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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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LOS ALOJAMIENTOS EN BAZA (I y II)

Breve historia de las fondas, pensiones, hoteles y similares en nuestra ciudad

(Artículos publicados en la revista El Norte en la segunda quincena de julio de 2005 y el número de agosto del mismo año)

Las vías de acceso, a la población, han condicionado siempre, la ubicación de los mesones, fondas, casas de comida, hoteles y  hostales, de nuestra ciudad. De tal modo, en Baza encontramos un  núcleo importante de estas empresas en  las inmediaciones del ferrocarril, otro en el acceso desde Granada, otro en la conocida como carretera de Murcia, y otros en las llegadas de viajeros desde Huércal, (vía Caniles) o en las paradas establecidas de vehículos de línea regular.

Al  ser la ciudad de Baza el centro de su comarca natural y enlace entre Levante y Andalucía, ha sido siempre lugar de  paso o punto de encuentro (sobre todo en ferias y mercados). Este hecho ha propiciado la existencia de diversos alojamientos, algunos de los cuales constan ya en las crónicas de viajeros del siglo XVIII, que los recuerdan por su agradable estancia en ellos, cuando no por la amabilidad con la que eran atendidos, por los monjes del monasterio de San Jerónimo, por ejemplo, deseosos de conocer noticias del mundo exterior.

En  los albores del siglo XX, encontramos en plena vigencia las posadas de “Los Álamos”, que se ha conocido como "de Andrés Ávila" y la Posada de La Alhóndiga o "de Lucas Venteo", que recogían a los viajeros que deseaban estar cerca de las Ferias o de los centros administrativos.
Pero había otras.  La "Posada del Centenario”, de Alfonso Martínez, donde se alojaba a los procedentes de la parte de Cúllar-Baza, la "Posada de Levante”, de Cecilio Maestra, que tenia las líneas regulares de viajeros en diligencia de Baza a Caniles y de Baza a Cortes y Cúllar-Baza. La "Posada de Lorca”, de Antonio Lledó, para los que venían acompañando a enfermos al Hospital de Santiago. La posada "El Rincón” ,de Eusebio Martínez, y la posada “del Sol “ de Fernando Cervantes, recibían a los foráneos que se acercaban a nuestra ciudad por motivos de visitas médicas, jurídicas o de comercio general. Todas estas empresas llegaron al año 1945.

Pero en estas fechas se recuerdan muchas fondas y mesones más; entre ellas "La Pensión Granadina", en la calle Alamillos, y la "Pensión Bastetana", (regentada por la Viuda de Antonio Cañadas, Dª Paca) en la Placeta de Serrano.

Contemporáneas con estas son la de Crispín, en calle del Agua, al amparo de las líneas de vehículos que tenían su terminal, en la Posada de los Maestras (antes parador de San Francisco, luego Posada de Levante) o en la calle Alamillos, (Autedia). Se encontraba también la 2 Pensión Gloria", en la calle de las Monjas, al amparo de la línea de viajeros de Freila, que tenia su salida en la Plaza de la Cruz Verde.

Existía el "Hotel Mariquita" (de la familia Morcillo), plenamente identificado con el ferrocarril y preferido por los viajantes que utilizaban este medio de transporte. Regentaban el ambigú de la estación y tenía mozo de maletas para el traslado de las mismas, desde la estación al hotel. Cerca de la estación estaba la "Fonda de La Estación", que regentaba Dª Matilde Fages y que atendía mayormente a empleados del ferrocarril.

Parador de la calle Alhóndiga, regentado por Lucas Venteo

Después de la guerra aparecen comedores económicos, como el de “Pilar la de la Mancha”, junto a la Plaza de Abastos, o la casa “Amigo Díaz” próxima a la estación del ferrocarril, que también servía comidas económicas, café y licores. O el "Siglo XX", que continúa en nuestros dias en la calle Monjas.Por los años 40 se abre el Hotel Comercio, en la calle Alhóndiga, frente a la hoy Comisaría de Policía, y que cierra a los pocos años de su apertura.

