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EL AYER DE LA SANIDAD BASTETANA. EL HOSPITAL DE SANTIAGOArtículo publicado originalmente en las páginas centrales de la Revista "El Norte", correspondiente a la primera quincena de febrero de 2009. |
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Es más, ni siquiera existía ningún edificio hospitalario como tal. Tras años y años de abandono, por la escasez de medios del Ayuntamiento, el aspecto sanitario no había sido bien atendido. Existió en Baza, desde el año 1493, cuatro años después de la toma de la ciudad por los Reyes Católicos, una institución dedicada a prestar servicios sanitarios a una parte de la población. Pero algunos escándalos producidos en el mismo, entre los que se reflejan en las actas la embriaguez casi diaria del director y sus malas costumbres y peor fama en la localidad, habían llevado a este organismo a un descrédito, abandono y desidia tal, que podía darse por finalizada su existencia en pocos años. Según el cronista de la Orden de San Jerónimo, Fray José de Sigüenza, del que tomamos los datos, su fundación data de este año citado, 1493, en el que los muy Ilustres Señores don Enrique Enríquez y su esposa doña Maria de Luna “llevados por su espíritu caritativo”, entre las numerosas fundaciones pías que en Baza se realizaron, fue la de “un hospital para albergue, descanso y curación de los peregrinos pobres y enfermos”. El citado Hospital se estableció bajo la advocación del Apóstol Santiago, del cual eran muy devotos. |
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Aclara el cronista que este apoderado era el Contador (hoy en día el administrador de bienes) de la casa de D. Enrique Enríquez y residente en esta ciudad de Baza, por haber sido uno de sus pobladores en el reparto realizado por el Reyes Católicos tras su reconquista. Años después se encuentra la referencia a este Hospital en la escritura otorgada en fecha de 10 de diciembre de 1504, ante el Escribano Real don Rodrigo de Salamanca, por la cual Dª María de Luna, ya en estado de viuda, “pone en posesión el edificio construido para dicho Hospital, a manos del Prior y Comunidad del Monasterio de San Jerónimo, confiándoles su cuidado y queriendo que estos padres, fuesen perpetuos y absolutos patronos” o administradores y conservadores de la meritísima fundación. Un mes después, por escritura de fecha 10 de febrero de 1505, procede a reseñar y adscribir los bienes que lega a esta fundación para su mantenimiento. Reseña estos: “tres tiendas en la Plaza Mayor de esta ciudad, cuatro en la antigua calle de la Alhóndiga, (hoy se conoce como calle de la Zapatería, y en su momento era una de las calles más comerciales de la ciudad), un horno de pan cocer en el Barrio Nuevo (hoy se conoce también como Morería), y un censo perpetuo de 5.300 maravedíes de la moneda usual, sobre el molino llamado en antiguo del Cegrí (hoy molino de la Ribera). Iniciada la andadura de esta caritativa Institución, fueron numerosos los peregrinos y enfermos que en la misma se acogían, de tal forma que pronto se hizo ver que precisaban una ampliación de la misma. |
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Un biznieto del fundador de este Hospital, don Juan Enríquez, avecindado en Madrid, funda en el año de 1591, y ante el notario de la Villa y Corte don Felipe Marroquín, un Mayorazgo cuyo goce correspondía a sus descendientes. Aunque en defecto de estos fue su voluntad que se disolviese dicho Mayorazgo y lo heredasen, “el Monasterio de San Jerónimo y el Hospital de Santiago de por mitad”. De tal modo correspondió a cada parte la cantidad de 1.742.892 maravedíes, lo que dio lugar a que fuese conocido el Hospital, como “muy rico y principal”. Aprovecharon estas dos instituciones, Convento de los Jerónimos y Hospital, estas circunstancias favorables, para hacer igualmente la partición material de unas fincas que tenían en proindiviso entre ambos. Se trataba del Molino de la Torre y las tierras sitas en el Horcajo. Estas últimas correspondieron al Hospital, y fueron conocidas desde entonces como el