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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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CONFITERIAS Y PASTELERIAS BASTETANAS. Breve historia y panorama actual de estos suculentos establecimientos.

Artículos publicados originalmente en la Revista "El Norte", en julio de 2008 

I

Las páginas centrales de esta edición de julio las vamos a dedicar a un producto que nos permite recordar lo mejor de una ciudad. Son pequeñas joyas cuyos aromas y sabores nos acompañan siempre; forman parte de nuestra propia vida, de esos momentos entrañables, de los días de fiesta, de las celebraciones, de la alegría… Muchos de los bastetanos que antes se denominaban, impropiamente, “ausentes”, y que ahora visitan nuestra localidad con motivo de las vacacione o por la Feria, suelen acercarse a ellos para intentar evivir y recordar aquellos días en que todavía deambulaban poir nuestras calles.

Hablamos de los pasteles y por extensión, de las pastelerías. Al denominar este tipo de establecimientos solemos utilizar también la expresión “confitería” que si bien son muy parecidos, no llegan a ser lo mismo.

En un diccionario al uso al que nos hemos acercado se dice que “pastelería” es el “sitio donde se hacen o venden pasteles y otros dulces”. Para entenderlo mejor, nos hemos trasladado a la definición de “pastel”. Nos dice el diccionario que se trata del “preparado de cualquier vianda hecho en molde”. No obstante, la definición más correcta de lo que son estos productos podría ser la que lo resume diciendo que “pastel” es toda aquella “masa, cocida al horno, de harina, manteca, etc., adornada o rellena de crema, nata o dulce, y aveces, de carne o pescado.”

Efectivamente, cuando nos adentramos en este sector encontramos otra denominación que a veces confundimos con la de “pastelerías”. Se trata de las “confiterías”. Dice el diccionario que “confitar” es “cubrir con baño de azúcar las frutas o semillas para hacerlas más dulces”. Otra acepción, que nos parece incluso más romántica es la que nos describe esta actividad como “endulzar, suavizar”. En este mismo diccionario podemos leer que “confitero” es la “persona que hace o vede dulces o pasteles”. Esta es la pastelería de don Emilio Castellano, aunque entre esta foto y la que ofrecemos más adelante (actualidad) han pasado más de cien años. Este establecimiento es uno de los primeros que en Baza se dedica al dulce mundo de la pastelería

Pues bien, sabiendo con una cierta exactitud de lo que vamos a hablar, nos adentramos en el mundo de los pasteles en nuestra ciudad. Porque seguro que muchas veces la mayoría de nosotros, al degustar este alimento tan grato al paladar, nos hemos preguntado, “¿de qué pastelería es?”.

Buscando en nuestros archivos e intentando recoger información para este trabajo, hemos podido comprobar que en nuestra ciudad ha habido siempre magníficas pastelerías. En numerosos obradores repartidos por la población, sus propietarios artesanos y verdaderos artistas del saber hacer estas sabrosas piezas de efímera vida y gran placer a nuestros paladares, han tenido la sabiduría de elaborarlas. Personas que han sabido dar el dulzor, esta sensación agradable al paladar, a base de productos naturales, como el azúcar o la miel. En nuestra ciudad tenemos magníficas pastelerías, que han sabido y lo siguen sabiendo, dar un dulce colofón a las fiestas y celebraciones familiares, dejando siempre un grato sabor de boca.

II

A primeros del siglo XX, en el año 1905, un anuncio sobre papel nos pone sobre la pista de la CONFITERIA, REPOSTERIA Y LICORES de Lorenzo Fages Calderay, un lujoso establecimiento montado a la altura de los primeros del Reino que acaba de exponerse al público en la Plaza Mayor.

Omitimos hacer comentario, pues el público inteligente lo tiene conocido. Se situaba este establecimiento en lo que posteriormente sería el Café Comercial, para acabar a primeros del siglo XXI, convertido en un “Todo a 100”.

Pastelería de don Emilio Castellano

El primer establecimiento del que se guardan datos es la CONFITERÍA de Juan de Dios Castellano, establecida antes del año de 1860, en el mismo emblemático lugar que hoy ocupa una tradicional  pastelería bastetana, regentada ya por la quinta generación de artesanos pasteleros.

Se da la curiosidad que los que han regentado y hoy día regentan esta pastelería, todos se llaman Emilio.Al fundador le siguió su hijo Emilio Castellano Manzano; a este, Emilio Castellano Vita; a este, Emilio Castellano Alcón y a este último, su hijo, Emilio Castellano Montes. No es sólo, por tanto, el apellido, es también el nombre lo que vincula el negocio familiar al que deseamos muchos de vida. Por eso,  no es de extrañar que durante todo el siglo XX y lo que llevamos de éste, se le haya conocido como la pastelería de "Don Emilio Castellano.".

Este establecimiento es también la única pastelería que conserva documentación gráfica; de tal modo, disponemos de una curiosísima lista de productos y precios, en la que podemos ver las especialidades de la casa en la Navidad de este año 1860 (siglo XIX); hoy ya sabemos que lo son el pan de bizcocho, el merengue, el dulce de chocolate, las tartas de nata… todo el año y el roscón de reyes en su momento. Todos los productos siempre realizados a modo artesanal y de elaboración diaria. En esta Navidad el maestro pastelero era Antonio Padilla, del que se dice trabajaba con aseo y esmero.

