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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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Jesús Serrano Pérez

Artículo publicado originalmente en la sección "Semblanzas bastetanas" de la Revista "El Norte", correspondiente a la primera quincena de marzo de 2013 

Jesús Serrano Pérez.
Apuntes biográficos
En la pared de la habitación donde mantengo esta charla con Jesús hay un antiguo décimo de lotería, convenientemente enmarcado, correspondiente al sorteo de Navidad del 22 de diciembre de 1945; y es que nuestro protagonista nació ese mismo día en la calle Ancha de Baza, esquina a Solares, en un caserón que todavía existe y que le llamaban «la fabricona» porque en él su abuelo materno había instalado, en la década de los años veinte del pasado siglo, una fábrica de alpargatas, oficio de gran tradición en nuestra localidad. Sus padres, Jesús Serrano López y Josefa Pérez Polaino, habían contraído matrimonio en la cercana iglesia de la Presentación el primer día de ese mismo año. Fue bautizado en la iglesia Mayor, pues aunque por su domicilio pertenecía a la Parroquia de Santiago, el templo se encontraba cerrado desde la Guerra Civil y los oficios se hacían en la Parroquia del Sagrario, aunque se inscribían en los libros correspondientes a la parroquia de origen. Dada la amistad que unía a su padre con los franciscanos, la ceremonia la ofició el Padre Fray Conrado Juárez.
Jesús y Pepa, padreS de Jesús Serrano. Con muy pocos años cambió su domicilio por la calle de los Dolores, nº 13, esquina con Zapatería, donde su padre se hizo cargo del negocio familiar «Sastrería Donato», que tantos años regentó junto a su hermano Faustino. Dada la cercanía a su casa, aprendió las primeras letras en el Colegio de la Presentación, donde permaneció hasta que hizo la Primera Comunión, teniendo que abandonar este centro ya que los niños no continuaban allí después de recibir este Sacramento. Continuó los estudios primarios en las Escuelas Graduadas con aquellos excelentes maestros que fueron Don Antonio Gutiérrez y Don Ricardo García Muñoz, que aconsejó a sus padres que continuara en el, casi recién abierto, Instituto Laboral. Con el traje de gala de La Presentación.
Y así, con diez años, hizo el examen de ingreso y comenzó el bachillerato, modalidad agrícola ganadero, en el José de Mora, en la Plaza Mayor, cuando los primeros alumnos matriculados en el centro iban por el quinto curso (solo había tres). Las prácticas agrícolas se hacían en la Huerta de Miranda; por aquellos años se construyó el edificio de los Talleres en la Carretera de Caniles, hoy la UNED de la Avenida José de Mora.
Finalizado el quinto curso y la reválida, se trasladó a Granada para hacer la carrera de Magisterio en la Escuela Normal, en la Gran Vía; después de los tres cursos y la reválida, preparó las oposiciones, obteniendo plaza de maestro en 1965 y tomando posesión de su primera escuela el 4 de octubre de ese mismo año en Castilléjar, al haber sido destinado al anejo del Olivar. En el curso siguiente fue integrado en la recién creada Campaña de Alfabetización pasando a impartir clases nocturnas en la Escuelas Graduadas, primero, y en la escuela Unitaria de la Cuesta de Freila, después. Antes de finalizar el curso se tuvo que incorporar al servicio militar en el que permaneció hasta agosto de 1968 y una vez licenciado tomó posesión de su nuevo destino en Santa Fe en el C.N. «Reyes Católicos». El 1 de agosto de 1969 obtuvo, en concurso de traslados, plaza definitiva en el Margen de Cúllar, permaneciendo allí durante tres cursos ya que, también por concurso de traslados, con fecha 31 de julio de 1972 fue destinado a Baza tomando posesión de una plaza en el Colegio Público «Ciudad de Baza» el 1 de septiembre de ese año. De pequeño en la ctra. de Caniles. Detrás, su tío Faustino, Octavio y Luís Mateos

El sábado  4 de agosto de 1973 contrajo matrimonio con la bastetana Rocío Ruíz Gallego, del barrio de los Solares, ceremonia que se celebró en la iglesia de Santiago, parroquia de la novia, bendiciendo la unión el R.P. D. Gregorio García Rodríguez. Fruto de ese matrimonio tiene tres hijos: Jesús, Javier y Rocío.

Durante los cursos 1981/82 y 1982/83 realizó estudios de especialización para impartir clases en la Segunda Etapa de la E.G.B. diplomándose en Ciencias Sociales por la UNED. Cerca de cuarenta y un años ha permanecido en activo, jubilándose al cumplir los sesenta años y dando por finalizada su vida laboral el 31 de agosto de 2006.

Infancia  y  juventud

Buenos amigos de juventud. De izda. a dcha.: Ramón González, José Mª Cervell, Jesús Serrano, Manuel M. Collados y Juan Pedro Ruiz.

Qué duda cabe que las raíces de sus profundas convicciones se encuentran en su primer colegio, de inspiración cristiana, donde desde pequeño se interesaba por ayudar a los cultos que se celebraban en la capilla y que oficiaba D. Jesús Revueltas.

