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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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EL MATADERO

El reciente conflicto de los trabajadores del matadero municipal me ha propiciado un pequeño recorrido por los distintos establecimientos que, con uno u otro nombre, han quedado reseñados en esta ciudad.

El buen criterio de los matarifes hacía que estos establecimientos se situaran en "lugares situados a extramuros de las fortalezas, que estuvieren bien aireados y ventilados, junto a cauce de agua corriente y abundante a fin de evitar a los pobladores las pestilencias propias de las entrañas de los animales, habían de disponer de una pequeña cuadra para el ganado que se faenaba en el día y un cobertizo para el secado de las pieles, debían de estar con el suelo empedrado para facilitar su limpieza y un gran fuego para el agua caliente..." Dichos mataderos cumplían con el ciclo total de la muerte del animal, despiece y elaboración de productos. Así parece ser que estaban en esta ciudad a la llegada de los Reyes Católicos, fuera de las murallas, y con el cauce del Caz que pasa por las Tenerías (Caz Mayor) junto a su edificio y a pocos metros de los locales donde estaban las tiendas de la venta de los productos. Aparte de este matadero en el que únicamente matarían reses permitidas por la estricta Ley Coránica, es de suponer que la llegada de los cristianos a Baza se empezaran a realizar matanzas de cerdos, pero no hay constancia de que fuera en otro lugar, luego el matadero es el mismo; hay referencias de que en numerosas veces se han efectuado obras de restauración en dicha casa de matanza y así lo deja reflejado el magnífico trabajo del profesor Francisco Tristán, quien estudió las Carnicerías y el Matadero, desde la toma de la Ciudad por los Reyes Católicos hasta el siglo XVII (Péndulo número IV. Septiembre 2003). Estaba ubicado en edificio próximo a los lugares de su venta (carnicerías) y que parece ser fueron rehechas en el año 1659, según la placa que consta en dicho lugar.

Poco o nada harían los siguientes regidores de la ciudad, pues hasta el año 1846 no se encuentra referencia alguna hasta que leemos... "el matadero se halla en inminente peligro de hundimiento, y que arrastrará tras sí los edificios con quien está en contacto, si no se recurre a su más inmediata reparación", pero estamos en la época más pobre de la economía municipal, y parece ser que nada se hace al respecto. Pasan años y finalmente se decide la construcción de uno nuevo, y este se ubica a unos metros más abajo, en la huerta que conocemos como de "Santo Domingo". Parece ser que se inició la obra con el dinero recibido por el comerciante Santiago Cumbé, por la compra de la vieja casa en la que estaban las instalaciones. Este comerciante tras el derribo y nueva construcción de vivienda se reservó una de las salas en las que estaban estas "casas de matanza", según se decía en la época, gozando del privilegio de seguir utilizando la corriente de agua del Caz Mayor.

No fue del agrado de los vecinos de la Plaza de Santo Domingo el traslado a su zona del matadero, pues hicieron bastantes protestas, ya que no disponía de fuerza de agua corriente, pues se había realizado una toma del Caz Mayor y se le había hecho junto al matadero una balsa para evitar el arrojo de los excrementos y restos de matadero a la citada acequia que servía luego de riego, lo que era con frecuencia motivo de alboroto por la pestilencia que despedía. Como la obra ya estaba hecha, el alcalde Antonio Suárez Manzano, en el año 1883, decidió desagraviar a los vecinos poniendo una pequeña pero bonita fuente como ornato en la Plaza de Santo Domingo, con lo que consiguió acallar la protesta popular.

Antiguo matadero en Santo Domingo. En la foto aparecen José Román Florentín, Rosenda y su hija, y Alfonso Martínez, entre otros.

Años y años ha estado el matadero en este lugar, en el que de cuando en cuando se hacían obras de reparación, pero era totalmente insuficiente por lo que se hubo de autorizar en los años 1940-1962, la "matanza a domicilio" previo control de los veterinarios, y desplazándose los matarifes a los domicilios particulares. Esto contribuyó a que el Ayuntamiento casi perdiera el control de los ingresos que percibía, pues la picaresca ponía en el volante para el pago de la tasa que expedía el Veterinario menos arrobas en el peso del cerdo sacrificado, con lo que el particular abonaba menos tasa.

Este descontrol llegó hasta el año 1963, en el que el Plan Misereor, (Cáritas) ofertó la construcción de un Matadero Municipal (Punto 5º del Plan elaborado para Baza), pero se cometió el fallo de hacerlo en terrenos que rápidamente serían considerados urbanos, (a finales de la Huerta Miranda) y en los que se carecía de corriente continua y abundante de agua, y pese a que en los años q982 y 1983 se realizaron en estas instalaciones importantes mejoras tanto en el saneamiento como en cámaras frigoríficas y se le dotó de agua caliente con fuel oil, pinzas de anestesiado, material de laboratorio y otros, no era el lugar adecuado para su instalación, por lo que se hubo de pensar en una nueva ubicación, que es la actual de la Carretera de Benamaurel y a más de dos kilómetros del casco urbano, y que hoy reúne todos los requisitos que pueden serle pedidos a este tipo de establecimientos públicos.