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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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Novenas y rogativas

Artículo publicado originalmente en la revista "Nuestra Patrona", publicada por la Hermandad de la Virgen de la Piedad con motivo de la Feria y Fiestas del 2008


Las novenas que anualmente se hacen en nuestra ciudad, dedicadas a Ntra. Sra. la Santísima Virgen de la Piedad, son la máxima expresión del cariño y devoción de este pueblo a su amada virgen.

Añotras año, con un templo repleto de fieles, totalmente iluminado y engalanado, se inician estas novenas en el día 30 de agosto, finalizando el 7 de septiembre, víspera de la celebración solemne de su Festividad.

La antigua ofrenda de frutos de los Labradores, se ha sustituido por una ofrenda realizada por los distintos barrios, que le da brillantez y colorido a esta celebración religiosa.

Estas novenas constan, desde tiempos inmemoriales, bien acogidas e incluso solicitadas insistentemente por las autoridades y los labradores locales.

Persisten en el tiempo, e incluso se amplían y mejoran en fervor y religiosidad.

Las Novenas se inician después del regreso de la Imagen, a su Capilla en la Iglesia de la Merced, tras su estancia temporal en la Iglesia Mayor, adonde fue llevada por el Gremio o Hermandad de Labradores, en Rogativa.

Buscando un poco de historia encontramos en un folleto de “Anales Eclesiásticos” de Baza (Pg. 64) lo siguiente: las fiestas que pudiéramos llamar características de Ntra. Sra. De la Piedad, se distinguen con el nombre de FIESTAS DE LOS LABRADORES.

Comienzan en la última decena de abril, trasladando procesionalmente a la imagen a la Iglesia Mayor, donde permanece ocho días en solemne  ROGATIVA AD PETENDAM PLUVIAM, rogativa que continúa después de una procesión solemnísima de regreso al Santuario. Allí sigue la misma solemnidad durante todo el mes de mayo, celebrándose dos grandes funciones en el primero y segundo domingos de dicho mes; y en el de junio inmediato en que viene a concluirse la expresada rogativa.

Empieza otra AD POSTULANDAN SERENITATEM, que no reviste tanto esplendor como la primera, pero que se prolonga con salve y letanías, cantadas todas las noches, hasta el 28 de agosto, en que vuelve la imagen a su Camarín.

Vemos en este documento, como tras el regreso de la Imagen a su Camarín, es cuando se inician las Novenas (del día 30 de agosto al 7 de septiembre), tras recibir las rogativas de los labradores en la Iglesia Mayor.

Si examinamos esta referencia, con lo actual, todo nos ha quedado, incluso esas endémicas plagas del campo y que siempre han temido los labradores, esa terrible trilogía de Heladas, Sequías y Tormentas, siguen azotando el campo bastetano.

En el tiempo se han perdido incluso aquellas cancioncillas, que expresaban la realidad más que todos los grandes sermones. Aún recuerdo estrofas de aquella que decía: Los ríos se secan, las plantas se caen. Las fuentes no corren, las hierbas no nacen, y la súplica que decía: Para que cesen nuestros pesares,… llueva el cielo, el agua baje,… riegue los campos… el pan no falte. Otras estrofas decían:

En los tiempos de sequía, vive tu gente apenada.
Mándanos Virgen María, el agua tan deseada.
Repitiendo siempre la misma súplica.

Sólo se pedía lo necesario, pues si durante los días de estancia de la Virgen en la Iglesia Mayor, llovía, se acababa la petición. Si durante estos días no llovía, entonces se iniciaban las rogativas, y tras estas las de ad postulandan serenitatem.

Como observamos, este proceso cultural, ligado a la fe en la Virgen de la Piedad como mediadora de las súplicas o peticiones de los labradores, ha ido evolucionando, pero no así los fenómenos atmosféricos que aún persisten.

Tanto las Novenas, a Ntra. Sra. La Virgen de la Piedad, como las Rogativas, tienen una antigüedad contrastada, pues ya en el año de 1738, Fray Juan Barroso, Comendador del Convento de la Merced de Baza, mandó imprimir la NOVENA A NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DE LA PIEDAD, dedicando este librito al señor don Isidro Corvera Cisneros y Sarabia, Alguacil Mayor del Santo Tribunal de la Inquisición.

(Este primer librito sobre las Novenas a la Virgen, fue impreso en Sevilla, imprenta Los Gómez, frente al Convento de San Pablo).

En el mismo, se hacen día por día, aquellos elogios que dice son tomados de las Sagradas Escrituras, y dedicadas a la advocación de Nuestra Sra. la Virgen de la Piedad, y reseña las oraciones que en cada día se han de leer, finalizando cada lectura con el rezo de tres veces el Padre nuestro, y tras ello el Ave María. Así todo el novenario. En Baza fueron reeditadas esas Novenas, en el año 1859, y en el año 1944.

A partir del año 1940, encontramos testimonios gráficos de la celebración de estas Novenas, en las que los oradores son eminentes predicadores, siempre frailes franciscanos.

Si bien el solemne novenario duraba desde el 30 de agosto al 7 de septiembre, el culto a la única y singular patrona de Baza, llegaba hasta el día de la octava, 15 del mismo mes, fecha en que se celebraba la Octava.

Cuando no se lograba el efecto benéfico de la novena, es decir, la desaparición de las heladas, las sequías o las tormentas, azote de nuestro campo, se estimaba el que algo malo habrían hecho los vecinos de la ciudad, para no haber merecido ese don del cielo, y entonces, se intentaba pedir el perdón, de lo que se consideraba enojo divino, y se iniciaban las ROGATIVAS, en las que se ensalzaba el Nombre del Señor, y sus grandezas, y en un salmo se dice “El que cubre el cielo de nubes, y dispone así la lluvia para la tierra”. Se pide su clemencia para todos, y se pide reiteradamente el que atienda las súplicas que se le hacen.

Ni que decir tiene que todas estas súplicas se hacen a través y por la mediación de la Santísima Virgen a la Piedad, refugio y amparo del creyente bastetano.