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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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TRABAJOS EN PLEITA

Artículo publicado originalmente en la revista "El Norte" correspondiente a la segunda quincena de marzo de 2004

 

Desde los años 30, hasta bien avanzada la época de los 60,la dependencia de esta ciudad del trabajo en el  ESPARTO ha sido notoria y decisiva para  paliar la falta de ingresos por otros conceptos en las casas  de gran parte de esta ciudad. Salvo de unos puntos, sitos entre la calle Hiladores y Placeta de Santiago, el resto del trabajo en el esparto, haciendo la PLEITA, se ha situado en una línea que  corta la ciudad desde Rabalía, Cava Alta, las Iglesias de San Juan y de La Merced y calle San Sebastián, hacia Las Cuevas. En este último lugar el cien por cien vivió de este trabajo.

Me interesé por este trabajo a través de mis amigos, y vi el enorme esfuerzo de aquellas madres en hacer una  o dos piezas al día; los acompañaba a entregar las mismas en los Almacenes, como se las medían enrollándolas sobre la pieza de madera triangular; como se las pagaban en el acto y les entregaban los manojos de esparto para la siguiente.

También recuerdo como tenían que ir las madres a terminar, sobre la marcha y en el mismo almacén, si les habían salido cortas en la medida. Los manojos de esparto los entregaban sin ”majar” y en las casas había una piedra o un tronco, para este menester, que se trataba de suavizarlo a golpes, tras mojarlo un poco, para hacerlo más manejable.

Aparte del edificio inacabado que existió en la calle Audiencia, hasta hace unos ocho años, en que fue derruido e incorporado al solar del Edificio de la Plaza de las Eras s/n (ocho años construido y aún no tiene número en la fachada). Este edificio, hoy parte posterior del bloque citado y entrada a sus cocheras, era lo que se llamaba “La Espartera”, que nunca llegó a ultimarse. Constaba de semisótano y tres plantas, todo construido de piedra berroqueña  ,lastrones del lugar, vigas de hierro en los techos y ladrillo en arco como bovedillas. No llegó a tener tejado, y a la vez que lo visité buscando casquillos de bala, pues decían que en  parte superior se había instalado una ametralladora antiaérea en la guerra; no había ni rastro de nada. ( lo visité con mi amigo Adolfo, hijo de María López). Aparte de este edificio, perteneciente a la familia  López Rodríguez (Antonio, Eduardo, Paco, María Rosa y Leonarda) estaba el almacén de la calle Humilladero, de Mexitón Sánchez; el de Quirante, en Rabalía. Uno de Eduardo López, en el paso a nivel; el de los Acosta, en San Antón; los hermanos Manuel Yeste y Juan Yeste,  un almacén cada uno; el de Ramón Chica, el de “Manolete”, el del maestro Liborio Cano, que también era maestro en la Serrería de Valero, pero que tenía al frente de esta almacén a una mujer llamada “La Sacramento”, los  de la Peregrina (uno ardió totalmente), todos estos en el Llano del Ángel y Plaza de Toros..

Su uso era para espuertas, serones, cantareras, esteras para las iglesias y para las entradas a las casas y otras aplicaciones más.

Sería bueno que la corporación municipal,  a través de su Concejalía de Cultura, aprovechara la ocasión  para dar un buen merecido homenaje y recuerdo a estas miles de madres que, con sangre en los dedos, hacían PLEITA, para dar de comer a sus hijos. Y propongo un  mosaico, en la plaza que va a quedar tras derruir la antigua caseta del guardabarreras, en el paso a nivel de la Carretera Vieja de Granada; en el  mosaico, más a menos como el que tiene la heladería “Los Valencianos”, se diría, aproximadamente: “A todas las madres que, con su esfuerzo trabajando el esparto y la pleita, criaron a sus hijos en  tiempos difíciles para esta ciudad”. Este texto bajo una señora haciendo pleita y rodeada de niños (sus hijos). El sitio es el adecuado, la idea también.

La Sierra de Baza cobijó muchos "emboscados"

 

Seguro que muchos bastetanos  llorarían  al leerla. También hay que ir buscándole un rinconcito en el futuro Museo Etnológico de Baza ¿o vamos a esperar a que desaparezca TODO para pensar en  ello? Los que hoy viven fuera de Baza, Levante y  Cataluña, sienten no tenerlo para rememorar las costumbres, trajes, modos de vida,  industrias y  trabajos de sus antepasados.

Importe, ni un euro, pues  por la bicoca de la plusvalía que va a lograr la empresa constructora de una vez que se derribe la citada casilla y  la vista que van a tener las casas de “los Espotornos”, bien la puede financiar... es el “Do ut des” del Derecho Romano.