El surtido que había preparado esta pastelería para los días navideños de aquel 1860 estaba compuesto de bizcochos, mostachones, almendras, yemas, delicias, mantecados, roscos ( muy variados), en fin una larga y completa lista de productos, dulces de todo tipo, turrón de todas clases, que termina con los precios de los licores. Bien podemos afirmar, sin riesgo a equivocarnos, lo bien surtido que estaba este establecimiento en dicha Navidad.

III

CAFETERÍA PASTELERÍA “SAN ANTONIO”

En al año 1952 abre sus puertas en la Plaza Mayor, número 12, unos metros más abajo de donde estuvo la Pasteleria del Sr.Fages, la confiteria-pasteleria SAN ANTONIO, regentada por Víctor Navarro Elices, quien había aprendido los secretos del obrador de pasteleria en la ciudad de Barcelona, durante los años de la Guerra Civil, si bien, en los primeros años dispuso de un maestro pastelero.

Pronto se hicieron muy populares sus productos, reconocidos por la población, siendo muy elogiadas sus tartas de nata o de trufa, los piononos, el merengue, el tiramisú, exquisitas delicias para los paladares.
En el año 1990, Víctor Navarro la cede a su hijo Antonio, quien mantiene el negocio familiar en la actualidad, elaborando artesanalmente el conocido como “dulce tradicional” y  especializándose en "tartas" en sus mas distintas variedades y gustos.

CAFETERÍA-PASTELERÍA “VICTORIA”

Otro de los hijos de Víctor Navarro Elices, Gabriel, que había aprendiado las artes del obrador desde niño, y que recuerda aún las horas que echaba durante las Navidades, batiendo la manteca y envolviendo la masa de los mantecados, abre en la Placeta de Serrano la CAFETERÍA-PASTELERIA "VICTORIA", un lugar acogedor,y amplio, en el que en todo tiempo, se puede degustar un buen café o chocolate y si se quiere acompañar no ya con los conocidos "churros", sino con una extensa gama de pasteles de todas clases entre los que destacaríamos sus "riñones de yema", producto de paciente y larga elaboración artesana, a los que hay que añadir el producto estrella de la casa "las puritas" que en base a hojaldre, merengue y trufa, satisfacen a los más exigentes paladares.

Aparte del calor agradable que tiene en sí esta cafetería-pasteleria, atendida por numeroso y experto personal, en los meses veraniegos se amplía con su famosa "terraza interior".

IV

CONFITERÍA “LA PIEDAÍCA”. GERMÁN MARTÍNEZ

Es a principios del año 1940 cuando la panadería de Germán Martínez Lorente, en la calle del Agua, número 42, abre al público su obrador de pastelería. En él ofrece, especialmente, los productos típicos de la época. En Navidad, este establecimiento  anuncia “mazapanes surtidos, pasteles de gloria, almendras rellenas etc”.

El negocio regentado por GermánMartínez se conocía como "La Piedad". Años después, cuando se cerró la panadería, continuó la Confitería-Pastelería "La Piedaíca".
Este negocio obrador  regenta el local hasta 1987, en el que pasa a ser titular del mismo su hijo, Germán Martinez Venteo, quien sigue al frente de esta pastelería en la actualidad.

…cerraron las puertas

Una pastelería que tuvo efímera vida en nuestra ciudad, en concreto desde 1940 a 1955,  fue la que conocimos como la de “Francisco Menéndez”, a quien también recordamos en el kiosco de madera, que hubo delante de la que hoy es conocida como “casa de Granero”, a la bajada de las escalerillas de la calle Aduana, en su confluencia con la Alhóndiga.

Era este kiosco famoso entre los escolares, porque vendía cigarrillos de ”matalauva” en  fajos de seis: cinco con papel blanco y uno con papel marrón, de elaboración artesana.

Pasó a ser Pastelería, al trasladarse a la calle Alamillos, a una casa sita junto al “ Bar la Granja”, y se cerró al marchar esta familia de la ciudad.

En esta misma calle Alhóndiga, se estableció el obrador de pastelería de Moisés Jordán, que tuvo igualmente una vida corta, pese a la calidad de sus productos.

Otra pastelería que tenemos que decir que ya ha cerraso sus puertas es la de Antonio Roda González, pastelero que se había formado en el obrador de D. Emilio Castellano. Allí, en la Plaza Mayor, estuvo trabajando este confitero desde el año 1962 hasta el año 1986. Un año después, 1987, abrió una Pasteleria en la calle de la Alhóndiga, donde disponía de un pequeño local, en el que también servía café.

A estas confiterías y pastelerías, dedicadas casi por completo al dulce producto, hemos de unir hoy día a las panaderías que en ediciones pasadas constatábamos en esta misma sección. Al mismo tiempo que elaboran y venden el pan, disponen también de un obrador de pastelería en el que preparan exquisitos dulces al público. Entre otras, podemos detallar los establecimientos de los Hermanos Doblas, en calle Monjas; el de los Hermanos Jordán, en calle Blas Infante; el de los hermanos López, en calle Reyes Católicos; y el de Francisco Navarro "Casildo", en calle Sierra Morena. Hay que decir que el resto de panaderías bastetanas también dispone de un despacho para su bollería.