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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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ESTEBAN JIMÉNEZ MONTOYA, TALLISTA

Publicado originalmente en la revista El Norte, en la segunda quincena de diciembre de 2007

Nace en esta ciudad de Baza, en el día 10 de marzo del año 1909, siendo sus padres D. Esteban Jiménez Panza y Dª Maria Montoya. Iniciándose en los estudios primarios y continuando en la Escuela Superior de nuestra ciudad, demuestra en todo momento un conocimiento completísimo del manejo del lápiz, en el dibujo y diseño busca la sencillez y la grandeza, a la vez, en el trabajo bien hecho.

Entra en el taller de carpintería en madera de la familia y empieza a destacar con sus tallas en madera, señalándose como un experto conocedor de la gubia, la que maneja con delicadeza y primor, obteniendo en la madera verdaderas joyas de arte.

Su destreza y talento, le hacen pronto el ser reconocido en su profesión de tallista, como un maestro, al que se unen los conocimientos de ebanista y dorador. Pronto dispone de un taller propio y da trabajo en el mismo a varias personas amantes de esta profesión. Aparte de una situación económica próspera, es reconocido por la bondad de su carácter y afabilidad en el trato. Se especializa el taller en la construcción de comedores, despachos, bargueños, molduras de cuadros, y tallas en tronos e imaginería religiosa.

Contrae matrimonio con Dª Ángeles García y  ha tenido seis hijos: María, Josefina, Piedad, Esteban, Angelita  y Joaquín.

Sin embargo, la vida de este bastetano, ejemplar trabajador y honesto padre de familia, se ve truncada, como la de tantos otros bastetanos normales, por la injusticia que impera en nuestra ciudad con el llamado Gobierno del Frente Popular. Es encarcelado, por declararse católico, y es llevado diariamente a trabajar en calidad de maestro, a la comuna del gremio de carpinteros, que se había instalado en la Iglesia Mayor.

En ella lucha porque la madera noble que formó parte del destruido Coro, sea reutilizada, y no quemarla, como se estaba ya haciendo. Con estos restos del coro se hacen las mesas de despacho, sillones y armarios o bibliotecas, que las autoridades de todo tipo (militares, civiles, o sindicales) demandan tras su instalación en Baza, como capital republicana de la provincia de Granada.

Su manifestación de queja por la destrucción del patrimonio artístico religioso, hace que se le indisponga con los llamados “incontrolados” que mandan en la ciudad, con la tolerancia de las autoridades, dando con ello  lugar a que sea incluido su nombre en una lista de los llamados a fusilar. Enterado de su inclusión otro bastetano, el carpintero Pepe Robles, se lo llevó  a su casa, con pretexto de unos trabajos urgentes. Cuando fueron a por él, este les dijo que no lo podía entregar, pues estaba haciendo unos bocetos para un trabajo muy urgente, para el Gobernador Militar, y que estaba bajo su custodia. A la mañana siguiente, los otros dos bastetanos que estaban en la lista, aparecieron fusilados en las tapias del cementerio.

Hombre sencillo, amable, y trabajador, que sintió la injusticia en su persona, perdonó todo y a todos los que le dañaron, y siguió su vida y trabajo. Amante de la belleza y de las cosas bien hechas, presenta en la Primera Feria Oficial de Muestras, celebrada en nuestra ciudad en el año 1947, un  magnifico comedor, con tallas de madera, que recibe el primer premio por su trabajo en muebles de estilo. Ya en el año anterior había recibido la medalla de la exposición local por sus trabajos en talla.

Igualmente confecciona, por encargo del Ayuntamiento de la ciudad, el Trono de la Archicofradía del Santo Entierro, magnifica obra de talla en madera, que se muestra el Viernes Santo, y se conserva en la Iglesia de la Merced.  Sus bajorrelieves, con la historia de la Pasión de Cristo, son obras de arte en talla.

Posteriormente recibe varias medallas y diplomas, en distintas exposiciones y, más que todo, inculca en sus hijos y empleados el amor al arte, a la belleza, al trabajo bien hecho y, sobre todo, a la humildad y sencillez en la vida cotidiana. Nos legó a todos los bastetanos todo un ejemplo de hombría de bien, llevando el nombre de nuestra ciudad, allá donde se encuentre una obra salida de su taller.

Falleció, repentinamente, el día 18 de Marzo de 1984.

Una de las finas tallas de este insigne bastetano que, en 1946, en la I Feria General de Muestras obtuvo estas medallas y el diploma acreditativo, a la derecha.