UNA BASTETANA EN MADRID

"Sanidad  Pública para todos, gestionando"

Personalmente soy de las que piensan que de los momentos difíciles y complicados siempre surgen aspectos positivos que contribuirán a un futuro mejor, eso sí, si somos capaces de aprender de la experiencia y no volver a cometer los mismos errores.

Haciendo un poco de memoria, ¿cuántas veces hemos sido asistidos o hemos visitado a un familiar en  nuestro Hospital de referencia y nos hemos encontrado con un ‘turista extranjero’ que aprovechando su estancia en España, se marchaba a su país con una prótesis en la cadera, en la rodilla? ¿Descontrol o dejadez? Todos lo sabían y nadie hizo nada, y con “nadie” me refiero a quienes durante años han tenido la oportunidad de gobernar, esos que ahora se quejan de todo cuando durante años miraron hacia otro lado buscando brotes verdes. 

Esto es solo un ejemplo de los excesos de los últimos años a los que se les pone fin con la reforma de la Sanidad Pública. Una reforma cuyo objetivo es garantizar la sostenibilidad,  mejorar su calidad y la seguridad de sus prestaciones. Y claro que sí, se puede mejorar las prestaciones y su calidad, pero  gestionando y evitando estos fraudes.  ¡Sólo en el último año el coste de la asistencia a los 700.000 extranjeros ha implicado un importe de 917 millones de euros que los españoles hemos pagado con nuestros impuestos!

La reforma también establece una “cartera común de servicios”, porque los servicios y los derechos deben de ser los mismos, independientemente del territorio donde residamos. Ésta incluirá los servicios de prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación que se dispensan en centros sanitarios o sociosanitarios, así como el transporte sanitario urgente, servicios que seguirán siendo gratuitos. Sólo la implantación de la “Tarjeta sanitaria común” supondrá un ahorro de más de 700 millones de euros.

No hay que tener miedo a las reformas cuando están concebidas para la  mejora y sostenibilidad de nuestro Sistema Sanitario. El que la Sanidad sea pública, gratuita y universal no significa que no tenga un coste y que no haya que gestionarla. Lo tiene, y se trata de ofrecer mucho más al ciudadano gestionando los recursos, siempre limitados, de los que se dispone. Un ejemplo es el  “gasto farmacéutico” en el que hasta ahora el usuario realizaba una aportación del 40% si era activo o nada si era usuario pasivo. Lo que el Goberino propone es establecer un sistema más justo, que tenga en cuenta la renta y la condición de activo o pasivo.   Con el nuevo sistema, los pensionistas no obligados a realizar la declaración de la renta, que son nueve de cada diez, pagarán un máximo de 8€ mensuales, y los que sí están obligados a realizarla pagarán un máximo de 18€ al mes. De esta forma, no sólo se garantiza el carácter público, gratuito y universal de nuestra sanidad, sino que se protege a quienes mayores dificultados están pasando: por ello los parados sin ninguna prestación y los titulares de pensiones no contributivas estarán exentos de pago; en cambio, aquellos que ingresen más de 100.000€ pagarán el 60%.

Lo que se pretende es evitar  que se acumulen y se tiren medicamentos pagados de forma masiva: ¡3.700 toneladas de fármacos anuales! Las medidas  se complementan  potenciando el uso de medicamentos genéricos, adecuando los envases a la duración de los tratamientos, y estableciendo precios de referencia  para abaratar las medicinas. Todo ello supondrá un ahorro de 3.550 millones de euros.

Gran parte de este ahorro surge de aplicar la lógica  y la eficiencia, de  conseguir nuestros objetivos al mínimo coste, centralizando las compras y consiguiendo precios más competitivos: ese es el objetivo de la puesta en marcha de una “Central de compras”, tanto para medicamentos hospitalarios como para tecnología médica, que supondrá un ahorro de 1.000 a 1.500 millones de €.

Todos tenemos que concienciarnos del “buen uso” de los “bienes y servicios públicos”, pero también la Administración se debe de ocupar y preocupar de gestionar  los servicios y, con ello, el dinero de todos los contribuyentes. No es mejor quien más gasta sino quien mejor gestiona, y ese es el gran reto de la Administración y de lo Público: controlar el gasto y gestionar los servicios de forma eficiente; es también la mejor garantía de que podremos mantener nuestro sistema sanitario y nuestra calidad de vida.

¿Cuál es la situación y el por qué de la celeridad de las reformas? No debemos olvidar la herencia recibida del anterior Gobierno Socialista: más de cinco millones de desempleados; un agujero presupuestario de 25.000 millones de euros por encima de lo anunciado; una deuda a proveedores de 27.000 millones; una deuda sanitaria de 16.000 millones; en definitiva, un “desgobierno” que sólo en el año 2011 gastó 90.000 millones de euros por encima de lo ingresado.  Todos estos excesos se pagan y el resultado de todo ello es que  la partida presupuestaria más importante en el Presupuesto de 2012 está destinada al pago de los intereses generados por la deuda: unos 30.000 millones de euros.

Para hacer frente a esta situación se están pidiendo esfuerzos y sacrificios a los españoles, pero igualmente se están realizando las reformas necesarias para que estos desmanes no vuelvan a producirse. Ese profundo programa reformista, junto a otras medidas como la que hace posible el pago a proveedores,  es el pilar básico para  volver a la senda del crecimiento y a la creación de empleo, y así poder mantener y mejorar nuestro bienestar social.