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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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LA ALCAZABA. GALERÍAS

En el corazón de nuestra ciudad tenemos el cerro de la Alcazaba, cuyo interior está lleno de galerías que la cruzan en uno y otro sentido.

En mis años de vivir en la Cava Alta, muchos han sido los intentos de atravesarla, desde las entradas de la calle Mesto, desde el mejor de los túneles, el que tenía su entrada en la confluencia de la Cava Alta y la calle Mesto (hoy lo tapona una casa de un carpintero jubilado). Pero en mis tiempos (años 45 hasta el 60) había un patio-huerto y en dicha esquina se veía un trozo de muralla, de unos 15 metros de largo por casi 20 de altura; en la parte baja-izquierda estaba la puerta de entrada a una de las galerías.

Piedra del molino de trituración de la calera de los Geas

Juntábamos para comprar pilas de linterna, de aquellas llamadas "de petaca" y nos reuníamos seis o siete (los Mirillas, los Guillenes, Amador Requena, Adolfo Gutiérrez...) y acompañados de Nani, que era quien vivía en esa casa, nos adentrábamos en las galerías. A los pocos metros estas se bifurcaban, derecha e izquierda, seguía otra hacia el fondo, era como si hubiera galerías alrededor de toda la misma, interconectadas. Si seguías en recta, a los 12 o 15 metros había como una sala, desde donde salían otros ramales de galerías.

En esta sala, había un hueco a media altura, por el que entraba aire fresco. Era como la boca de un horno. Quienes se han metido a través del mismo dicen que da a un pozo perfectamente hecho, pero que no es hacia abajo, sino hacia arriba, como una chimenea.

Habiendo entrado por varios accesos, pienso que estas chimeneas de aireación son tres. Hay también un dato curioso, y es que al pasar el Caz Mayor, en la parte baja de la zona de la Alcazaba, sita entre la Iglesia Mayor, están las filtraciones de agua que han producido estalactitas en algunas cuevas de la misma.

En los días en que las palomas de la Plaza Mayor vivían en esta, utilizaron estas entradas bajo la escalinata. Como palomares es de suponer que más adentro tendrían algo que taponara estos conductos. Aquí sí se hizo obra para refugios.

Nuestros escasos medios de espeleólogos y aventureros no nos permitieron llegar hasta la zona de la Plaza Mayor, adonde dicen llegan estas galerías; unas salen por las dos puertas que hay bajo la rampa de entrada a la Plaza y otra dicen que bajo la puerta de la iglesia que está taponada, frente a la Pastelería de Castellano.

Hoy, recordando estas aventuras, he paseado por esta zona. En las casas adosadas de la Alcazaba, siguen las cuevas-habitación y alguna que otra entrada a las galerías, pero taponada.

Otras de estas galerías, creo, se hundieron en los años 70-80, cuando las máquinas pesadas hacían sobre la Alcazaba el efímero "Auditorium". Mi opinión es que sólo se hundieron las habitaciones cuevas, que se habían realizado en algunas casas y que, sobre esas galerías, había demasiada altura para que les afectaran. Sigo pensando que están intactas, salvo las bocas que se taponaron tras la utilización de las mismas como refugios en la Guerra Civil y las entradas por las casas de Pedro Miras, o la de los Paveros, que se inutilizaron para hacer la subida a la Alcazaba con motivo del citado Auditorium.

No he visto nunca un estudio serio sobre esa parte de la ciudad, su propio centro; sólo un interesante artículo de Vicente Mellado, pero con referencias a construcción de refugios del año 1937 en base a las actas municipales. Nunca un plano de los circuitos de estas galerías y sus interconexiones a un lado y a otro de la Alcazaba. Ni siquiera en la documentación sobre los refugios que se hicieron en la Plaza Mayor (las dos puertas bajo la rampa de subida a la Iglesia o en la calle Mesto, en la casa que fue de la Viuda de Cotillas.

Si sé de personas que utilizaron estas galerías para esconderse, tanto en los días de la Guerra Civil como en fechas posteriores, por testimonios de sus familiares.

Bueno sería el conocer sus laberintos, tal cual están hoy día. En varias poblaciones esas galerías las usan como recurso turístico.