PLAZA MAYOR

Una sección de Francisco Arias
Para remitir sus comentarios, clique AQUÍ

LLUVIA Y LÁGRIMAS

La verdad es que son los dos elementos que han predominado en este Semana Santa, la lluvia, que nunca cae a gusto de todos, y que en estos últimos días cayó para disgusto de muchos, y las lágrimas de la decepción de gran parte de los cofrades al no poder culminar en la calle los esfuerzos e ilusiones de todo un año. Es cierto que nunca se debe despreciar la lluvia, pero que digo yo que ha tenido muchos días el invierno, y que aún queda mucha primavera; ya podían haberse esperado las precipitaciones unos días más y respetar un poco estas fechas tan señaladas. Solamente pudieron realizar su procesión completa el Rescate y la Santa Cruz; ésta última, con sus más y sus menos. Pero, qué le vamos a hacer; en estos temas de celebraciones religiosas, parece especialmente imprudente rebelarse contra aquello que nos llega del cielo, incluida la lluvia. Así que resignación, y a guardar y redoblar fuerzas e ilusiones para el año que viene.

La cuestión es que la Semana Santa este año ha estado bastante deslucida; y eso que habíamos tenido un principio muy interesante con ese extraordinario concierto del Domingo de Ramos en la iglesia de Santiago. El Réquiem que interpretaron el Coro Alcazaba y la Orquesta “José Salinas”, con la intervención de cuatro fenomenales solistas, Violeta du Souich, Isabel Egea, Pablo Martín y José Simón Millán, todos ellos dirigidos con maestría por Ramón Domingo Llorente, fue sin duda un brillante prólogo y un acontecimiento musical de primera magnitud para nuestra ciudad. Alguien podría pensar que mis apreciaciones son exageradas, dadas mis circunstancias personales y mi pertenencia al Coro Alcazaba, pero estoy convencido de que no es así, ya que, aparte de mi propia impresión, mis palabras están refrendadas por las excelentes críticas y las magníficas valoraciones del numeroso público asistente. Lástima que este evento cultural no mereciera la debida atención de la prensa provincial ni, tan siquiera, de alguna prensa local. No sé exactamente cuál habrá sido el problema, pero resulta triste, sea la culpa de quien sea, que no asistiera al concierto nadie de la prensa y que la información aparecida en los periódicos haya sido tardía, escasa o nula, e, incluso, errónea. Como siempre, no quiero con esto descalificar a nadie; es posible que haya algunas circunstancias que yo desconozca. Pero, sea como sea, creo que no viene mal recordar a algunos responsables de la información que no sólo de política y de deporte viven los pueblos. Por suerte, no todos los medios se han comportado igual; ahí están, entre otros, la atención prestada, puntual, como siempre, por la web de la Casa de Baza en Cataluña, que sigue siendo punto de referencia obligado para Baza y comarca, y, sobre todo, la excelente acogida de Localia TV, que ofreció, el pasado fin de semana, la grabación del concierto.

Hay, además, ya que hablamos de música y de conciertos, otro aspecto negativo muy importante. Es triste que nuestra ciudad, que atesora una gran riqueza musical y un nivel importante de actividades y conciertos de música clásica, no cuente con un auditorio que reúna un mínimo de cualidades acústicas. Recuerdo que, cuando se estaba reformando el cine Ideal, mi compañero y amigo, tristemente desaparecido, José Salinas, se quejaba a los responsables municipales de Cultura de que no se tuvieran en cuenta las condiciones acústicas de la sala, y le decían que el tema no dependía del Ayuntamiento. Al final, ahí está el hoy mal llamado auditorio, ya que es una magnífica sala perfectamente preparada para muchas actividades, menos para auditorio; si las condiciones de sonido dejan ya bastante que desear cuando se trata de la actuación de una orquesta o de una banda, cada vez que se monta un concierto de orquesta y coros, es necesario recurrir a las iglesias si se quiere conseguir que los coros, que lógicamente se tienen que colocar al fondo del escenario, se escuchen debidamente. Ahora se está restaurando el teatro Dengra; veremos si estas circunstancias se tienen en cuenta. Yo creo que no sería tan difícil que el escenario se construyera atendiendo a las condiciones acústicas, ya que, de esa manera, serviría tanto para la música como para el teatro. Desde luego si el escenario se vuelve a montar sólo pensando en las actividades teatrales, es seguro que Baza seguirá, por mucho tiempo, sin disponer de un buen auditorio, tal como merece el nivel cultural y musical de nuestra ciudad. Y siempre que la música sea religiosa, contamos con la solución de las iglesias, pero esa solución no es posible si se trata de música profana; además de que habrá que reconocer que los templos no son los lugares más adecuados para estas actividades ni los más cómodos para el público.

Pero bueno, todas estas consideraciones negativas no son más que un pequeño conjunto de lágrimas que podemos añadir a aquellas que la desilusión ha hecho derramar a muchos cofrades durante la pasada Semana Santa. A pesar de todo, el que no se consuela es porque no quiere, pues siempre hay motivos para el optimismo. Podemos pensar, por ejemplo, que la lluvia ha sido muy beneficiosa para aliviar la sequía de nuestros campos. Podemos esperar que el próximo año todo va a ir mucho mejor y que nuestra Semana Santa será más brillante y participativa que nunca. Podemos imaginar que la cobertura informativa de todas actividades culturales se hará debidamente y a gusto de todos, y que el año que viene ya tendremos un teatro Dengra terminado y con unas condiciones inmejorables para disfrutar de la buena música. Todo es posible; tan sólo es cuestión de esperar.