceptos que a mucha gente joven les suena a un mundo desconocido. Mientras, algunos creen que es preciso evangelizar; o sea, enseñar la doctrina cristiana, su fe y sus virtudes. Y otros creen que basta con educar, lo cual ya es todo un propósito de años. Dejando aparte si se hace acompañado de religión o sin ella, lo esencial es enseñar a caminar por esta vida, complicada de por sí.

De todos modos, podemos cuestionarnos si merece la pena trazar caminos. Tal vez sea mucho más útil proporcionar las herramientas esenciales para vivir con bienestar físico y psíquico, sin enseñar ningún “oficio” en particular. Que cada cual elija su vocación y haga con dichos útiles lo que más le plazca. Bastante carga de determinismo nos encontramos al nacer, como para encima añadir sentidos y direcciones ya dadas.

Ha cambiado tanto esta sociedad en tan pocos años, que no sé si tienen mucho sentido las fórmulas de hace más de veinte siglos; sean religiosas, sean científicas. Aunque desde el neolítico poco salto cualitativo hayamos protagonizado, la humanidad se mueve en unos parámetros tan distintos…Pero si en algo seguimos coincidiendo con nuestros congéneres es en nuestro desvalimiento. Desamparados, nos aferramos a explicaciones o promesas que nos ayuden a sobrellevar el conocimiento de nuestra mortalidad.

Cuando niños, somos capaces de superar el miedo a la oscuridad en el convencimiento de que nuestro ángel de la guarda nos protegerá. Y de mayores descubrimos que los demonios y demás espíritus malignos no están en ningún infierno, que acechan escondidos por doquier y adoptando múltiples formas. La vida nos enseña a detectarlos y evitarlos, en la búsqueda incansable de un poco de tranquilidad y de paz espiritual. Pero desde ahora ya sabemos, si tuviéramos más dificultades de las necesarias, nos bastaría con el nuevo manual de exorcismo del padre Fortea. Ponga una 'Summa Daemoniaca' en su vida y échese a descansar.