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PEONES CAMINEROS.Artículo publicado en la revista EL Norte, dentro del apartado "Memoria y Opinión", en la segunda quincena de octubre de 2008 |
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Realmente, los peones camineros apenas llegaron a la época democrática de nuestro país. No obstante, las características casillas que utilizaban, junto a las principales carreteras y caminos principales, la gran mayoría ya cerradas y abandonadas, siguen como testigos inconfundibles de un trabajo que marcó una época en las Obras Públicas y que aún continúa con grato recuerdo en la memoria de muchos. |
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Es bien sabido que carretera, viene de “carreta”. Se entiende de este modo mucho mejor que el cometido de estos empleados públicos era el de que los caminos, entonces llenos y utilizados por las carretas, estuviesen en todo momento transitables. Hay que reconocerles y admirar el hecho de que con sus herramientas (el Estado les facilitaba junto a su nombramiento: espuertas, carretilla, pico, pala y azadón ), mantuvieran despejado siempre el trozo de vía que se les tenía asignado, las cunetas limpias, todas las malezas retiradas de sus proximidades para evitar incendios, cubiertos los inicios de baches para evitar fuesen a mayor… Y todo ello a cambio de un sueldo fijo, una vivienda, que fueron ordenadas por la Reina Isabel II, en toda la Red Nacional de Carreteras y Caminos, y un trocito de tierra junto a su casa, en el que poder cultivar alguna que otra fruta y hortaliza necesaria. Con su magnífico trabajo, nunca mejor dicho “sobre el terreno”, cuántas muertes evitaron avisando de riadas, cuántos cortes de carreteras, hundimiento de puentes, y cuantos incendios, con su impagable labor de limpieza de maleza y de las cunetas. En algunas zonas he visto pequeños monolitos de recuerdo a estos “Peones Camineros” que tan grato recuerdo dejaron con su buen hacer. En Baza tenemos la suerte de disponer, en su Archivo Municipal, de la trascripción del Titulo del primer Peón Caminero llegado a nuestra ciudad. El documento se despachó a favor de don Andrés Fernández, para el tramo de la legua que va desde esta ciudad hasta el río (camino de levante). La casilla adjudicada, aún en pie, se conoce como "El Portajo". El título al que aludimos dice así: “…concediéndole libertad de todas cargas y oficios concejiles, alojamientos y bagajes, curadurías, hospedajes, quintas y guías. De los repartimientos de trigo y cebada para la Corte, ni otra parte, de los cargos de cobrador de pechos, bulas, moneda forera, alcábalas y puentes, el de enviar a la guerra a ningún soldado, y de salir a trabajos en el tiempo que obtuviere dicho cargo, y la exención de todas las causas civiles y criminales que se le ofrezcan por dependencias u ocasiones de su oficio conozcan en Primera Instancia, y las Justicias Ordinarias, como subdelegados de caminos con apelación a la Junta Suprema de Correos, excepto en los casos contenidos en las Ordenanzas de la Renta, sin ser preso por las causas que no corresponda imponerle pena corporal, aunque hubiere de sufrir la de destierro sin consultarlo a las Justicias de la Dirección General, antes de ejecutar la prisión”. Este título está expedido por los señores Directores Generales de Correos Caminos y Postas, y por el Señor Inspector General de estos. |
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En el año 1956 sufren una profunda transformación. El Cuerpo de la provincia de Granada tenía entonces 95 peones, 2 capataces de línea, 2 capataces de brigada, y 30 de cuadrilla. Era Ingeniero Jefe de Obras Públicas don Francisco de Paula Abellán Gómez. Modernos caminos, modernas carreteras, moderna maquinaria, modernos vehículos, todo dio lugar a la desaparición de este servidor público al que hoy recordamos con respeto y admiración en estas líneas. |
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