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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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LA HIDROTERAPIA

Artículopublicado originalmente en el apartado "Memoria y oponión" de la revista "El Norte" de la segunda quincena de mayo de 2006

El éxito logrado por la piscina cubierta en nuestra ciudad, y en la que no solo se practica el deporte de la natación, sino que también es un magnífico centro para rehabilitación y para lograr un bienestar físico a través de la actividad motriz, me lleva a recordar otros usos de as aguas y otros tiempos en los que se encontraban en las aguas otros agentes terapéuticos, a parte de los deportivos.

Me viene a la memoria el desaprovechamiento y abandono en que se tiene a esa gran fuente de salud que es la "Fuente del Alcrebite", y a la que sus aguas sulfurosas hacen merecedora de los más encendidos elogios para el tratamiento de las enfermeades del sistema cutáneo y del linfático.Ese misterio que al discurrir su agua por terrenos ocultos llenos de óxidos o sales sulfurosas y que pueden estar muy lejos de su aflorar a la tierra, nos depara esta propiedad tan beneficiosa al cuerpo humano. Pero no sólo ésta; debemos recordar queen siglos pasados existieron en nuestra ciudad "los baños de Zamora" de los que no queda rastro alguno, pero que se dedicaban a la explotación de este manantial de agua sulfurosa, tal vez de la misma naturaleza y origen que las aguas del Alcrebite.

También hay constancia de los "Baños de Benzalema", basados en el aprovechamiento de aguas termales, es decir, aguas que emanan a más de treinta grados sobre la temperatura normal del lugar en que emergen. En su momento daban a los clientes las curas hipotónicas, los hidromasajes, los baños de burbujas, los de chorros a presión, o simples baños relajantes; todo ello al mismo tiempo que sanaban afecciones de piel, catarros, asma, reumatismos, gota, etc., o como se llamaran estas enfermedades entonces. Estas aguas eran beneficiosas para otras muchas dolencias, entre las que se destacan el estreñimiento, el colon irritable, los gases, la limpieza intestinal, y su antigüedad se remonta al tiempo de la conquista del Imperio Romano, pues se dice que en los mismos lo que había eran "termas".

Sin tantos intereses ni investigaciones farmaceúticas como ahora, fueron los siglos XVII a XIX los que dieron a los balnearios de todo el mundo su época de esplendor, ya que llegaron a ser lugar de encuentro, solaz y reposo de todas las clases sociales, habilitándose en ellos amplios salones para diversión de los concurrentes y acompañantes. Lo que hoy es "chic", esto es, el veranear en la playa, ayer lo fue el pasar unos días en el balneario tal o cual, llegando a estar tan de moda algunos como hoy lo están las playas de Benidorm o Marbella.

 

Me alegré cuando me llegaron noticias de que los Baños de Zújar, ya semiderruidos y anegados luego por el pantano del Negratín,se pensaba rehabilitar e incluso rehacerlos, eso sí, elevándolos unos metros sobre su antiguo emplazamiento, pero utilizando los mismos manatiales. Creo que sería una gran inversión, pero también un gran éxito. Ánimo a quien corresponda.

Sobre estos Baños de Zújar, de los cuales presento unas inéditas fotografías, vemos por las mismas que se anunciaban como las únicas aguas "Clorurado-sódicas sulfurosas termales de Andalucía"; en las que los "catarros, nervios, reuma y piel" tenían su alivio y curación; en las que había instalaciones para realizar "inhalaciones radio activas-sulfurosas nitrogenadas", y que en sus salas de hidroterapia y baños particulares estaban a la altura de los más nombrados de la época. Sus baños de vapor, que alcanzaban los 40 grados, tenían a gala mostrar las antiquísimas "termas romanas", lo que le daba solera de siglos y siglos a estas instalaciones.

Quién no recuerda sus jardines estilo Renacimiento, o en su interior su Salón de Baile o Casiono, el salón de lectura, o su hospedería. Hoy todo está bajo las aguas; sólo queda el panorama espléndido que se divisa desde unos metros a más altura que el nivel de agua, la imponente mole del Cerro Jabalcón a cuyos pies estaba este Balneario.