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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales
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Gaseosas y sifones |
Artículo publicado originalmente en la revista El Norte, correspondiente a la 2ª quincena de noviembre de 2004 |
Entre las muchas industrias, que se han perdido en nuestra ciudad está la de Gaseosas y sifones.
Desde primeros de siglo hubo varias pero se afianzó la de la familia de Tomás Ramos Reche. Estaba en el Callejón de los Gitanos. Embotelladora de Gaseosas y agua de Seltz (agua con ácido carbónico en disolución), lo que se denomina también sifón, aunque desapareció sobre los años 1,940-1,943.
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La primera que yo recuerdo es la de la familia Herrerías, que confeccionaba unas magnificas gaseosas de bola en la calle de las Monjas. Esta familia, oriunda de Serón, como casi todas las familias en la misma época, era más conocida por su “apodo” así que si digo “Cantariles “, más de uno los recordará. Era una gaseosa estupenda y lo que más agradaba era que el tapón consistía en una bola de cristal que, al pulsarla hacia el interior, hacía posible el beber la gaseosa. Como uno de los juegos eran las bolas, el tener una de cristal era una bicoca, así que más de una vez se compraba la gaseosa para luego, roto el casco, disponer de la bola. Este industrial vendía a la vez, y en el mismo sitio, ataúdes, una curiosa forma de compaginar los negocios |
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Continuó esta fabricación por los años 1,946/1,947. Fernando Martínez Pérez, industrial que ya tenia un comercio de recauchutados y repuestos para vehículos, en la calle Corredera. Se instaló con esta industria en la Plaza de San Antón y bajo la denominación comercial de “ESPUMOSOS PÉREZ”, estuvo trabajando hasta los años 80, en los que la terrible competencia de las multinacionales hizo mella y optó por el cierre. |
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Disponía esta industria de una sifonadora, una saturadora, o mezcladora de agua y gas, una taponadora y una lavadora de envases. Cambió el sistema de cierre de las botellas de gaseosa, por el de mecanismo de presión y para el reparto adquirió uno de los primeros motocarros que hubo en la ciudad. Anteriormente había tenido un camión, que trasformó en plataforma, para llevar las cajas de sifones y gaseosas Llegó a dar trabajo a cinco obreros. |
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Era una época en la que los refrescos estaban a la orden del día; el vermout, se tomaba con un poquito de sifón y el vino tinto con casera familiar de “Espumosos Pérez”. Se consumía de lo propio más que de lo foráneo. Su gaseosa familiar y sus sifones, se vendían en Baza y comarca
Sus productos llevaban el escudo de la ciudad de Baza y ,al dorso, la leyenda “ Sifon higiénico”; en las gaseosas decía: “finísima gaseosa, elaborada con agua potable ,química y bacteriológicamente pura de la sierra de Baza” . Todo un poema sobre las aguas de nuestra ciudad. |
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