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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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La fiesta de Santa Bárbara

Artículo publicado en la revista El Norte correspondiente al mes de diciembre de 2007

Fue en el día de Santa Bárbara cuando se procedió a la entrega de la ciudad a los Reyes Católicos, por lo que la jerarquía católica que les acompañaba proclamó como Santa Patrona, hay que recordar que esta ciudad ya tenía su Santo Patrón, que desde los primeros tiempos de su conversión a la cristiandad era San Máximo, una figura que sufrió el martirio por su fe en Cristo.

Olvidado durante siglos, obviamente durante la dominación árabe, es a partir de 1489 cuando se vuelve a hablar de San Máximo, junto con Santa Bárbara. Nunca tuvo Máximo representaciones iconográficas, imágenes o cuadros, que se conozca, en nuestra Iglesia local, pues siempre estuvo “de cuerpo presente”. Efectivamente, sus huesos, los del cuerpo entero, fueron entregados por el pontífice Paulo V, en Roma, en el año 1608, al ilustre marino bastetano Diego Corsini, quien los reclamó para nuestra ciudad y los recogió en el puerto de Cartagena, donde fueron a recibirlos varios representantes de Baza. Se cuenta que estos huesos, verdaderas reliquias, se llevaban en procesión, con motivo de los actos más solemnes, entre varios dignatarios por el interior de la Iglesia Colegiata. Poco a poco se fueron perdiendo huesos del Santo Máximo; con el tiempo se procesionaba una arqueta en la que quedaba sólo la calavera. Hay referencias de ello en diferentes escritos a la “arqueta que contenía los restos de San Máximo, mártir de nuestra iglesia”.

Programa oficial de las fiestas de la Toma y Santa Bárbara del año 1947 Programa oficial de las fiestas de la Toma y Santa Bárbara del año 1947

La primera imagen de Santa Bárbara se dice que fue regalada a la ciudad por doña María de Luna, siendo su lugar de ubicación las salas capitulares de nuestro Ayuntamiento. La referencia escrita se puede encontrar en los archivos municipales, en concreto, en los del año 1755, el diez de diciembre. Se puede leer en él: “hay una imagen de esta Santa Bárbara, Patrona de esta ciudad en el ayuntamiento”, y allí se pide “que la misma sea sacada junto a la Virgen de los Dolores,  en procesión, hasta la Iglesia Colegiata, en el acto de acción de gracias”.

Las celebraciones litúrgicas referenciadas se producen tras el terrible terremoto sucedido dicho año, en el que se considera que la intercesión de dicha santa veló por los habitantes de la ciudad. En estos documentos se pide también que el cuerpo de San Máximo (co-patrón de la ciudad) se incorpore a la procesión claustral que se realizará con el citado fin de acción de gracias. Se deja por escrito que una persona elegida por el Cabildo sea la portadora de su “estatua”, suponemos que sería una pequeña imagen de San Máximo o la arqueta con sus restos. Se añade que la imagen de Santa Bárbara sea llevada en andas y portada por cuatro individuos del mismo Cabildo. Se ultima este protocolo de los actos diciendo que: “concluida esta ceremonia de procesión claustral, sean restituidos San Máximo a su capilla y la imagen de Nuestra Señora Santa Bárbara a el suyo, que lo es en el Ayuntamiento”.

En el protocolo de actuación establecido para esta fecha, que no es más que un acto de agradecimiento de la ciudad a sus santos patronos, se dice: “se convocará a la ciudad y a sus individuos, con sus escuderos o porteros, vestidos de negro, las mazas y escudos, bajas e inclinados a tierra y los individuos de esta ciudad, sin espadines, ni sombreros, ni otro adorno superficial…Que se citen a los Veedores de los Gremios para que con sus estandartes asistan a la procesión que se ha de hacer para traer a María Santísima de los Dolores, hasta la Santa Iglesia Colegial y luego volver a su casa”.

Santa Bárbara, patrona de Baza, en el antiguo salón de plenos. Esta imagen de Santa Bárbara no debió ser muy del gusto de “los señores de Baza”, pues decidieron que se hiciera una nueva estatua en el año 1755. La réplica estuvo presidiendo el altar del Ayuntamiento hasta la llegada de la República, una pequeña joya de la imaginería religiosa. Dicha imagen se había adquirido a don Chrisanto Romero, como artista más acreditado que se reconocía en estos contornos; había sido entregada para estofar (ribetear en oro) a don Thomas de Torres, vecino de Almería; el “estofado” se realizó sobre oro de 48 pesos. Se entregó en un cajón, con el debido cuidado, a los comisionados don Juan Antonio Guillén y don Antonio Melgar, los cuales fueron facultados para el pago de los 600 reales en que había sido tratado el trabajo. Al mismo tiempo se acordó la adquisición de una diadema para la citada imagen.

La escultura de Santa Bárbara se recepcionó el 14 de julio de 1756. El acto fue muy solemne; los gastos originados para tal evento quedaron reflejados en una minuta “de los gastos de este ayuntamiento de la función a Santa Bárbara”. Las cuentas de dicho festejo popular quedaron descritas de esta manera: “Se ha gastado en ella: para don Ramón García, 659 reales y 25 maravedíes en 4 varas de cintas para el estandarte. A Juan Bautista Benaita se le han tomado 30 libras de pólvora para la artillería y tropa que asistió a la función. 60 reales en las 4 cargas de piedra para las luminarias. 8 reales para tachuelas y madera para el altar. 12 reales valor de 20 libras de cera. 24 reales  los tambores que asisten a la función. 24 reales para el carbón de los haceros y cuerpo de guardia. Al campanero de esta Santa Iglesia por su ocupación de 24 horas tañendo las campanas de la vela y otros 24 al artillero que estuvo disparando la artillería en dichas 24 horas. 8 reales al cochero que condujo al predicador desde San Jerónimo hasta la Santa Iglesia. 9 reales a los porteros para medias y zapatos para la asistencia a la dicha función. 169 al maestro cohetero, por los cohetes que hizo para la misma función y para los gastos del piquete que asistió las 24 horas”.

Con posterioridad, en los años 40 del siglo pasado, se adquirió por el Ayuntamiento una nueva imagen de la Santa Patrona, que se instaló en una hornacina sobre el altar de la Sala Capitular.

Acaban de celebrarse en nuestra ciudad los actos de celebración del día de la Patrona. Si examinamos en programa de esos mismos festejos a nuestra Patrona, pero de hace sesenta años (1947) vemos muy pocas diferencias. Han anulado los actos culturales y musicales, se ha incorporado la lectura de un manifiesto por la concordia y se ha sustituido  "el reparto de pan a los pobres” por una cata de vino del país. Aparte de que volvemos a ver con satisfacción que es “día festivo”.