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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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LAS MAYAS

Artículos publicados originalmente en la sección "Última Página" de la Revista "El Norte", en la segunda quincena de mayo de 2010 


Se ha vuelto a cumplir la tradición. Con la llegada del mes de mayo han vuelto a salir a las calles bastetanas esos pequeños grupos de niñas y de niños , que nos reclaman aquello de "¿... me da usted algo para la maya?". Antes, han vestido a una de ellas de “reina” como si fuera una s"reina": con una simple sábana blanca, con una corona de flores y con cuantiosos pétalos y ramajes verdes sobre la parte de la túnica que hace las funciones de falda. Esperan pacientes a los peatones, les abordan simpáticamente y marchan contentas cuando consiguen la moneda; cuando no, giran la cabeza y se retiran a esperar al siguiente.

En la mayoría de los casos son todo un espectáculo que nos lleva a otros tiempo. Recordamos la frase de : “una perrilla para la maya”. O aquella otra mas castiza y antigua de “un chavico para la maya”. Y es que esta tradición se ha sabido adaptar a las diferentes etapas económicas de nuestra ciudad.

¡Como pasa el tiempo y como permanecen las costumbres!.

Puestos a indagar en la historia, comprobamos que este ritual, que se repite todos los años en los días de inicio a final del mes de mayo, nos llega desde tiempos ancestrales. Algunos lo entroncan incluso con los "mayos", o con los cultos a la diosa romana "Maya".

Prácticamente en todos los países se celebran fiestas con los cambios de los solsticios, por  lo que, con una denominación u otra, de una forma o de otra, los pueblos celebran fiestas en estos  señalados días de Mayo.

Nosotros la asimilamos y la celebramos desde tiempos remotos; lo que sí es notorio es que las distinguimos y separamos de la Fiesta de la Cruz. Una  cosa son las cruces y otra las mayas; en las cruces la celebración es de un solo día. Se trata de las fiestas primaverales de “los Mayos”, pero cristianizadas, ya que la Iglesia Católica asimila las festividades de los pueblos convertidos  y las  continúa celebrando; simplemente se les cambia el nombre pagano y se les aplica uno cristiano, ero la fiesta es la misma, en las mismas fechas y en los mismos pueblos. Los que tenemos algunos años recordamos una de estas asimilaciones. Se trata de una fiesta pagana y de reivindicación obrera, el “Primero de Mayo”. Con la Iglesia se llamó “Día de San José Obrero”, pero seguía siendo la misma  celebración.
Volviendo a "las Mayas", hemos de decir que de su origen existen varias leyendas. He aquí una de ellas. Habla de una joven y virgen campesina, de familia muy pobre, tan bella que su fama atravesó campos y montañas hasta llegar a oídos de numerosos jóvenes que quisieron conocerla. De uno de ellos quedó prendada la joven, tanto que concertaron su boda sin conocimiento de los padres de ambos. La costumbre decía que a la novia debía acompañarla una dote, aunque los padres de ella no tenían para poderla entregarla. Entonces las amigas de la joven la vistieron con sus mejores galas, la adornaron con las flores de la primavera y salieron a un cruce de caminos, donde a los viajeros pedían “algún dinero” para poder juntar la dote.

Tal éxito tuvo esta original colecta, que en pueblos y aldeas se vistieron a las jóvenes casaderas sin fortuna paterna para darles una dote. Así mismo, se situaban en los cruces de caminos, siempre durante los días del mes de mayo, vestidas con sus mejores galas, y adornadas con flores. Sus amigas eran las que pedían para su dote. El rito se fue divulgando; cruzó aldeas, pueblos y naciones, épocas y culturas, y llegó hasta nosotros, que lo asimilamos.

Como han visto, nada tiene que ver esta costumbre con el día de la Cruz, ni con la fiesta de las flores o los patios... este rito es el de las “Mayas”, que alegremente nos lo han recordado estas pequeñas que tan educadamente nos han pedido “algo para la maya”, aunque si bien eran muy guapa, no eran aún ni jóvenes ni casaderas. Y es que, con el tiempo, siempre se introduce algún cambio en los ritos y costumbres ciudadanas.