PLAZA MAYOR

Una sección de Francisco Arias
Para remitir sus comentarios, clique AQUÍ

LLEGADA A LA META

         Culminó, al fin, la intensa maratón electoral con el momento de las votaciones, esa jornada a la que todos coinciden en llamar la gran fiesta de la democracia, ligeramente deslucida, en esta ocasión, por las nubes de la abstención. Eso sí, los cuatro equipos que competían en nuestra ciudad llegaron a la meta. Unos con más efectivos que otros, como era de esperar, pero ningún grupo se quedó en el camino, y los cuatro han conseguido representación en el gobierno municipal de los próximos cuatro años. Y está bien que sea así pues la diversidad de criterios y las aportaciones de los diferentes grupos, aunque sean minoritarios, puede y debe enriquecer el diálogo y el trabajo de nuestros responsables municipales.

         Las competencias de los partidos de la oposición no serán, claro está, equiparables a las del PSOE, que ha conseguido una holgada mayoría absoluta, pero sus aportaciones nunca debieran despreciarse, sino que, por el contrario, tanto los unos como los otros, desde el lugar que les corresponda, ganadores y no ganadores, suponemos que estarán dispuestos a entenderse y a colaborar para conseguir una gestión eficaz que pueda solucionar los muchos y urgentes problemas que tenemos los bastetanos. La pasada semana yo manifestaba que los candidatos me parecían personas con muy buen estilo; confiemos en que se mantengan en esta línea y que no desperdicien demasiada fuerza y tiempo en diferencias y enfrentamientos estériles.

         Dicen algunos que las mayorías absolutas no son buenas. Yo creo que, analizadas de cerca, no son buenas para los que les toca estar en la oposición, pues su protagonismo es mucho menor, y puede llegar a ser nulo si el grupo mayoritario no los escucha ni les da participación. Y son buenas, por lo tanto, para los que las consiguen, pues les permiten una total libertad de movimientos. Pero, desde el punto de vista de los gobernados, que es el más importante, las mayorías absolutas no me parecen ni buenas ni malas; todo depende de la voluntad, del estilo y de la eficacia que estas mayorías demuestren una vez puestas a gobernar. Es verdad que, si se da la situación de que un grupo gobierna en mayoría y no hace prácticamente  nada en cuatro años, y a las siguientes elecciones vuelve a ganar con mayoría absoluta, eso equivale a que el pueblo acepta totalmente su ineficacia y, por lo tanto, está muy claro que, en ese caso, los políticos no van a hacer ni el más mínimo esfuerzo para superarse. Pero esa suposición me parece bastante difícil, pues sería una tremenda equivocación tanto de los gobernantes como de los votantes, y esos errores no son demasiado probables. Puede ser que se equivoquen los votados, y puede ser que se equivoquen los votantes, pero es muy difícil que se equivoquen a la vez los unos y los otros. Y el hecho de que el pueblo se pueda equivocar no está en contra, ni mucho menos, de la esencia de la democracia, ni de la premisa de que el pueblo es soberano. Es cierto que el pueblo se puede equivocar, sobre todo, cuando se deja engañar por la demagogia y por determinados sueños enajenantes;  de otro modo no se explicaría cómo fue aclamado Hitler por las masas, o, incluso, no se entendería la situación vivida en España durante la dictadura. Ahora bien, hay un aspecto que le da un especial sentido a la democracia, y es que el pueblo siempre tiene razón, incluso cuando se equivoca, que es en muy pocas ocasiones.  

         Pero bueno, no quiero que se me malinterprete. Nada tiene que ver todo esto con la mayoría lograda en Baza por el Partido Socialista, mayoría que, sin duda, ha sido trabajada y merecida. Es evidente que la gestión realizada en los últimos años, aunque todo es mejorable, ha sido muy positiva, y también es evidente que una parte importante del mérito, desde mi punto de vista, se debe atribuir al alcalde saliente, Antonio Martínez. Es justo reconocer su valía, su buen talante y su calidad personal. Desde aquí le agradecemos los muchos años dedicados a nuestra ciudad, así como los nobles sentimientos y la delicadeza manifestada en tantas ocasiones, y le deseamos lo mejor en las tareas docentes que ahora va a reemprender.

También es justo que esperemos que la lista encabezada por Pedro Fernández Peñalver responda eficazmente a la confianza mayoritaria que ha recibido de los bastetanos. Estamos convencidos de que entre todos serán capaces de formar un ayuntamiento participativo, y de que aunarán esfuerzos para conseguir esos objetivos fundamentales para Baza, en los que básicamente todos los grupos coinciden, y que van a lograr, según parece, situar a nuestra ciudad en los niveles de progreso y de desarrollo que todos merecemos y deseamos. Ah, bueno, no quiero desaprovechar la ocasión para repetirlo una vez más: que no se olvide nadie, ni Izquierda Unida, ni el Partido Andalucista, ni el Partido Popular, ni, sobre todo, el Partido Socialista, que no existe ninguna ciudad moderna y desarrollada que no tenga tren. Ánimo, pues, y enhorabuena a todos, en particular al PSOE por su gran triunfo. Una vez llegados a la meta, un breve respiro y a empezar con la tarea. Os deseamos el mayor éxito en vuestra gestión, por vuestro propio bien y, muy especialmente, por la cuenta que nos trae a todos nosotros.