PLAZA MAYOR

Una sección de Francisco Arias
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EL ÚLTIMO CAMINO

 

Andaba yo estos días pasados anotando algunos temas para comentar en nuestra Plaza Mayor, tras este breve paréntesis de la fiesta de Todos los Santos, y encontré diversos asuntos, la mayoría de ellos positivos, que me pareció que valía la pena resaltar. Dadas las fechas, pensé que resultaba indispensable comenzar con una referencia a nuestro cementerio y, muy especialmente, a esos nuevos accesos que, por fin, dignifican el recorrido, triste y nada deseado, del último camino de los bastetanos. Y es que el problema del camino del cementerio, quizás por ser un tema tan poco atractivo, parecía dejado de la mano de Dios, como si el destino quisiera impedir que todos nosotros recorriéramos esta postrera senda en las mejores condiciones, y que no pudiéramos hacer nuestro último viaje con la solemnidad y el paso sosegado que las circunstancias merecen. La precariedad de este vía era una nota discordante frente a las muchas mejoras urbanísticas que se están realizando en nuestra ciudad. Por fin, los accesos recién estrenados mejorarán también las deficiencias de este camino, que numerosas personas recorren a diario para hacer ejercicio y mejorar el estado de salud, y por el que, con la salud en el más pésimo de los estados, todos pasaremos algún día para nunca más volver. Ojalá nos falte a todos mucho tiempo para ese funesto paseo.

Bueno, me dirán ustedes que he emprendido hoy un asunto de los de tocar madera. Estoy de acuerdo pues, aunque la cultura mediterránea siempre ha tratado con un romántico agrado los temas relacionados con la muerte y el más allá, personalmente, no le encuentro demasiado atractivo a estos temas, y, por lo tanto, con todo el respeto que merece la muerte, cerraremos este asunto camposantero, y, como he apuntado al principio, comentaremos también algunos otros acontecimientos de estos últimos días.

Entre otras cosas, hemos comprobado, con mucha satisfacción, que las aguas de Santa Bárbara vuelven a su cauce, y como bien está lo que bien acaba, los que pusimos el grito en el cielo cuando se suprimió la festividad del 4 de diciembre, día de la Patrona de Baza, alegando, a nuestro entender, razones poco razonables, ahora tenemos que felicitar al Ayuntamiento por reponer a Santa Bárbara en el lugar que le corresponde y recuperar su fiesta para el próximo año, respetando así el mayoritario sentir de los bastetanos. Esperemos que sea para siempre y que este tema no vuelva a cuestionarse nunca más. Fíjense que Santa Bárbara seguramente ha aceptado de buen grado el desagravio y aquí están las primeras lluvias, mansas y copiosas, del otoño bastetano; el agradecimiento no ha podido ser más valioso. A ver si nos dura mucho esta divina intercesión, que buena falta nos hace.

En otro orden de cosas, en estos días pasados, hemos podido comprobar otros logros interesantes que no dependen tanto del cielo, sino, más bien, de las gestiones humanas, como por ejemplo, la adjudicación de las obras para el arreglo de la plaza Generalife, la aprobación del proyecto de un nuevo parque, la buena marcha de la restauración del teatro Dengra, y el inicio de la construcción de la Planta de Inertes para la recogida y el tratamiento de los escombros y materiales de derribo, así como otras intervenciones que mejorarán notablemente la fisonomía de nuestra ciudad. Luego se harán mejor o peor, ya lo veremos, pero no cabe duda de que son actuaciones muy interesantes. Pero, por encima de todo, hay algo que tenemos que destacar: según se dice, se va a instalar en Baza una importante empresa que mejorará notablemente las condiciones laborales y económicas de nuestra comarca; y lo mejor de todo es que parece ser que no se trata de un rumor, sino de una realidad. Si se confirma y llega a feliz término, ésa sí que va a ser una formidable noticia.

Y como todo no puede ser positivo, abandono aquí el tono optimista para recordar que el tema del tren se está dejando peligrosamente a un lado. No podemos caer en el error de olvidarnos del tren, deslumbrados, tal vez, por otras interesantes novedades. Tengamos en cuenta que, para que nuestras posibilidades de progreso y desarrollo se confirmen definitivamente, va a ser imprescindible la presencia del ferrocarril. Y como ya están cerca las elecciones municipales, a mí se me ocurre que debería ser punto prioritario en todos los programas políticos de los grupos bastetanos el compromiso claro y rotundo de devolver el tren a Baza. Pero no incluirlo así de pasada, como diciendo que se comprometen a estudiarlo o a reivindicarlo; se deben comprometer a que se confirme oficialmente la reapertura la línea de ferrocarril en la próxima legislatura. Para mí, el programa que no contemple este objetivo dejará mucho que desear. Ésa es, al menos, mi sincera opinión y como tal la expongo a la consideración de quienes tengan a bien escucharla.

Para terminar y ya que hablamos del tren, podemos retomar el título del artículo de hoy, “El último camino”, para dejar muy claro que no debemos consentir que el tren que nos abandonó, hace ahora 22 años, hiciera en aquel entonces su último camino por nuestra tierra. De nosotros depende que ese “camino de hierro”, como dicen los franceses, se abra de nuevo. Cuanto antes, mejor.