ÚLTIMA PÁGINA

Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

Para remitir sus comentarios, clique AQUÍ

HACE MEDIO SIGLO
El artículo de Feria

Artículo publicado originalmente en la Revista "El Norte", correspondiente a septiembre de 2011 


Un año más llega la puntual cita a la Feria de Septiembre, y aunque la mirada la tenemos siempre puesta en el futuro, tampoco es malo el dar un vistazo hacia atrás, un sano ejercicio en el que suelo encontrar algo interesante que contar y que comentar. Para tomar una fecha como referencia, la primera idea es remontarnos hasta 1911, nada menos que un siglo de distancia. De aquella feria de Baza realmente nos quedan pocas referencias, aunque consta en los documentos que fue una gran feria. Según el cartel taurino, actuaron, frente a seis novillos toros, el espada Ricardo Martínez “Yeclano”, un torero que se había doctorado en el año 1903 y que renuncia al grado para seguir matando este tipo de animales (eso nos da idea de cómo serian los morlacos en aquellos días). Le acompañaron los novilleros “Corcelito” y José María “Marinito”. La lidia se realizó en beneficio de los asilos de esta ciudad, según reflejan las crónicas. Aunque 1911está muy lejano. Por ello, en vez de un siglo, vamos a pararnos en la mitad, hace cincuenta años. Nos trasladamos a la Feria y Fiestas de 1961, que muchos vecinos recordarán con cariño.

1961

La de 1961 fue la feria de la música. A nuestra Banda Municipal de Música se le unió otra con grandes y sonoros instrumentos. Era la Banda de la decimosexta Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Se la invitó a nuestra ciudad y, aparte de unos multitudinarios pasacalles, realizó tres actuaciones estelares. Una de ellas en el Teatro Cine Dengra, en el que ofreció un concierto a beneficio del Hospital de Santiago; y las otras dos, una en la Plaza Mayor, ante un público multitudinario, y la tercera en la Plaza de Toros, haciendo primero un paseíllo en el ruedo, y posteriormente, durante el descanso, actuando en las gradas, recibiendo en todo momento el cariño y aplauso de un público entregado y al que deleitaban sus pegadizas músicas de película, así como sus no menos pegadizas marchas militares. Fue un gesto de cortesía el que  aviones de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, en la que estaba la  USAF en virtud de los convenios con los Estados Unidos, sobrevolaran nuestra ciudad en fiestas. Una atracción más el estar mirando durante unos minutos  al cielo. Para los amantes de los datos históricos, recordarles que los americanos estuvieron en la base de Torrejón, desde que en 1953 ampliaron y mejoraron este aeródromo, hasta el 1966 se les rescindió el contrato.

Pero si grandiosa fue la Banda de Música que nos visitó en aquellos días, no menos grandes eran los novilleros que compusieron el cartel del día 12.

Como corresponde a la categoría de la plaza, el evento se anunció como una Grandiosa Novillada Picada, con toros de la ganadería de Flores Albarrán y con los espadas Efraín Girón, hermano de los afamados toreros venezolanos, César, Francisco y Rafael, pero que no logró en su actuación demostrar el toreo alegre, variado y voluntarioso de aquellos; sólo oyó palmas y música en su lote. El otro novillero fue el malagueño Antonio Medina Morales. Su actuación en la plaza de nuestra ciudad, pese a la benevolencia del público aficionado, no pasó de discreta. Cerraba el cartel una joven y revolucionaria promesa de grandes éxitos: Manuel Benitez Pérez “El Cordobés”. Pero el de Palma del Rio se descolgó del cartel unos días antes. Hubo que sustituirlo por los novilleros Óscar Cruz Manrique, un voluntarioso matador colombiano, recién llegado a España, y que dejaría en todo momento un buen sabor de boca, y por el sevillano José Maria Montilla, que causó muy buena impresión y al que el público le agradeció con los apéndices del astado su presencia en esta plaza.

Brillante fue la Procesión de la Virgen de la Piedad, acompañada en todo momento por damas, unas ataviadas de mantilla, y otras, más jovencitas, con el traje regional. Luciéndose con elegante garbo, hacían todas una piña ante el trono de la imagen, con  hermosos  ramos de flores que luego depositarían ante la misma, ya en su  iglesia.

En 1961 no había “casetas oficiales”, ni siquiera “municipales”, y sí bailes populares, celebrándose estos en el tradicional y exclusivo Casino Bastetano, en la “Peña Madridista Bastetana” y en la “Caseta Popular” que se instalaba en la amplia explanada del cine de Verano que estaba al inicio de la Carretera de Caniles.

Unos locales y otros luchaban por ser los mas atractivos y se esmeraban en tener orquestas y en la celebración de concursos, dándose en ellos los más variados premios y regalos. Por su ubicación, amplitud y buena música, la Caseta Popular fue la más vicitada. En aquel tiempo trajo dos de las más famosas “Almería” y “Capri”, esta última con la bella vocalista Ross Mary. Todas las noches, la celebración del baile de la escoba era uno de los principales alicientes de la feria.

Como anécdota hay que recordar que en este 1961, el último día se procedió a la votación en la Caseta Popular de la “Guapa de Baza” entregándole en el acto numerosos premios a la joven afortunada.

Mayores, menores, chicos y grandes, disponían de toda suerte de atracciones, entre las que predominaban los coches eléctricos, la noria, el tren de la bruja, los caballitos, las barcas,  las voladeras, los columpios y unas muy variadas casetas de tiro. Aquel fue el año de la aparición de las primeras tómbolas, con regalo de enormes muñecos y cubertería o menaje de hogar. La  venta de sombreros, bastones, relojes, y puestos de pinchitos y churros cubrían la amplia Plaza de las Eras y la Carrera de Palacio y daban color y vida a la feria de septiembre de este año 1961, de grato recuerdo.