POR LA ALAMEDA

Una sección de Lola Fernández Burgos
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DESBARAJUSTES

Hay una colección llamada ‘Museum of Everything’ que de Londres ha llegado a Turín, que va más allá de una mera exposición artística y contiene las propuestas expresivas de personas marginales, marcadas por algún trastorno mental o por alteraciones conductuales a resultas de experiencias traumáticas que dejan huella de por vida. Es interesante echarle un ojo a parte de las obras que se pueden encontrar allí. Algunas son sorprendentes, casi todas inquietantes y ninguna te dejará indiferente.

 

Un museo de cualquier cosa para albergar el dolor, la locura, la tristeza…Está claro que en estas ocasiones lo artístico es una ventana para que fluyan hacia fuera los sentimientos que sin ningún tipo de escape tal vez serían la mecha incendiaria de todo menos algo abarcable en el vocablo Arte. Los críticos hablan de belleza virgen y salvaje, de sinceridad brutal y de honestidad ajena a pretensiones de cualquier tipo, a no ser el afán comunicador que todo creador posee. Seguramente cuando te mueves más allá de determinadas fronteras, ya no hay lugar para la vanidad y las mentiras.

 

Viendo algunas de las propuestas de esta colección ‘sui generis’ he de confesar que realmente me atraen, sin necesidad de encontrarles una explicación. Ciertamente me parece de lo más absurdo que la gente precise de una traducción de lo que el alma, o el corazón, o la vertiente artística trate de expresar. Hay determinadas cosas que no se pueden explicar, o tal vez aun pudiendo hacerlo, no se tiene ningún deseo de ello. Igual hay determinados asuntos que precisan ser desmenuzados, mas otros muchos es casi una imbecilidad querer acercarlos a nadie, porque por mucho que se pretenda, lo que llega llega y lo que no, por más que se quiera, no hay manera de abarcarlo.

 

Desbarajustes, que es como decir falta de equilibrio allá donde es más necesario. Pueden deberse a impactos emocionales o a orfandades sentimentales. Desarreglos, distancias con respecto a un centro. Ocasionalmente el desorden puede ser de lo más creativo. Y si crear es inventar, idear, realizar lo improbable o inexistente a partir de una chispa de origen casi desconocido, una vez que se empieza a darle forma a lo anteriormente inexistente, se puede decir que se abre un camino a lo inexplicable a partir de lo que es meramente la intuición. O la creación. O el paso a paso de lo que llamamos talento, porque no tenemos muchas más maneras de llamarlo.

 

El museo de todo, de cualquier cosa, casi con una connotación peyorativa, como si pudiera abarcar todo aquello que en otro museo más serio no tuviera cabida. No tendría ningún inconveniente en disfrutar de sus salas y de conocer lo que ellas acogen bajo su cálido, o áspero, envoltorio. Donde menos se espera te atrapa lo que puede sacudir tus entrañas y cambiarte para siempre. En Londres, en Turín, o dondequiera que el recorrido de esta agrupación de obras de arte, aun siendo alternativas, se traslade.

 

Prefiero mil veces la auténtica voz de alguien que en su mismo desgarro crea, que toda la falsa parafernalia de quienes gustan de llamarse creadores y no llegan más que a simples monos de circo barato, con nada que decir, a no ser el eco de su misma vacuidad.