Así mismo, desde muy pequeño, solía acompañar a su padre, que tocaba en la capilla de música religiosa que dirigía D. José Bédmar, y a los cultos en las iglesias, especialmente a las novenas de la Soledad y de la Virgen de la Piedad.

Ya en la escuela, y después en el instituto, va afianzando sus primeras amistades, que aún perduran, y tomando contacto con las asociaciones infantiles y juveniles de la época: los Tarsicios, rama infantil de la Adoración Nocturna o las Juventudes de Acción Católica. También el Frente de Juventudes.

De este tiempo recuerda los juegos en la Plaza de las Eras, los partidos de fútbol en la Cruz Verde, la asistencia al campo de la Alameda para ver al Atlético Bastetano, al que lo llevaba su tío Faustino, con lo que surgió la afición que aún hoy le perdura; las partidas de ping-pong y billar en el Hogar Juvenil del Arco de la Magdalena,  los campamentos y albergues de verano y después las excursiones del 18 de julio en el «frutero», los paseos en la Alameda, las primeras «rayas» en el Bar Papa y sus inicios en el baile en la Caseta Popular de la feria en la Terraza Basti. 

Durante sus años de estudiante en Granada. La Sastrería de Donato
El negocio familiar de su padre, situado en pleno centro de Baza, fue para Jesús un sitio entrañable de conocimiento del devenir ciudadano. A primeras horas de la tarde acudían invariablemente a la tertulia el Maestro Pepe, «Donato» el barbero, Blas Cervell, algunas veces acompañado de su esposa, Dª Josefina Ferrón, Juanico el de la Imprenta, y otros clientes ocasionales. Ya por la noche venían su tío Inocencio Pérez y los amigos de su tío a esperarlo: Octavio Ruíz «picuca», Luis Mateos, Ramón «el raspa» y otros.
En la escuela de El Margen, con José María Gallardo, Doña Angustias Morales y Paquita Muñoz.

Ni que decir tiene que en esas tertulias salía a relucir toda la actualidad del pueblo y de ahí que Jesús guarde un gran conocimiento de la letra pequeña de la historia de Baza, que de vez en cuando gusta recordar con su gran amigo Manolo Polaino, que durante un tiempo trabajó en la sastrería.

El servicio militar

En mayo de 1967 se incorporó al Servicio Militar en el Gobierno Militar de Granada, situado en el antiguo convento de la Merced, y tras pasar la noche en el «Córdoba 10» fue trasladado en tren hasta el CIR de Rabasa en Alicante, en donde realizó el periodo de instrucción y juró bandera el día 4 de agosto. A principios de septiembre fue trasladado al Regimiento de Infantería «Mallorca 13», en Lorca, donde fue destinado a las clases de alfabetización por lo que recibiría un Diploma de felicitación por la gran labor desarrollada. En el patio del cuartel de Lorca. De pie, tercero por la izquierda, su amigo César.

En el cuartel conoció e hizo amistad con dos personas que, una vez licenciados, pasaron a ser como de su familia: sus grandes amigos César Sánchez Ruíz, carpintero de Castril, y Ramón Santiago Fernández, de El Fargue, «El furriel», por cierto recientemente fallecido de una rápida enfermedad.

La familia
Es la piedra angular de su existencia. Si «detrás de un gran hombre hay una gran mujer» en este caso Jesús, que en absoluto se considera un gran hombre, nos dice que él no tiene a una gran mujer detrás sino que la tiene y la ha tenido siempre al lado: Rocío Ruíz Gallego, una guapa bastetana del barrio de los Solares. La conoció allá por 1970, tiempo en los que ella regentaba una tienda de comestibles en la Corredera. Asiduos de los bailes en la Peña Madridista y en la Piscina «Las Conchas» en verano, en donde les unió, entre otras afinidades, su afición por el baile de salón que aún hoy les perdura. Pronto formalizaron su relación y contrajeron matrimonio en el verano de 1973. Han tenido tres hijos: Jesús, aparejador, casado con Mª Dolores Lorente en 2007, Javier, profesor de matemáticas, y Rocío, diplomada en atención socio-sanitaria.

Foto familiar el día de la boda de su hijo mayor

Mientras los niños fueron pequeños la dedicación exclusiva de Rocío fue su labor como ama de casa. Cuando se abrió el Hospital de Baza unas amigas la animaron a que presentara los papeles para trabajar en él.

Y cuál fue su sorpresa al recibir en octubre de 1990, casi un año después, una llamada para empezar a trabajar como telefonista. En el año 2002 aprobó las oposiciones obteniendo la plaza en propiedad, en la que aún continúa hasta que le llegue el momento de la jubilación.

