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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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Antonio Rodríguez Manzano

Artículo publicado originalmente en la sección "Con Baza en el corazón" de la Revista "El Norte", correspondiente a la segunda quincena de octubre de 2013 

Antonio Rodríguez Manzano

El protagonista de nuestro artículo nació en la madrugada de un caluroso día de agosto de 1955, en la calle del Cáliz, número 5, en la que vivían sus padres: Tomás Rodríguez Carrasco y Josefa Manzano Redondo, una familia de profundas raíces bastetanas. «Allí pasé mis primeros años de la infancia», nos cuenta, «hasta que mi padre consiguió el puesto de Capataz del Campo de Prácticas Agrícolas del Instituto Laboral «José de Mora» y le asignan una vivienda en los terrenos de la Huerta de la Muerte, en la afueras de la ciudad por la carretera de Caniles, donde se realizaban las prácticas agrícolas. Nos fuimos a vivir a esa vivienda provisional hasta que, en agosto de 1960, en dichos terrenos se comienzan a construir las instalaciones del citado Campo de Prácticas en los que se incluía una casita nueva para el capataz, lugar donde pasé todo el resto de mi vida en Baza».
Comenzó su escolaridad en la guardería del Colegio de la Presentación, pasando después a la Escuela Pública de la carretera de Ronda, con los conocidos maestros Don Juan y Doña Olga, «dignos de admirar por ejercer una pedagogía específica dada la mezcla de niños que cada uno tenía en sus respectivas clases, no había niveles por edad, en la misma clase estábamos niños de todas las edades hasta los 10 años que era cuando se entraba en el Instituto». Su rendimiento académico fue muy bueno, tanto como su motivación por el estudio, «seguro que estos dos maestros tuvieron influencia en ello, y mi vocación pedagógica se cuajó allí». El profesor del Instituto Don Fernando Martos sugiere a sus padres, tras comprobar que estaba bien preparado, que realizase las pruebas de ingreso; en junio de 1965, antes de cumplir los diez años se presentó a esos exámenes y obtuvo la calificación de Matrícula de Honor «creando unas altas expectativas en mí para los estudios de Bachillerato». Primeros pasos cerca de casa

Antonio Rodríguez inicia esta nueva etapa en el curso 65/66, estrenando el nuevo centro construido precisamente en una parte del Campo de Prácticas, quedando su casa a unos veinte metros del mismo. El centro pasó a denominarse Instituto Técnico de Enseñanza Media «José de Mora», como consecuencia de la introducción de un nuevo Plan de Estudios que suponía la desaparición de los Bachilleratos Laborales. «Recuerdo estos 7 años como de los más felices de mi vida, recuerdo cosas curiosas de la época como la formación por cursos en el patio antes de entrar a clase, las clases en los talleres de carpintería con D. Claudio y las de Mecánica con D. José Caparrós que tanto influyeron en mi afición por el bricolaje, así como las clases prácticas de agricultura con los injertos y las recogidas de maíz bajo la vigilancia de Tomás, mi padre, como Capataz del Campo de Prácticas. Me dedicaba a los estudios con gran motivación y excelentes resultados lo cual me permitió disfrutar de una beca  de estudios durante todo el periodo que, sin duda, algo ayudaba a los escasos ingresos económicos que mi familia disponía en aquella época».  Al vivir en el Instituto, su relación se extendió a los internos de la Residencia de estudiantes de la comarca. «Tengo muy buenos recuerdos de compañeros como Manolo Pinteño de Galera, el astuto Florencio de Venta Quemada, el grandón y noble Reche, el simpático Álvarez apodado «Lepe», etc. con los que además de estudiar, hacíamos alguna travesura al profesor de turno que nos cuidaba durante las horas de estudio diario de 19:00 a 21:00. No podía dejar de mencionar aquí a otro grupo de buenos compañeros bastetanos de clase como Antonio Dengra Santa Olalla (compañero luego en la carrera), el diplomático Joaquín Castellano, el artista Caparrós, Manolo Sorroche, etc., algo más competitivos pero muy divertidos sobre todo en aquellos cursos superiores en los que nuestra clase la ubicaron en el edificio próximo de «la torre» del campo de prácticas». «Acabó este periodo con una reválida en junio de 1972 que filtró al 50% de la promoción y unas duras pruebas de Madurez en la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada que supusieron un criba importante ya que tan solo 4 alumnos aprobamos en Julio para poder realizar estudios universitarios, ¡eso sí que era selectividad, no la que existe ahora!».

En la puerta de si casa con su hermana en la moto de su padre. «Con una tendencia clara por las Ciencias, decido hacer la Carrera de Ciencias Exactas en la Universidad de Granada. Realizo el primer curso durante 1972/73 en la Facultad de Ciencias de Granada y durante el mismo me doy cuenta que las matemáticas que me gustan son las aplicadas, por lo que decido hacer Físicas en lugar de Exactas. Esta decisión me obligó a cambiar de Universidad ya que en Granada iba a comenzar 1º de Físicas el curso 1973/74 y yo cursaba 2º ese año. Traslado mi expediente a la Universidad de Sevilla donde continúo los 4 años siguientes de la Licenciatura en Ciencias Físicas en la Especialidad de Electricidad y Electrónica».

