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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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LA TROMBA DE AGUA DEL 7 DE SEPTIEMBRE

Artículo publicado originalmente en la revista "El Norte" de la primera quincena de octubre de 2006

Tras los largos e intensos días de calor que hemos vivido en el recién terminado verano de 2006 y ahora que vemos la Feria con un casi mes de perspectiva, serán muchos los que lamenten la inoportuna llegada de las lluvias en jornadas tan marcadas por la reunión, la fiesta en la calle y la alegría de nuestras Fiestas Grandes. A pesar de todo, no podemos decir que nos haya cogido de nuevas. Y es que, cuando llegan estos días de Feria, más de uno mira al cielo deseando que no vengan las lluvias, que si bien siempre son necesarias, pueden impedir que el esfuerzo de toda la ciudad por celebrar una gran y digna feria quede pasado por agua.

Tanto propios como visitantes saben que no es la primera Feria de Baza en la que ha llovido. Cuando en la tarde del pasado 7 de septiembre cambiaba radicalmente el aspecto de nuestro cielo, tornándose oscuro y amenazante, y vertía sobre el ferial una intimidadora tormenta rodeada de peligroso material eléctrico, muchos no pudieron evitar traer al recuerdo aquel otro tristemente famoso 7 de septiembre, de 1989. La tromba de agua que nos inundaba en la madrugada del día siete de aquel año, en la que nos cayeron más de 200 litros de agua por metro cuadrado, ocasionando una gran riada que bajando desde más arriba de los Llanos del Ángel, a través de la Mancoba y Camino Viejo de Granada, hizo cauce en San Antón, Alameda y Plaza Eras, anegando calles laterales, Agua, Puerta de Lorca y terminando en carretera de Murcia.

Aquel año todavía el ferial se situaba en el entorno del parque de la Alameda. Arrastró consigo casetas, mesas, sillas, furgonetas y coches, toda clase de vehículos fueron llevados y estrellados contra los bajos de las casas que encontraban a su paso, se inundaron tiendas y bajos comerciales, un verdadero desastre. Pero la Feria se mantuvo, para no perjudicar por partida doble a los abnegados feriantes que nos visitaban.

Traigo estas notas para dejar constancia, una vez más, que en muchas ocasiones las cosas que nos suceden no debemos calificarlas de únicas y propias de nuestro tiempo. Sin ir más lejos y sin embargo tan lejos en la historia, esa fecha a la que hemos aludido,el 7 de septiembre, que parece predestinada por la coincidencia del día con el origen etimológico del mes, ya nos causó más de un problema nada menos que hace más de un siglo. En lasegunda mitad del siglo XIX, justo al inicio de una Feria Grande, sucedió un hecho similar a los que hemos detallado más arriba, una circunstancia que quedó reflejada en las actas del cabildo de esta ciudad en la forma siguiente:

"En la ciudad de Baza, siendo la hora designada para ello, se reúne el Cabildo de esta ciudad, tal y como tiene por costumbre, pero esta vez en Sesión Extraordinaria, bajo la presidencia del Regidor don Rafael Aguayo y Vilar, para tratar un punto único sobre la gran tormenta descargada en nuestra ciudad, en la pasada noche (7 de septiembre de 1867) la cual ha causado grandes y enormes destrozos siendo uno de los principales la inutilización del camino de la Mancoba, que sube al local en el que se celebra la Feria de Ganados, llevándose la Rambla que pasa por la cuesta de dicho camino toda la obra que se ejecutó en el mes de mayo último para su reparación; así mismo, haber quedado cubierta de piedras y arenas el cace e esta Rambla por la parte que linda con a Carrera de San Antón o paseo público, llenando éste de escombros que ha dejado el aluvión ocurrido. Las calles han quedado cubiertas de piedras y lodos arrastrados y la Cimbra ha reventado por varios puntos de la calle del Agua, donde se encuentran atranques que pudieran ser dañinos para la salud pública por haber arrastrado animales muertos por la tromba de agua".

En el mismo documento, los responsables del gobierno local dan numerosas órdenes al respecto, prohibiéndose recoger efectos arrastrados por la avenida y comunicando al Gobierno Civil de la Provincia este suceso, quien en fecha 17 de Septiembre "autoriza a que se utilice la partida de imprevistos para invertir en las obras de reparación de los daños causados por la tormenta del citado día.

7 de septiembre de 1867 - 7 de septiembre de 1989, una diferencia de 122 años que recordaba cuando, en este 2006, bajo las casetas del ferial de la antigua estación de ferrocarril, soportábamos una gran tormenta. También era site de septiembre.