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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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Una propuesta

Artículo publicado originalmente en la sección "Última Página" de la Revista "El Norte", correspondiente a la primera quincena de octubre de 2010 


Apenas hace unos días, se podía escuchar en una emisora de radio las pesimistas y hasta alarmantes predicciones que sobre la crisis económica y de empleo que está viviendo este país, realizaba un prestigioso economista. Decía el personaje que lo de la crisis «estaba empezando ahora». Aunque no pretendemos aquí hablar de estas circunstancias, la crítica situación que describe esta persona bien puede servirnos como argumento en nuestra intención.

Al día 15 de septiembre todos llegamos ya muy cansado. En la puerta de una caseta podía leerse esto. Las exclamaciones del «Por Fin» no dejan lugar a dudas. Porque de lo que queremos hablarles es de la Feria y Fiestas de Baza, de una de las mayores fiestas de la provincia y de Andalucía. La edición que acabamos de despedir ha vuelto a ser una magnífica explosión de alegría, diversión, de encuentro y de acercamiento entre los vecinos y visitantes; ha acompañado el tiempo en todo momento y no han ocurrido incidentes importantes.
Pero también es verdad que por diferentes motivos que merecerían un análisis tranquilo y sosegado, en la pasada feria han vuelto a quedar de manifiesto aquello de los «días flojos» a lo largo del itinerario festivo. Esos días que suponen un arduo trabajo, digno de reconocer, a la Concejalía de Cultura para rellenarlos con actividades y citas que perfectamente podrían haber sido encajados en otros días. Gracias a esa labor municipal se ha logrado un amplio abanico de opciones que ha cubierto las exigencias de una feria tan larga en días como es la de nuestra ciudad. Pero se nota que el alargamiento es un tanto artificial.
Si miramos a la historia, no podemos quejarnos de la extensión de nuestras fiestas. La feria de los primeros años del siglo XX se llegó a celebrar entre los días 8 y 20 de septiembre; era la llamada Feria Grande, que en el mes de noviembre, del 8 al 15, tenía la conocida como Feria Chica. Dicho así y a estas alturas, es difícil de creer, pero es que hay que saber adaptarse a las necesidades de cada momento y en aquellas fechas Baza gozaba de una enorme bonanza económica propiciada en parte por el gran comercio como cabecera de comarca y por la llegada del ferrocarril desde el Levante peninsular. En la Feria de Baza hay actos que cuentan con el apoyo radical y absoluto de los vecinos, pero otras, sobre todo al final, han tenido que suprimirse.

Eran otros tiempos, en los que incluso la iniciativa privada había construido una Nueva Plaza de Toros, orgullo para la ciudad; en la Feria de construían cuarenta y dos casetas de madera, todas iguales, uniformes, bonitas y con puerta de visera sobre el mostrador. Aquella Feria era todo un lujo.

Hoy por hoy también lo sigue siendo, un lujo de diez días, pero reconocerán que los tiempos han cambiado y al igual que en los años cuarenta se unieron los días 6 y 7, también en estos días de recesión económica se le podrían acortar otros.

Porque hay actividades que incluso se van perdiendo: aunque no se ha comentado y prácticamente nadie lo ha echado de menos, ha desaparecido el espectáculo Cómico Taurino Musical, que llenaba la tarde del día 13 durante muchos años, y hace tiempo que quedó suprimida, por la misma autoridad religiosa, la procesión de la Octava del día 15. Como decíamos arriba, algunas de las actividades adjudicadas a algunos días del programa oficial, todas muy loables, podrían ser desplazadas a otras jornadas si se decidiera hace una Feria más corta, que no por ello menos intensa. Ya saben aquello de que «lo bueno, si breve, dos veces bueno». En la Feria de Baza hay actos que cuentan con el apoyo radical y absoluto de los vecinos, pero otras, sobre todo al final, han tenido que suprimirse.

Por eso a este breve artículo lo he titulado «Una propuesta», precisamente porque nos encontramos en una época en la que todo son propuestas e iniciativas para el recorte del gasto familiar y municipal. Esta es una de ellas ¿No sería bueno para la fiesta y para el bolsillo acortar un poco los días de la, hoy por hoy, muy larga Feria de septiembre?

Y si la ciudad vuelve a tiempos mejores, como lo fueron los primeros años del siglo XX, pues se amplían los días, pero siempre manteniendo la esencia de que son Feria y Fiestas en honor de la Virgen de la Piedad, y que gracias a ella nos fueron concedidas por Real Privilegio en el año 1593.