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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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LA PROPAGANDA IMPRESA

Artículos publicados originalmente en la sección "Última Página" de la revista "El Norte", en la segunda quincena de diciembre de 2010 


La verdad es que lo podemos considerar como un arte. Me refiero al hecho de comunicar, dar a conocer un producto, un espectáculo, incluso una idea o propuesta ideológica. Manejar los procedimientos, los mecanismos, los materiales, saber cómo hay que hacerlo , cuándo, dónde… hasta saber invertir en estas cuestiones es, sin duda, todo un arte que algunos manejan a la perefección y que otros, que adolecen de este don, ya quisieran para ellos.

Hay quien asegura que, en los tiempos que corren, el que controla la comunicación, controla el mundo. Y no anda equivocado.

Si de algún procedimiento se ha valido el sector de la publicidad, si hay algo que lo ha hecho elevarse sobre otras materias, ha sido la imprenta. Los anuncios sobre papel primero, y sobre cualquier otra superficie después, han sido las herramientas más eficaces en el aliento consumista que buscan los vendedores. Mediante este formato se han conocido toda clase de acontecimientos. Los anuncios han adoptado las más diversas formas. Desde los simples folletos, octavillas, los que adoptan formas, los que utilizan otros instrumentos como los pay-pay, los abanicos, los cucuruchos de helado, las hojas de los árboles… los hay de todas clases, formas, colores, tamaños. Ahí  quedan los carteles de espectáculos, los de cine, los de teatro, o los de toros.

Aunque, como suele ser habitual, si miramos unos años atrás, los anuncios impresos no eran tan frecuentes. Ni mucho menos.

Hace cien años, sin ir más lejos, en Baza no existía la abundancia de medios de comunicación como hoy. Por eso, para dejar constancia de tres asuntos muy importantes del año 1910, me es grato dedicar estas líneas a la propaganda emitida por el “Teatro Pósito” con motivo de la festividad del Corpus, el jueves 26 de mayo.

Por él tenemos conocimiento  de la existencia del que fue un gran teatro instalado en la Plaza de la Trinidad o “de la Cascada”; de la existencia de una Sociedad de aficionados al teatro denominada “Amistad y Progreso”; y  de una imprenta que conocía  muy bien  el arte de la propaganda, la imprenta de Juan Pedro Requena, en la calle de las Monjas.

Exquisito. Confeccionado en papel plátano, denominado también “filipino” y con medidas 38  x 38 centímetros. Presenta unos filos en vistosos colores rojos y verdes; una escritura en color marrón. Es una preciosa servilleta sobre la que nuestros antepasados no pondrían el café o el chocolate, sino que  tomando estas bebidas comentarían la actuación de sus paisanos, tanto en la preciosa comedia de dos actos, “El Padrón Municipal”, como  la zarzuela “Picio, Adán y compañía”, que se anunciaban en ella.

Deténganse un momento. Comprueben y comenten los nombres o apellidos de quienes fueron los artistas y admiren este ejemplo de propaganda de hace cien años.