Julio Camús, que regentaba el bar "La Granja”, abrió luegouna pequeña pensión, al cierre de la "Pensión Granadina", por su lugar privilegiado, junto a la parada de la Autedia. Al cerrarse "La Granja", se establecen "El Mesón" y "El Siance" para comidas al personal de las líneas de autobuses de los Maestras en Plaza de San Francisco. Al inaugurarse la Estación de Autobuses y por tanto centrarse la salida y llegada de vehículos en un solo lugar, cesó esta clientela en cuanto a alojamientos,  pues los vehículos de cercanías tenían la llegada a primeras horas de la mañana, y la salida a la media tarde, no así en comidas los dias de mercado.

Parador "Los Álamos", frente a los Caños Dorados

En la trayectoria de este sector hay un periodo de estancamiento, pero el inicio de la recuperación económica y el turismo dan lugar a nuevos establecimientos, como el  de la familia Espín “Hostal Residencia Baza” o el de la ”Venta del Sol”, de la familia Castillo y el "Hostal San Carlos" (familia Vico), y el Hostal Rosa, (familia Espín), en carretera de Granada...

El cierre del ferrocarril y la apertura de la autovía inciden en estos negocios, pues cesan los que dependían del ferrocarril (próximos a la estación e incluso el "Hotel Mariquita") y la proximidad a la capital hace que muchos viajantes dejen de tener a Baza como punto de partida para los pueblos de la zona. Se prefiere el regreso a la capital (a una hora de coche); por esta causa cierra la "Residencia Baza" de los hermanos Espín.

Se inicia una lucha entre calidad y ubicación que da lugar a que aparezcan otros establecimientos hoteleros en los años 80 y 90, tales como" Hostal Los Hermanos", en carretera de Murcia, o el "Hotel Robemar”, frente al Hospital. Finalmente el "Hostal Anabel" en el casco urbano y el "Sierra de Baza", en el Romeral o ”Casa Grande”, en carretera de Ronda. Sin embargo, todos estos establecimientos, muy dignos en sí, no constituyen un aliciente mínimo para el turismo, pues los mejores sólo tienen clasificación de dos estrellas.

La creación de la autovía ha dado lugar a la ubicación de un buen restaurante “El Romeral” en la dirección Baza-Guadix y a un hostal-restaurante “Sierra de Baza”, en la dirección Guadix-Baza. Finaliza el siglo XX con las obras del hotel “El Pelao “ en el área de servicio del mismo nombre, en dirección a Murcia.

Pero la calidad es la asignatura pendiente en estos hospedajes, y así lo demandan, tanto los tiempos como los clientes. Se puede considerar como un gran fallo en nuestras estructuras. No obstante, hay que pensar si sería rentable económicamente una categoría superior.

Sin embargo, la calidad en el comer siempre ha estado garantizada en nuestra población, mayormente desde la ultima década de los 80, en la que encontramos restaurantes como “La Curva”, considerado el mejor puerto de mar del interior por sus excelentes mariscos, ”Las Parras”, con inmejorable cocina regional, “Los Cántaros“, por sus espléndidas carnes de cordero segureño, o “El Palangre”, especializado en  pescados y mariscos Y otros no menos dignos como el mesón "Los Moriscos”. En Baza se puede decir que se come muy bien. Tan es así que en comida, queda uno satisfecho en todos y cada uno de los numerosos ventorros que hay a la salida de esta población en cualquier carretera.

Hay un aspecto, que es el turístico, que no llega a cuajar por la falta de infraestructuras, es decir, malos accesos o lejanía a la población, como ocurre en los casos de las Cuevas “Al Jatib", o el insuperable complejo de Narváez, en la Sierra de Baza. El primero falla por el camino que llega hasta allí: el segundo, que es el mejor, por la distancia, trece kilómetros por autovía más cinco por camino forestal asfaltado.