POR LA ALAMEDA

Una sección de Lola Fernández Burgos
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MUJERES VALIENTES

Más allá de que haya imbéciles que identifiquen el feminismo con el revanchismo de género o el resentimiento femenino, lo cierto es que la lucha por la igualdad de derechos no ha perdido un ápice de su vigencia. Totalmente justificado, por desgracia, que exista un día, el 25 de noviembre, dedicado mundialmente contra el maltrato hacia la mujer. La violencia machista anula a las mujeres, que tantas veces se ven obligadas a callar. Y en el peor de los casos las mata, generalmente porque se niegan a seguir calladas.

El feminismo no es una lucha entre hombres y mujeres. Nunca me cansaré de decirlo. Ambos géneros son diferentes y no tienen por qué enfrentarse, eso está claro. Cuando una mujer quiere sus derechos no es a costa de negárselos a los hombres. Pero ningún machista tiene por qué violentar el libre ejercicio de dichos derechos. Una mujer no es más que un hombre, ni tiene ningún interés en ello. Pero tampoco es menos, por mucho que así lo vean los millones de machistas violentos que en todas las partes del mundo asesinan a las mujeres, cuando en su dinámica habitual de violencia doméstica y cobarde (por escondida) se les va la mano, o los pies, y se quedan sin nadie a quien maltratar, hasta que encuentran a otra desdichada con quien cebarse.

Un hombre no es menos, ni más, que una mujer. Pero un machista violento que maltrata, cuando no mata, es peor que cualquier bestia salvaje. El más repugnante bicho del mundo animal. No se puede culpar a las mujeres que tienen miedo. Es fácil desvirtuar la lógica del pensamiento cuando vives bajo el imperio del terror. Tan malo es pegar como mirar amenazante a quien de inmediato cambia de conducta para que la mirada no vaya a más, para que la amenaza no se convierta en maltrato que deja de ser psíquico para ser físico. Ambos son horribles y dejan marcadas a las mujeres, aunque los golpes que atacan al alma y no dejan huella son más difíciles de detectar. No hay gafas oscuras con las que disimular que un hombre machista te ha anulado como persona y te ha robado el aire que a ti te falta para sentirse él bien. Tú te ahogas y él expande sus dominios a costa de los espacios a los que tú renuncias.

Muchas mujeres sin miedo “descansan” ya en sus tumbas. Otras han tenido que huir y viven escondidas, como si fueran ellas las culpables del maltrato machista al que la sociedad no parece saber poner freno, a juzgar por las cifras de esta lacra de todos los tiempos. Porque no es nada nuevo. Por mucho que los mismos imbéciles que hablan de revancha o de resentimiento quieran, además, echarles la culpa a las mujeres de hoy en día. Algunos que pretenden tener gracia siguen diciendo eso de “qué le habrá hecho al pobre hombre que la ha tenido que matar”…Son tan asquerosos como quienes repiten entre bromas “más quisiera esa que la violaran”…Lo más triste es que en ocasiones son mujeres a las que se les supone inteligentes y libres las que entran en ese peligroso juego de insultar a las mujeres víctimas, que no han tenido su suerte.

Un año más, con muchas muertas más y aún muchísimas más maltratadas, la necesidad otra vez de dedicar un día contra el maltrato a las mujeres. Qué más quisiéramos que no tener que volver a hablar de él ni de las causas de esta lucha en la que cualquier persona bien nacida debiera implicarse, con independencia de si es hombre o mujer.