Su buena trayectoria académica le permite disfrutar de una beca-salario durante los cinco años de Licenciatura. Gracias al magnífico expediente y a la buena relación con los profesores, durante el último curso pudo realiza y leer la Tesina de Licenciatura en el área de Física del Estado Sólido. «Con todo ello acabado de forma brillante, y con 21 años,  ese mismo Junio de 1977, viniendo de Sevilla a Baza para descansar un par de semanas, visito el Departamento de Electrónica y Física del Estado Sólido de la nueva Facultad de Físicas de Granada para ofrecerme como profesor e investigador en dicha área, y después de varias entrevistas, me comunican que les intereso y me ofrecen mi primer contrato de trabajo como Profesor Ayudante de Clases Prácticas en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada. Firmo dicho contrato y comienzo a trabajar en Septiembre de 1977 en algo que realmente me fascinaba: Enseñar e Investigar».

El sorteo de la «mili» le envía a Madrid, teniendo que hacer un paréntesis en su trayectoria académica y profesional, aunque la Universidad de Granada le informó que le guardarían la plaza. Su lugar de servicio fue el Museo del Ejército, un destino que, al parecer, sólo se conseguía por recomendación. «Durante el registro, era habitual entre los soldados hablar del «enchufe», y en mi caso al decir que no tenía ningún «enchufe» la gente me miró con cierta ironía y desprecio pero al decir que era de Baza inmediatamente los soldados veteranos dijeron: ¡ah!,  éste viene recomendado por el Teniente Coronel López de la Sala de Artillería. Antonio Rodríguez siempre fue un magnífico estudiante. Aquí lo vemos en la escuela

Ante mi asombro, investigo y solicito una entrevista con este Militar, ya jubilado de unos 65 años, y me confirma que él tenía dada una orden en el CIR de Colmenar Viejo para que todos los soldados que fuesen de Baza los destinaran al Museo del Ejército.  Bueno,  fue un orgullo y una gran suerte para mí, el ser de Baza, hablamos de Baza, de mi familia y de la suya, no nos conocíamos pero tanto para él como para mí fue muy grato hablar de nuestro pueblo, más para él que hacía mucho más tiempo que lo había dejado por su larga carrera militar».

Aprovechando el tiempo libre en la capital, Antonio realizó varias actividades formativas y pudo conocer el mundo empresarial de la ciudad. «Tuve entrevistas con directivos de multinacionales del sector informático como Hewlett Packard e IBM. Pude comprobar que mi perfil tanto formativo como personal era interesante para ellos, quedando en retomar los contactos una vez finalizado el servicio militar».

Antonio en el campo de prácticas con una cabra en las manos   De nuevo en Granada, incorporado a mi puesto, tras cambiar de Tesis Doctoral por el traslado de mi director, recibo de Hewlett Packard una solicitud de trabajo, cosa que rechazó por no parecerle correcto dejar la Universidad con todo lo que habían hecho por él durante su ausencia. Él quería «escalar» puestos hasta conseguir una cátedra. Pero el contenido de su Tesis y los medios que necesitaba para conseguirla, poco accesibles en España y muy extendidos en EEUU, le hicieron reflexionar «sobre mi conveniencia de seguir en la Universidad o no y dado que Hewlett Packard insistía con ofertas de empleo decido aceptar una de ellas como Ingeniero de Soporte en la Oficina Principal de Madrid en Febrero de 1981 dando un cambio radical a mi trayectoria profesional». «Aunque ya conocía Madrid durante el servicio militar, el cambio a un nuevo entorno laboral fue duro y más cuando a los pocos días de llegar a Madrid tuvo lugar la toma del Congreso de Diputados por parte de Tejero con intento de golpe de estado, el conocido «23F», mi casa se encontraba a menos de 700 m. del Congreso con lo cual me pilló de pleno dicho acontecimiento.

Afortunadamente todo se regularizó de forma positiva y mi estancia en Hewlett Packard se fue consolidando». «El trabajo en la empresa y más concretamente en una multinacional es fuerte y constantemente retador y desafiante, por tanto,  idóneo para una persona con mucha iniciativa y ganas de desarrollo como yo. Viajé mucho dentro y fuera de España, estuve varios meses en Centros de Formación en Francia, Reino Unido y Alemania. Estando en uno de estos centros recibo la triste noticia de que mi padre Tomás, el querido Conserje del Instituto de Baza, estaba gravemente ingresado por una intoxicación en Granada. Asisto inmediatamente a Granada y al día siguiente falleció, fue un duro golpe que me costó mucho tiempo asumir y superar sobre todo por mi madre que también estaba intoxicada pero Dios quiso milagrosamente dejármela pues si no la situación personal hubiese sido terriblemente peor. Trabajé mucho pero disfruté aún más realizando dicho trabajo, con lo cual mi rendimiento en la empresa era excepcional. Este rendimiento me valió para que antes de los 4 años me ofrecieran un puesto de Dirección con 20 Ingenieros a mi cargo para dar Servicios y Soporte Post-Venta a la Zona Centro de España».

