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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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 DON EMILIO CASTELLANO VITA

Artículo publicado originalmente en la sección Semblanzas Bastetanas, de la revista 'El Norte', en la segunda quincena de noviembre de 2007

El 19 de septiembre de 1879 es un gran día para el matrimonio bastetano formado por  Emilio Castellano Manzano  y Teresa Vita San Bernardo. Nace esa jornada su hijo, que llevará el nombre del padre, y que se convertirá en un vecino ilustre de la ciudad que le vio nacer. Industriales pasteleros, con un establecimiento abierto en la Plaza Mayor, deciden dar una educación esmerada a este hijo en el que desde pequeño y ya como estudiante se traslucen sus ansias de conocimiento.

Emilio Castellano Vita llega a Granada en el año 1888, entrando a formar parte del Colegio Universitario San Bartolomé y Santiago, para cursar los estudios de Derecho. Allí tiene la oportunidad de conocer a  intelectuales y profesores de la Institución Libre de Enseñanza, creada por Fernando de los Ríos, Azcárate y Salmerón, aceptando plenamente sus razonamientos éticos, que serían su norma vital. Para el segundo curso marcha a Madrid, donde amplía bastante sus conocimientos en determinadas ramas. Aprende las lenguas francesa e inglesa, que llegaría a hablar a la perfección. Aprovechando el conocimiento de estos idiomas y animado por su insaciable espíritu de aprender, adquiere y lee los libros que la Iglesia había puesto en el Index y que no estaban  editados en castellano.

El 9 de octubre de 1902 obtiene el título de Licenciado en Derecho, que le faculta para ejercer como abogado en  Madrid. Expide dicho documento el Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, en nombre de S.M. El Rey.

Con veinticuatro años cumplidos, regresa a la vida bastetana, ocupando una plaza de profesor en la Escuela de Enseñanza Superior de esta ciudad, donde da clases de Ética e idiomas.

A nivel social, Emilio Castellano Vita es propuesto, pese a su juventud, como presidente del Casino de Artesanos, sobre todo después de haberse hecho cargo  del negocio familiar. No llega a ejercer la abogacía, aunque su  despacho es clave en la época para la emisión de dictámenes jurídicos, siempre con un notable razonamiento y contenido ético.

Dedica sus días a mantener correspondencia, con las amistades de Granada y Madrid. Entre sus entretenimientos destaca la inclinación por reunir todo aquello que hace referencia a nuestra ciudad; lo deja todo bien ordenado y clasificado, con un esmero propio de un profesional documentalista: periódicos, pasquines, revistas, bandos, anuncios, esquelas, facturas, correspondencia, etc. Su casa se convierte en todo un santuario del saber. Por sus pasillos y habitaciones ya corretean sus hijos: Emilio, Luis y Carmelo, fruto de su matrimonio con  Dolores Alcón Nomdedeu.

Como sucedió con todas las personas de recio prestigio, alta posición social y economía boyante en la ciudad, durante la Guerra Civil sufrió la incautación de su casa, en la cual se instaló el comité central del Partido Comunista. En sus habitaciones es obligado a dar cobijo al personal refugiado. Su esposa se niega a dejar su vivienda y es obligada a retirarse a las buhardillas del edificio. La oposición al atropello es castigada  incluso con prisión, que cumple en los bajos del acceso a la Iglesia Mayor, frente al domicilio ocupado.

El 27 de marzo de 1939 es liberado. Pese a que su situación de “excautivo” le otorga notables beneficios en el nuevo régimen, jamás hizo uso de los mismos, prefiriendo no involucrarse en ninguna actividad política.

Al contrario, Emilio Castellano Vita decide retomar con más ahínco el cuidado de  su biblioteca personal. Fabrica un sello con el que impregna todos estos documentos. En él consta la leyenda “papeles de Don Emilio Castellano”. Este erudito vecino es consciente que llegaría el día en que estos impresos serían claves para el estudio y conocimiento de lo que estaba pasando en Baza, pues una cosa es la versión “oficial” y otra, a veces muy distinta, la “real”.

Desde su alta posición social intenta que la corporación municipal construya y mantenga una biblioteca, y un museo local, aunque no lo consigue. En ella pretendía, quizás, depositar todo su legado. Para que no se pierda esta recopilación, cede gran parte a diversas instituciones granadinas, periódicos y revistas de la época.

En numerosas ocasiones, recibe cartas  de militares y políticos republicanos que se encuentran en prisión; en ellas le piden que informe a las autoridades sobre la actuación “ética” de aquellos. Nunca se negó a hacerlo, por los mismos que en su día le encarcelaron, y que ahora reconocían su valía  y moral  cívica.

Emilio Castellano Vita fallece en Baza el 24 de Noviembre de 1955, habiendo dejado un gran legado para la historia bastetana, que se repartió entre sus hijos.

Debido a su numerosísima correspondencia, el nombre de nuestra ciudad  era conocido en tierras tan remotas como Rusia, Alemania, Inglaterra o Estados Unidos. Y es que  desde sus tiempos de estudiante en Madrid, era socio de la Sociedad Universal del Esperanto, carteándose en este idioma universal con miembros del mismo de otras nacionalidades

Desde estas líneas mi reconocimiento a tan egregio bastetano.