Cortijo del Hospital. Se vio favorecido este Hospital por varias donaciones de particulares, entre ellas, la realizada por el Licenciado Vela, beneficiado de la Iglesia de Caniles, lo que dio lugar a que fuese entidad muy codiciada. Así se reflejó cuando después de muchos avatares, ante el Notario don Alonso Carrillo de Albornoz, el 28 de noviembre de 1826 se procede a hacer un inventario de toda la propiedad de esta Institución (a los efectos de la Ley de Desamortización de Mendizábal). En este inventario intervienen tasadores, peritos y partidores, con asistencia de contadores públicos, y ello da la cifra de 80.000 reales, cifra cuantiosa en aquellas fechas. Aparte de ello, se hace constar el que no han sido valoradas las posesiones fundacionales. Todas estas riquezas, tras la Desamortización, pasaron a ser bienes de particulares, con lo que este “rico y principal hospital” dejó de serlo y, tras su despojo, vino a parar a manos municipales las que, careciendo de medios, sólo supieron dejarlo morir lentamente. Su abandono fue tal, que llegó a la ruina física el inmueble y de esta gran obra quedó solamente un montón de ruinas. Es entonces cuando dos ilustres bastetanos, don Manuel Camacho González y don Antonio Martínez Lozano, hacendados, imbuidos por el espíritu de amor a la ciudad de Baza, y a sus humildes pobladores, solicitan “… se les posesione del solar donde estuvo emplazado el antiguo Hospital, sito en la Plaza de Santiago de esta ciudad, con el fin de realizar en él, las obras necesarias para la construcción de un nuevo edificio que responda a las necesidades de la higiene, la beneficencia y la caridad. El Ayuntamiento toma el ACUERDO, por unanimidad, y hace constar en acta “...la satisfacción que le produce el rasgo de altruismo y desinterés de los Señores autorizantes de la instancia, y expresar a estos en nombre y representación del pueblo que administran, el testimonio y de agradecimiento por su loable propuesta, ACORDANDO ADEMAS: que se convoquen por el Alcalde todas las autoridades locales, para el próximo día veinte y cuatro, a las tres de su tarde, para cuya hora y día se señala para la entrega oficial a dichos Señores Camacho y Martínez Lozano, del montón de escombros que hoy existen donde estuvo emplazado el edificio del Hospital, levantándose acta en indicado sitio y en aquel momento, acreditativa de la posesión que se les concede, y la cual el Ayuntamiento acuerda unánimemente inspirándose para ello en el beneficio inestimable que hacen a la ciudad repetidos Señores, al realizar una obra que ha sido y es la aspiración primordial y siempre deseada por todos y para la que no existen medios económicos dentro de las limitadas cifras del presupuesto municipal”. Finaliza dicha acta, diciendo: “de todo ello contráigase certificación que se unirá al expediente de su razón y cuya copia será entregada a los interesados”. Se ultimó la nueva edificación de este Hospital de Santiago, en el año 1909, habiendo tenido la obra un coste de 31.426,20 pesetas, y teniendo como Presidente al Alcalde D. José Funes Yagües, se encabeza una Comisión para obtener fondos y dotar de mobiliario al Hospital, que tiene una buena acogida en toda la población. |
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En el año 1913 queda el Hospital de Santiago de la ciudad de Baza, autorizado como Centro de Beneficencia Particular, sometido en su gobierno y administración a un Patronato del que forman parte el Sr. Alcalde de la ciudad y el Sr. Obispo de la Diócesis. Pero las desavenencias entre ambos estamentos, civil y eclesiástico, hacen que sea prácticamente inoperante, llegándose así hasta el año 1929 en el que una nueva Real Orden, de fecha 11 de Abril de este año, dispone “que el Ayuntamiento de la ciudad será el encargado de la administración del centro, así como de las fincas y valores propiedad del mismo (Es alcalde en estos momentos don Jesús Domínguez Valdivieso y estamos en la Dictadura de Primo de Rivera). Intentan durante ese periodo que el desarrollo de la asistencia hospitalaria en este Hospital de Baza sea un referente