Es en ese momento cuando inicia otra «inflexión» en su carrera profesional con responsabilidades directivas. Para reforzar esa circunstancia comienza a formarse en áreas de Economía de la empresa, entrando en la prestigiosa escuela de negocios IESE Business School de la Universidad de Navarra en Madrid, donde realizó un Máster en Economía y Dirección de Empresas. «Sin duda fueron 2 años muy duros pues compartir el trabajo con un Master muy duro pero enormemente interesante era todo un desafío. Tanto que comienzo el Master soltero y sin compromiso y lo finalizo casado y con mi primer hijo». «El Máster me transformó como profesional, allí pude disfrutar con las clases magistrales de catedráticos excepcionales y de gran reconocimiento en el mundo empresarial español». Con sus padres y su hermana

«En pleno Máster, la compañía me ofrece la responsabilidad de la Dirección Nacional de Marketing de Servicios, cosa que asumo a pesar del sobresfuerzo que me iba a suponer un área nueva con el Master. La experiencia fue muy positiva ya que me permitió aplicar muchos de los conocimientos que estaba adquiriendo en el Master a un entorno europeo junto con otros colegas del resto de países europeos occidentales en un proyecto muy ambicioso para la empresa».

Con sus padres en su jura de bandera. Sept 1978 «Dado el éxito del proyecto mi responsabilidad se extiende para toda la región Ibérica (España y Portugal). AL cabo de unos años, me encargan otro proyecto retador y es el Desarrollo y Dirección posterior de Ventas de Servicios, proyecto que me permite viajar mucho a Palo Alto en California (EEUU) y a muchos países de Europa con los que trabajo. Todo culmina dirigiendo un equipo de 25 Ingenieros de Ventas en España y Portugal con una responsabilidad de ventas de 150 Millones de dólares anuales. Mis reconocimientos como mejor directivo europeo en cifras de ventas han sido numerosos, todo ello me permitió realizar presentaciones en convenciones de New York, Las Vegas y San Francisco ante una audiencia de más de 700 personas de todos los países de mundo – allí sonaba con mucho orgullo un «I´m from Baza (Granada) Spain».

Antonio Rodríguez ha ocupado otros cargos importantes en la multinacional en la región ibérica, y aunque ha tenido propuestas para dirigir a nivel europeo, tener que fijar su residencia fuera de España le hizo rechazarlos. .Su larga carrera de HP ha durado 25 años (1981-2006).

«Desde 2006 tenía claro que era difícil encontrar un desafío tan atractivo como el que tuve en la Hewlett Packard inicial, no obstante, me ofrecieron proyectos interesantes en Fujitsu y en la multinacional alemana Siemens Networks que rechacé para realizar algo que me llenaba más y que estaba ligado con esa vocación inicial que me llevó inicialmente a mi primer trabajo en la Universidad y es las labores pedagógicas ligadas al mundo de la Empresa, de los negocios y del emprendimiento. Actualmente desarrollo labores de consultoría y formación a empresas en las áreas de desarrollo estratégico, marketing y dirección comercial. Imparto clases de Marketing de Servicios, Técnicas de Venta y Dirección de Ventas y dirijo Proyectos fin de Carrera en la Titulación de Políticas de Marketing + Master en Dirección Comercial de la Universidad Camilo José Cela.

Con los compañeros de Bachillerato en la puerta de la clase. Curso 1970-1971 Imparto clases de Economía y Física en los Colegios Ramón y Cajal de Madrid y soy miembro del equipo directivo responsable de la estrategia, oferta educativa y marketing del Centro. Es enormemente gratificante para mi transmitir toda mi experiencia a personas jóvenes, emprendedoras,  con iniciativas parecidas a las que yo tuve en su momento que les permitan poder realizar una trayectoria por lo menos tan fructífera y gratificante como la que yo he tenido la suerte de vivir».
«Para finalizar esta intensa biografía, quiero agradecer a mis padres que me dieron la vida y me inculcaron valores básicos como la iniciativa, capacidad de trabajo, responsabilidad y humildad que han guiado mi forma de actuar; a mi esposa Mercedes Baranda, una madrileña muy amante de todo lo andaluz en general y de las tradiciones bastetanas en particular, que siempre me ha apoyado en los muchos momentos duros y en decisiones complejas que he tenido que tomar; y a mis 2 hijos, Antonio y Álvaro, que siempre han sabido estar ahí, comprendiendo el poco tiempo pero gran entrega de su padre en su desarrollo personal y profesional. Sin todos ellos yo no hubiese podido realizar todo lo que he descrito anteriormente, ni ser la persona tan feliz que he sido y espero continuar siéndolo durante muchos años más». Reseña informativa en una publicación especializada digital sobre el nombramiento de Antonio Rodríguez como director de la unidad de negocio de outsourcing de HP para España y Portugal.