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Alfonso XIII y Victoria Eugenia |
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Artículo publicado originalmente en la sección "Honores y distinciones" de la Revista "El Norte", correspondiente a la segunda quincena de junio de 2013 |
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Poco antes de iniciar su reinado, España perdía sus últimas posesiones de ultramar: Cuba, Puerto Rico y Filipinas, sobre todo por la conflictiva y beligerante intervención de los Estados Unidos. El episodio histórico se conoce como «desastre del 98». No obstante, y a pesar de la crisis que estas pérdidas supusieron, durante su mandato el país llegó a ser una nación industrial, alcanzando el mayor nivel de población estable en su territorio; brilló en el mundo cultural y se abrió en política internacional a las más diversas naciones. En este apartado, su reinado quedará para siempre lastrado por la eterna cuestión de Marruecos, aunque le permitió recobrar a los españoles una parte del prestigio perdido en Hispanoamérica. |
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El 31 de mayo de 1906 casó con la princesa británica Victoria Eugenia de Battenberg. El mismo día de su boda ambos sufrieron un atentado con una bomba escondida en un ramo de flores lanzado al paso de la carroza real por el anarquista Mateo Morral. Aunque los reyes salieron ilesos, en el atentado murieron tres oficiales, cinco soldados, tres civiles y catorce personas más resultaron heridas. Durante las primeras décadas del siglo XX, España sufrió numerosas revueltas sociales, como la Semana Trágica de Barcelona y la sangría de la guerra del Rif, que culminó con el desastre de Annual. Aceptado por el rey el Directorio del General Primo de Rivera, los partidos políticos firmaron el Pacto de San Sebastián, de total tendencia republicana. El país entró entonces en una espiral de sublevaciones y pronunciamientos militares (Cuatro Vientos y Jaca) con el fusilamiento consiguiente de los cabecillas. Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 dan la victoria en las ciudades a las candidaturas republicanas, no así en el conjunto de la nación; pero tomando esto los partidos como sentir de la mayoría, se proclama la Segunda República el día 14, el mismo día que Alfonso XIII abandonaba el país para evitar una guerra civil. El rey manifestó entonces que renunciaba a la Jefatura del Estado, pero sin una abdicación formal: «no renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósito acumulado por la historia, de cuya custodia ha de pedirme un día cuenta rigurosa». Las Cortes de la República acusaron de alta traición al Rey, aunque el 15 de diciembre de 1938 Francisco Franco derogó esa decisión, restituyendo los derechos dinásticos. Tanto Alfonso XIII como Victoria Eugenia fueron nombrados Alcaldes Honorarios de nuestra ciudad. El alcalde de Baza que tomó esta decisión fue don Servando Segura Fernández, que el 13 de enero de 1925 firmaba el acta que dice: «Se acordó nombrar Alcaldes Honorarios de nuestra ciudad a los muy amados, el Rey y su Augusta esposa, la Reina». Se acordó hacer un pergamino con dicho nombramiento y que una comisión concurriera al homenaje que se les iba a dar en Madrid el día 23, onomástica real. |
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