PLAZA MAYOR

Una sección de Francisco Arias
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DICIEMBRE

Llegó de nuevo diciembre y llegaron con él los primeros fríos de verdad, de los de toda la vida. Pero diciembre, con más o con menos frío, sienta bien a nuestra ciudad; es como si, acostumbrada a los rigores del invierno, se dispusiera a vivir, con ánimo alegre y con sus mejores galas, esta época del año tan típica y tan íntima.  Entre otras cosas, hemos comenzado el mes disfrutando de unas jornadas festivas, con el ambiente fenomenal del mercado de las culturas, mercadillo medieval o como quiera que se llame; aunque, según parece, los precios del mercadillo no tenían nada de medievales, sino que eran más bien algo espaciales, pues andaban un poco por las nubes. Aun así, los bastetanos, que no necesitamos muchas excusas para pasarlo bien, pues nos echamos a la calle (algo que sí nos cuesta un poco más) y festejamos de un modo especialmente animado estas fechas en torno a Santa Bárbara, a pesar de la pérdida de la festividad del día 4; menos mal que se ha recuperado la fiesta para el próximo año. No cabe la menor duda de que estos días, con el ambiente del mercadillo, el vino del país, la iluminación navideña, los actos de la celebración de la Patrona y la proximidad de la Navidad hacen que Baza luzca con un dinamismo brillante y entrañable. No quiero pasar por alto dos importantes acontecimientos culturales que, entre otros, han contribuido al engrandecimiento de estas fechas, como ha sido la presentación del segundo disco grabado por la orquesta bastetana de laúdes Velasco Villegas y la entrega, por parte de la Asociación Musical José Salinas, de los Premios Alcazaba. Y como todos los años, por tierras catalanas, también, en el pasado puente, nuestros amigos de la Casa de Baza celebraron el día de Santa Bárbara. Desde aquí, enviamos para ellos un afectuoso saludo.

Hablando de todo un poco, quiero abrir un pequeño paréntesis para hacer unas reflexiones sobre el “Bazaqué”, que este año me ha parecido un tanto deslavazado. Posiblemente se trate de cosas sin demasiada importancia, pero yo creo que los actos tan sencillos y tan breves como el “Bazaqué” hay que cuidarlos al máximo, pues cualquier detalle puede deslucirlos. No se trata de criticar por criticar, pero vamos a ver: cuando se estaba leyendo el manifiesto por la paz y la tolerancia, comenzaron a voltear las campanas, sin a qué ni por qué, interrumpiendo la lectura y dejándonos a medias. Luego se produjo una pequeña equivocación en el momento más solemne del acto y, al terminar, todos nos quedamos esperando la traca que tradicionalmente pone punto y final. Y, a los diez minutos, cuando ya la mayoría de los asistentes se habían dispersado, sonó la traca inesperadamente, ya un tanto fuera de lugar. Habría que añadir que, inevitablemente, la ausencia de los escolares por ser día festivo y la ocupación de gran parte de la plaza por los puestos del mercadillo seguramente restaron también un poco de brillantez al acto.

Pero bueno, sea como sea, lo cierto es que se trata de pequeños detalles fácilmente mejorables y que no han empañado demasiado la alegría y el bullicio de estas fechas en las que, según hemos leído, las plazas hoteleras de las comarcas de Baza y Huéscar han vivido una ocupación del 100 %. Claro que las plazas hoteleras de nuestra ciudad son tan escasas que tampoco se necesitan muchos visitantes para ocuparlas. Precisamente, hace unos días, un amigo se lamentaba de que no podía celebrar en Baza unas jornadas provinciales porque no había conseguido encontrar alojamiento para las sesenta personas participantes. Así que dichas jornadas, que este año tocaban en Baza, las ha tenido que trasladar a Granada. Como mi amigo decía, es posible que, en algunos aspectos, salgan ganado los participantes al estar en Granada, pero lo que es absolutamente seguro es que, en este caso, como en otros muchos similares, quien sale perdiendo es Baza y, en definitiva, todos  nosotros. Pero dejémosnos contagiar por este optimismo del diciembre bastetano y confiemos en que el problema de alojamiento se va a solucionar pronto con esas inminentes inauguraciones y proyectos de instalaciones hoteleras de las que ya se viene hablando desde hace algún tiempo. A ver si se hacen pronto realidad y se consigue atender adecuadamente la creciente demanda que, por fortuna, estamos viviendo en nuestra ciudad en estos últimos años. Ya sabemos que todavía esa demanda es muy fluctuante, pero en  nuestras manos está el estabilizarla e incrementarla. Aparte de ofertar alojamientos suficientes y de calidad, debemos tener en cuenta, entre otras cosas, los atractivos del invierno bastetano. Sería bueno dejar de quejarnos de las durezas del clima y aprovechar las muchas cosas positivas que nuestra ciudad y comarca pueden ofrecer a los visitantes en esta época del año.

Disfrutemos, pues, también nosotros de esas posibilidades. Si ustedes me lo permiten, yo les invito a poner buena cara al mal tiempo y a descubrir toda la alegría del diciembre bastetano. Ojalá que los problemas no les impidan a ninguno de ustedes, queridos amigos, vivir a tope estas fechas que huelen a Navidad, y saborear, con la debida moderación, nuestros productos matanceros, el vinillo del país, los dulces navideños…, todo ello, como siempre, en el mejor de los ambientes, en ese clima de amistad y acogida, tan típico del carácter bastetano, capaz de caldear con su cordialidad los momentos más fríos del más crudo de los inviernos.