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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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LA PRENSA GRANADINA Y BAZA (II)

Artículos publicados originalmente en las "Páginas Centrales" de la Revista "El Norte", en la segunda quincena de noviembre de 2009 


Es tremendamente desolador el tratamiento que sobre esta ciudad de Baza encontramos en la prensa de la capital granadina. En el último cuarto del siglo diecinueve existían en Granada ocho periódicos, sin embargo, encontrar  en alguno de ellos una simple referencia a nuestra ciudad, a nuestra feria, o a cualquier otro acontecimiento, es una tarea titánica o cuando menos infructuosa. Viene ello a confirmar el dicho popular de que “La provincia de Granada acaba en el Molinillo”, sentencia que citaban nuestros abuelos siempre que se mencionaba algún avance, logro, o ventaja que supusiera un progreso a la provincia. Nunca pasaba del Molinillo. Nada llegaba a esta ciudad. Sin riesgo a equivocarnos podemos asegurar que Baza no existe en la prensa granadina, a pesar de gran número de periódicos que se publican en ella. Ni siquiera el veterano Defensor de Granada  dedica  referencia alguna a nuestra ciudad; tan solo en el mes de septiembre se hace algún apunte referido a la feria y al juego dado por los toros en la corrida anual.

Sin embargo, en el número 942, editado el martes día 8 de mayo de 1883, este prestigioso diario hace una referencia en primera página a nuestra ciudad. No es autor de ella un corresponsal, sino un redactor del periódico que finalmente no da su nombre y que firma con una X. Por la curiosidad y observaciones que hace sobre la Baza que viene a visitar, recojo algunas frases de este viaje:

Instalado o embalado en la berlina de una impropiamente denominada diligencia, partimos de Granada a la cómoda hora de las cuatro de la mañana, dejando tras nosotros la ciudad envuelta en el sepulcral silencio y en la natural oscuridad que siempre disfruta, sin lastimarnos los oídos mas que la aguardentosa voz de un mal llamado sereno, o el continuo crujir de la fusta del mayoral, acompañado de la clásica forma de alentar a sus mulas, con las formula de,”anda, anda, cabrita, alcaldesa, generala, etc.etc.”

Describe como infernal la carretera hasta Guadíx, y explica cómo en los tiempos de la invasión francesa, la carretera oponía tanta resistencia a las tropas de Napoleón, como ahora lo hace con los viajeros españoles.

Llegados a Guadíx, cambian de vehiculo, por lo que ahora ocupan un precioso ómnibus, tirado por seis animales de tiro magnífico. “El camino es espacioso, cómodo y alegre. Una venta muy bien provista y aunque de titulo humilde, nos da a conocer la diferencia que había entre los excesivamente malo y lo extremadamente bueno. En la venta de Baúl, encontramos dos cosas dignas de anotar: la amabilidad y extremada educación de sus dueños, don Francisco Trujillo y señora, y las cómodas habitaciones y condimentados alimentos que en abundancia nos presentaban”.

A las nueve y media de la noche, asomábamos la helada cabeza por la ventana de la berlina, contemplando desde la altura de San Pedro Mártir, bajo un hermoso cielo donde lucia una clara y esplendente luna sus cenicientos rayos, la población de Baza con su preciosa vega y sus vegetación sorprendente”.

“Después de bajar las bien coordinadas  cuestas que existen a la entrada de la ciudad, nos internamos en la misma dejando a un lado su pintoresco paseo, y al otro el tradicional convento de San Antonio Abad, hospedándonos cómodamente”.

“Visitamos, acompañados de las personas mas notables, el edificio que está dedicado a servir de Audiencia de lo Criminal, sorprendiéndonos en mucho la comodidad general de sus departamentos, el lujo y gusto desplegado por el Municipio. Pasamos a la cárcel  del partido; esta no puede encontrarse peor, hay pilares enteros que amenazan desplomarse y las condiciones higiénicas son pésimas”.

“Las calles, aunque irregulares, están dotadas de grandes y cómodos edificios, es una verdadera ciudad en pequeño, si bien descarnada de ese lujo ruinoso de otras”.

Termina su crónica este articulista diciendo que posee fuentes de aguas sulfurosas que podrían  ser un punto balneario de primera clase, pero que esto no se concibe si no fuera española, pues aquí “dado el ridículo modo de pensar de esa extravagante aristocracia y cursi clase media (habla de los que van a Vichy y Biarritz), aunque para ello muchas familias dejen empeñadas las camisas interiores...

Cita el autor un convento casi derruido, la inminente llegada del ferrocarril, la ruina que acecha al Convento de Santo Domingo y a otros conventos abandonados de la ciudad, y narra que dispone la ciudad de dos colegios de Segunda Enseñanza, uno de ellos incorporado al Instituto Provincial; tres escuelas de Enseñanza Primaria, y finaliza  alabando la gracia de las caras de las bastetanas que han podido ver.

Y esto es todo lo que de esta ciudad decía un periódico de tanto prestigio como el Defensor de Granada, a tan solo ciento veinte y seis años de distancia.

Es bueno mirar hacia atrás y comparar tiempos y cambios en la ciudad.