El Colegio «Ciudad de Baza»
De los cuarenta años, diez meses y veintisiete días de servicio que tenía acreditados a su jubilación, treinta y tres cursos académicos los ha ejercido en el colegio de la calle Gutiérrez Segura, al que llegó en su segundo año de funcionamiento y que dirigía D. Antonio Valdivieso. Eran todos compañeros conocidos y entre los que se encontraba su hermana, Mª Pepa Serrano, y su cuñado, Manolo Vico.
De su largo periodo en el colegio «Ciudad de Baza» nos ofrece esta en el patio del centro durante los Campeonatos Escolares De aquellos primeros tiempos del colegio recuerda, con especial cariño, las actividades deportivas que se desarrollaban al finalizar las clases y la sana rivalidad que había entre los centros en los Campeonatos Escolares. En el Congreso de los Diputados con un grupo de alumnos y los compañeros Manuel Vico y Pedro Cano.

Cuando en 1986 se crearon los equipos directivos de los centros fue nombrado Secretario, aunque ya con anterioridad había ejercido de Secretario del Claustro de Profesores. Los tres Directores del Colegio que ha tenido: D. Manuel Vico, D. Julio Fernández y D. Andrés Torres, confiaron en él para la organización del régimen administrativo y económico del centro desde el puesto de Secretario, que ha ejercido durante veinte años, lo que le ha proporcionado un profundo conocimiento, no sólo del colegio, sino del funcionamiento de la administración educativa y pública en general. Con motivo del XXV Aniversario de la creación del colegio redactó una pequeña historia del Centro que aún se puede ver en la página web del mismo. En junio de 2006 se le dio una emotiva despedida aunque tuvo que ejercer su cargo de Secretario hasta el 31 de agosto en que cesó definitivamente.

La Peña Taurina
Uno de los capítulos de su vida que con más cariño recuerda es su pertenencia a esta popular entidad y su paso por la Junta Directiva. Socio desde hace más de 30 años, fue en 1985 cuando por primera vez formó parte de la Junta Directiva, siendo su Presidente Pepe Martínez Venteo, con el que desde entonces le une una buena amistad junto a su familia.

Sería años más tarde, en 1994, cuando Antonio García de Paredes se hace cargo de la Presidencia e invita a Jesús a formar parte de la Junta Directiva. Sumida en una gran crisis social y económica, y a punto de desaparecer, junto a un grupo de aficionados y amigos lograron revitalizar la Peña y ponerla de nuevo en marcha recuperando las actividades tradicionales e iniciando otras entre la que destaca la edición de la Revista «Tercio de Quites». Personalmente aprendió mucho de toros y se aficionó a la fiesta nacional. Durante su etapa como directivo de la Peña Taurina «Tercio de Quites». De izquierda a derecha: (de pie) Alfonso, Antonio Pérez, Antonio Valdivieso, Benito, Pepe «fanegas» y Prudencio. (sentados) Paco Cívico, Pepe Segador, Antonio García de Paredes, Jesús Serrano Manuel Rivas.

Aquella Junta pronto se convirtió en un grupo de amigos y su gran acierto fue implicar a las mujeres de los directivos que trabajaron a la par de ellos para sacar la Peña adelante. Y como no, al lado de Jesús, Rocío, su esposa, que incluso inició sus pinitos literarios colaborando varios años en la edición de la revista.

Con gran tristeza recuerda a los que ya no están con nosotros: Antonio, el Presidente, con el que le unía una gran amistad, Alfonso «el de la carne», Antonia, la esposa de Pepe «Fanegas», y Rosario, la esposa de Benito.

Con un grupo de amigos celebrando San Valentín.

Todavía sigue colaborando ocasionalmente con la Directiva de la Peña Taurina.

Jubilado
Me cuenta Jesús que algunos compañeros le decían «no te jubiles porque te vas a aburrir», pero llegada su hora, en 2006, lo hizo sin titubear. Ahora piensa que «no hay persona más ocupada que un jubilado».

Aunque lo invitaron a participar en muchas actividades, desde principio tuvo claro que no haría ninguna que tuviera un horario regular predeterminado ya que desde los cinco años había estado sometido a él. Sí aceptó el encargo del anterior párroco de Santiago, D. Juan José, de hacerse cargo del Archivo Parroquial, labor que sigue desarrollando.

Así mismo, a invitación de Pepe Noguera, aceptó colaborar con él en la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Virgen de la Piedad, labor para él sumamente gratificante y que le ha permitido, entre otras cosas, escribir un libro «La Virgen de la Piedad, historia, tradición y devoción de un pueblo».

Así mismo se inició la edición de la Revista «Nuestra Patrona». En el año 2010 pregonó a la Hermandad de la Santa Cruz, a la que también pertenece.

Portada del libro escrito por Jesús Serrano sobre la Virgen de la Piedad.
Dedica gran parte de su tiempo a la organización de su rico y extenso archivo fotográfico y documental, así como a la recopilación de datos históricos sobre temas relacionados con la Virgen de la Piedad. Y por supuesto colabora todo lo que puede, dentro de sus limitaciones en algunos aspectos, en las tareas domésticas. Tanto él como su esposa, Rocío, que puede ser nombrada la primera mujer Hermana Mayor de la Virgen de la Piedad, no podrían pasar sin las tertulias junto a sus familiares y amigos tomando una cerveza. Representando a la Hermandad de la Virgen de la Piedad en la catedral de Guadix.