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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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LA PUERTA DE LORCA

Artículo publicado originalmente en la sección "Rincones Bastetanos" de la Revista "El Norte", correspondiente a la primera quincena de marzo de 2012 

 
Desde tiempo inmemorial, la zona conocida hoy como “Puerta de Lorca” ha sido la salida de la ciudad hacia el levante. Sabemos que allí, o muy cerca, de este espacio, se establecía el conocido como “Portazgo”, lugar donde se cobraban las alcábalas (una especie de impuestos) por entrada de mercancías a la ciudad. Esta ubicación, por tanto, siempre ha sido conocida y distinguida entre la población. Sin embargo no se conoce que existiera ninguna puerta, o muralla en dicho paraje_; posiblemente, suponemos, desaparecería con el tiempo.

Avanzando en los documentos históricos, es muy nombrada esta puerta en los siglos XVII y XVIII. Entre otros motivos por las “bolsas pestíferas que se hacen junto a la misma, a causa de que los desechos de la ciudad se estancan en estos parajes.” lo cual era motivo de denuncia a los Corregidores con el consiguiente celo de estos por sanear los citados lugares. Imagen actual de la Puerta de Lorca
Pero cuando más famosa se hace la Puerta de Lorca es con motivo de la dominación francesa en nuestra ciudad, hace ahora doscientos años. Las tropas invasoras tomaron esta puerta de salida de la ciudad al camino de Levante, como el lugar donde proceder a fusilar y ajusticiar a los patriotas españoles que se resistían a su  dominio. Muy tristes y desgarradores son los testimonios de estos años en los que los franceses no solo fusilaban en esta plaza a los españoles, sino que para “escarmiento público” procedían a la más salvaje de todas las represiones, el descuartizamiento de los españoles fusilados.
"Los desastres de la guerra" Era el mas cruel de los métodos de represión; fusilado el prisionero, su cuerpo era separado de sus miembros. Así, por una lado la cabeza, por otro el tronco, y por otros sus cuatro extremidades, eran colgadas en unos arboles que existían en dicha placeta para escarmiento de la población.
Este método cruel fue aplicado en numerosas ciudades españolas y un gran pintor, Goya, se encargó de dejarlas a la posteridad en su obra “los desastres de la guerra”. En nuestra ciudad, consta el memorial de la señora doña Ana Miranda, viuda de don Cándido Angulo, en el que refleja la muerte a manos de los franceses y de esta forma tan cruel de su hijo Cándido, el cual había servido de enlace tanto al General Freyre, como al guerrillero Villalobos, a los que dio noticia exacta de las fuerzas, movimientos y posiciones de los  enemigos.
La Puerta de Lorca en los años 50-60. A la derecha, abajo, la cimbra aún abierta.

Los  franceses, habiéndole cogido unos papeles, lo pasaron por las armas y despedazaron su cuerpo... Teniendo constancia este Ayuntamiento del valeroso patriotismo y loable conducta observada por don Cándido Angulo desde que ocuparon esta ciudad los franceses hasta su desgraciada muerte, entre otros acuerdos se tomó el de dar su nombre a una calle próxima al lugar en el que vivió este patriota.

Hasta los años cincuenta del pasado siglo, en la Puerta de Lorca, ha sido visible la cimbra al descubierto en dicha placeta, con la consiguiente emanación de efluvios pestilentes, tal y como se decía hace trescientos años atrás. Incluida toda la zona y terrenos colindantes en la ampliación de la ciudad, sólo nos queda el nombre y el recuerdo de lo que fue la citada Puerta de Lorca.