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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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Pasar la ITV... pero ¿por qué no más cerca?

Artículo publicado originalmente en la sección "Memoria y opinión" de la Revista "El Norte", correspondiente a la primera quincena de noviembre de 2007 


He puesto el cuentakilómetros a cero y salgo para pasar la Inspección Técnica de Vehículos, la ITV, a mi turismo. Es antiguo, pero muy bueno, de esos que por tener nombre de mujer no se les nota el paso de la edad. No obstante, ha de pasar la revisión año tras año. El coche está flamante y aún no quisiera desprenderme de él, pues, como diría aquel, es «casi uno más de la familia».
Mientras recorro el trayecto, de más de quince kilómetros desde mi casa, recuerdo los años y los avatares que tuvieron que sortearse para lograr que la ITV se estableciera en Baza. Todo comenzó allá por el año 1986, cuando Simón Maestra Morera, gerente de la Empresa de autobuses Maestra, y yo, como director de Auto-Escuela Baza y Gestoría Gallego, iniciamos las conversaciones para lograr que la Inspección se pasara a los vehículos en nuestra ciudad. Nos guiaba un interés común. Hasta ese momento, había que ir a Granada, tanto para los autobuses Maestra como para los coches de prácticas de Auto-Escuela Baza. Perdíamos un día entero en pasar la revisión en la capital de la provincia.
Nuestra visita al alcalde, que en aquellos momentos era Diego Hurtado, no pudo ser más satisfactoria; contábamos con su total apoyo a esta idea. Preparé unos gráficos de la zona de influencia de la Comarca de Baza, acompañándolos de unas cuantas cifras de vehículos en esos pueblos, precisamente a los que se pretendía cubrir con este servicio público centralizándolo en Baza.

Con toda esta documentación, nos trasladamos a Granada para intentar hacer valer nuestras pretensiones ante la Delegación de Industria. Allí, en la ciudad de la Alhambra, teníamos un gran apoyo para todo lo que repercutiera en beneficio de nuestra ciudad, nada menos que Juan Hurtado, que por aquel tiempo era Presidente de la Diputación Provincial.

Pero Industria no lo tenía tan claro, vamos, que no cedía. No siquiera había ITV en Motril, que era el municipio más poblado de la provincia tras la capital. Era impensable que la administración enviara a unos técnicos a nuestra ciudad sin que se dispusiera de unas instalaciones adecuadas. Además, si un especialista se desplazaba cien kilómetros pediría, y era lógico, unas dietas por el viaje para prestar un servicio fuera de su lugar habitual de trabajo.

Fueron muchas las conversaciones que se mantuvieron en diferentes despachos; tras una dificultad, un obstáculo... pero había que buscar soluciones siempre para allanar el terreno. Finalmente, en conversaciones informales con los directivos de Industria, se pudo llegar a un acuerdo verbal en el que se estipulaban una serie de condiciones: los técnicos de la Delegación se desplazarían a nuestra ciudad para pasar la ITV a los vehículos de la zona; la inspección técnica de vehículos se realizaría en los locales de la Empresa Maestra de autobuses, ubicados en la carretera de Benamaurel; las gestorías de Baza y de los pueblos limítrofes habrían de proceder a pagar las tasas de inspección en Granada, realizándose el desplazamiento de los técnicos cuando el número de vehículos en espera fuera suficiente; ese número quedó establecido en 30 unidades, como mínimo y 50 como máximo; en las tasas que debían pagar las gestorías irían incorporadas las dietas de desplazamiento de los responsables técnicos, unas dietas que se fijarían según los kilómetros de distancia entra Granada y Baza.

El acuerdo adoptado por ambas partes empezó a cumplirse en el 1987. Tuvo tal éxito y fue tan bien recibido que las instalaciones de la empresa de autobuses llegaron a estar ocupadas durante toda una mañana; primero quincenalmente, y pronto, semanalmente. Cientos de turismos, motos, camiones y autobuses pasaron la ITV en aquellas precarias instalaciones. Por cierto que las atenciones con el personal técnico que se desplazaba desde Granada fueron tan grandes por parte de las gestorías y autoescuelas de la zona, que había hasta rivalidad entre ellos por realizar este desplazamiento.

Así estuvo funcionando la Inspección Técnica de Vehículos en nuestra ciudad mientras se iniciaron las conversaciones y los trámites para la construcción del edificio actual que en las proximidades del Romeral realiza la ITV. La inauguración de esas nuevas instalaciones se llevó a cabo en 1993.

Lo que nunca ha quedado lo suficientemente claro fue el motivo por el que se eligió aquel lugar para construir el edificio que acoge la ITV de Baza, sobre todo cuando hubo una buena oferta de terrenos para su ubicación en la carretera de Benamaurel. Es posible que fuera porque había que atender también allí a los vehículos de Guadix… Sin duda que la zona más perjudicada fue la comarca de Huéscar.
Pero una vez que en Huéscar han conseguido poner en marcha su propia ITV y cuando en Guadix están en vísperas de inaugurar igualmente su propia Inspección Técnica de Vehículos, resulta un tanto anacrónico continuar con la ubicación de nuestra ITV a catorce kilómetros del casco urbano (realmente 15,800 kilómetros). Según las estadísticas que avalan mis datos, se han perdido gran parte de los vehículos que llegaban a ella desde Cúllar, Benamaurel y Cortes, que prefieren trasladarse a Huéscar ante la diferencia en las distancias. Desde el año 2003 se está barajando el traslado de la ITV al polígono industrial de El Baíco. Esperemos que se deshaga pronto esta sinrazón que está perjudicando a miles de bastetanos y que, como hemos explicado, en ese lugar ya no beneficia a nadie más.