comarcal y se logra a base de la contratación de cuatro médicos titulares, así como de practicantes y matronas. Hay un periodo de expansión y buen funcionamiento, que es acompañado por las Leyes emanadas del Gobierno de Primo de Rivera, sobre asistencia sanitaria en municipios mayores de 12.000 habitantes. Una de estas disposiciones se refiere a la existencia de los técnicos especialistas y las plazas de tocólogos. Desde este momento las asistencias a partos quedan en manos de médicos especialistas y matronas diplomadas asistentes a los partos, con lo que se logra una disminución muy notable en las cifras de mortalidad infantil. Se establece igualmente el “Laboratorio Municipal” en el mismo Hospital; en él se procede al análisis de aguas, leche, harinas, carnes etc., un avance importantísimo para el conocimiento y prevención de las infecciones. La llegada de la República no altera la ya prácticamente dependencia del Ayuntamiento, sólo se nota en la carencia de fondos y en el aumento de enfermos a los que hay que atender. Tras el 18 de Julio del año 1936, al quedar Baza en Zona Republicana, el llamado “Comité de Huelga Revolucionario de Baza” asume todos los poderes. Se incauta el Hospital para atender en el mismo a los heridos y enfermos de las milicias armadas, colocando en un enorme cartel en la fachada, en el que se podía leer “Hospital municipal y de la Cruz Roja”. La proximidad al frente de combate hace que este hospital pronto se encuentre pequeño para atender a la demanda de camas, por lo que por disposición militar se abre, en el llamado Convento de la Presentación, el “Hospital Militar”. Esto permite un respiro al viejo Hospital de Santiago, en el que ya se habían efectuado trabajos de tabiquería, en los pasillos para la creación de camas hospitalarias. |
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Finalizada la guerra fratricida, vuelven estas mismas monjas a lucir sus hábitos, acompañando a las nuevas autoridades a realizar un inventario de lo que quedaba del Hospital. Se habían llevado hasta el material quirúrgico. Ha pasado una horda y no queda nada. Se tiene que empezar prácticamente de cero, a partir del 1de abril de 1939. | |||||
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La población bastetana fue aumentando a buen ritmo en la segunda mitad del siglo pasado. Cada vez eran más las personas que atendía este Hospital, no sólo de Baza, también de los diferentes pueblos de la comarca y comarcas limítrofes. Más de 30.000 habitantes tenían este centro sanitario como referencia para su salud. El Ayuntamiento sufre constantes problemas para mantener el Hospital. Los inconvenientes no vienen solos. Se suma la circunstancia de que el Consistorio carece de fondos para atender a su Beneficencia Municipal, incrementada por la creciente población necesitada a la que debe atender. | |||||
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Atendido por personal sanitario civil, algunos con deficiente titulación, el Ayuntamiento decide encomendar nuevamente a una Orden Hospitalaria el mantenimiento de este Hospital, que ahora lo es de Beneficencia y Maternidad, y tras largas conversaciones, se logra que nuevamente vengan a nuestra ciudad las Madres Mercedarias, que se incorporan al centro en el día 31 de Agosto del año 1970, siendo alcalde de la ciudad D. Julián Ferre Ferre. Las madres Mercedarias han prestado sus valiosísimos servicios en nuestra ciudad hasta el año 2008, en el que definitivamente nos han abandonado, dejando un grato e imborrable recuerdo entre todos nosotros. | |||||
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El resto, hasta el 12 de Mayo de 1986, día en el que oficialmente se inaugura el “Hospital General Básico” es un periodo en el que el Hospital de Santiago dispone de magníficos profesionales, muy bien formados, pero que han de trabajar con material deficiente, anticuado, o en algunos casos de la propiedad de estos profesionales. El inmueble, como propiedad municipal, hoy es destinado a otros usos, benéfico-sociales. |
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