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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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LA PLAZA DE LA TRINIDAD/ LA PLAZA DE LA CASCADA

Artículo publicado originalmente en la sección "Rincones Bastetanos" de la Revista "El Norte", correspondiente a la primera quincena de diciembre de 2011 


En nuestro recorrido por algunos de los rincones bastetanos más llamativos, nos detenemos en una plaza que más bien son dos y que se sitúa en pleno  centro de la ciudad; un escenario que acaba de ser remodelado por el Ayuntamiento y que aparece con una estética muy distinta a la habitual. En uno de los laterales de esta plaza encontramos un noble edificio de relevante interés en la historia de Baza, el antiguo Pósito de Labradores, de tiempos de Carlos III, que la caracteriza.

Antes en la Plaza de la Cascada

Hablamos del entorno que conforman la Plaza de la Cascada y la otra Plaza de la Trinidad, nombrada así esta última por el convento de las  Madres Dominicas que se erigía junto a la misma. No obstante, en realidad, pocos vecinos aciertan a explicar e incluso a utilizar esta separación dentro del mismo espacio que, popularmente, se nombra de una u otra forma en su totalidad.

El apelativo de Plaza de la Cascada le viene dado por la estructura y apariencia de una fuente que se instaló en el centro de la misma, a finales del año 1899; el agua vertía desde su parte más alta en forma de “cascada” y los vecinos la bautizaron de aquella forma para referirse a ella. Incluso queda constancia en la Comisión de Ornato Municipal de aquellos tiempos, que un vecino de esta plaza, don Abelardo Fuentes Olivares, donó cincuenta pesetas para los gastos de construcción de este surtidor, a la vez que solicitaba a este organismo la propiedad sobre las aguas sobrantes de la misma.

Precisamente en los documentos pertenecientes a aquella Comisión de Ornato aparecen referencias a aquella fuente allí instalada procedía de la que se retiró del tramo final de los Alamillos, frente al Convento de San Francisco, durante las obras de cubrimiento de la cimbra y de edificación frente al convento. Era la fuente llamada “de la Princesa”, cuyo origen se remonta al año 1833, en el que la ciudad de Baza realizó unos solemnes festejos durante los días 28, 29 y 30 de septiembre, para celebrar el nombramiento de Isabel II como Reina de España. Uno de estos actos consistió en poner la primera piedra de una fuente de mármol, “al final de los Alamicos y  que se denominara “La Princesa”.

Ahora en la Plaza de la Cascada Ahora en la Plaza de la Cascada Volviendo a la Plaza de la trinidad, o de la Cascada, como se prefiera, hemos de constatar la obra de embellecimiento que acaba de realizarse y en la que, de nuevo, quedan bien diferenciadas e incluso delimitadas ambas partes: la Trinidad y la Cascada.
La primera, recuperada y embellecida y La Cascada y, la segunda, en la que, aparte del mantenimiento de una fuente se ha rendido el justo y debido acto de resarcimiento a la eminente figura del Abad Antonio José Navarro de la afrenta recibida por una de las corporaciones anteriores. Hay que alabar y reconocer la iluminación nocturna que se ha dado a la fachada en piedra del imponente edificio del Pósito. Ha sido un buen trabajo, sin duda un rincón que se ha recobrado para la ciudad.
El Abad Antonio José Navarro, nacido en Lubrín (Almería) en el año 1739, y Abad de Baza desde 1776, ha sido el intelectual más prolífico que albergó esta ciudad durante el siglo XVIII; sus estudios sobre geografía, botánica, historia de los animales, historia local, investigación arqueológica y oratoria, le hicieron famoso en Madrid, y junto a él iba siempre citado  el nombre de Baza. Logró la instauración en nuestra ciudad de la “Sociedad de Amigos del País”, uno de cuyos primeros domicilios fue una nave del Pósito de Labradores. Intelectual comprometido con la cultura y el avance económico y social de esta ciudad, bien merecía este reconocimiento público. Murió repentinamente en Baza el día 12 de mayo de 1797 y fue enterrado en un túmulo en el centro del Coro de la Iglesia Colegiata. Abad Antonio José Navarro