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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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Virgen de la Piedad
Alcaldesa Honoraria Perpetua de la ciudad de Baza

Artículo publicado originalmente en la sección "Honores y distinciones" de la Revista "El Norte", correspondiente a la primera quincena diciembre de 2013 


En el punto séptimo del acta levantada en la sesión plenaria ordinaria del Ayuntamiento de Baza, el día 22 de agosto de 1975, se dice textualmente: «Nombramiento como Alcaldesa Honoraria de la Santísima Virgen de la Piedad.- Visto el expediente instruido, en el que, con las debidas autorizaciones, se propone por su señoría el Alcalde el nombramiento como Alcaldesa Honorífica y a perpetuidad de la Stma. Virgen de la Piedad, copatrona de esta ciudad, el Excmo. Ayuntamiento, por aclamación y unánimemente, acordó nombre Alcaldesa Honoraria Perpetua de esta ciudad a la Stma. Virgen de la Piedad, Copatrona de esta localidad, facultando al Sr. Alcalde para que pueda adquirir los atributos del mando correspondientes y que se les entreguen a la Stma. Virgen en acto público el próximo 8 de septiembre, con motivo de su festividad, a su paso procesional por la Plaza Mayor».

Con este nombramiento honorario, el Ayuntamiento pretendía dar testimonio público de la simbiosis existente entre los bastetanos y esta imagen a la que tanto se le quiere y a la que en todos los momentos y épocas se han dirigido las plegarias en busca de ayuda y consuelo.

De su larga y secular historia recogemos el hecho de haber sido hallada por un obrero de Guadix, llamado Juan Pedernal, que trabajaba en los cimientos de un antiguo y derruido templo cristiano en el arrabal de la Churra, extramuros de la ciudad.

8 de septiembre de 1975. D. Luís Morcillo (alcalde) y D. Ramón Checa (presidente de la Hermandad) imponen el Bastón de Mando nombrando Alcaldesa Perpetua de esta ciudad a la Stma. Virgen de la Piedad.

Un golpe de su pico hizo que del terreno saliera una dulce voz implorando «piedad»; su asombro y extrañeza, su temor a seguir picando y la comunicación a sus superiores (don Luís de Acuña) hicieron que se excavase con cuidado hasta encontrar esta pequeña imagen de la Virgen con el Niño en sus brazos. Una imagen mariana que, bajo la advocación de la palabra que se escuchó desde el interior de la tierra, «Piedad», sería reconocida desde entonces. La pequeña escultura tallada en consistente piedra blanca, de unos cuarenta centímetros de altura, con pliegues en el vestido y el hijo desnudo sostenido en sus manos, tiene aún en su mejilla el golpe que recibió en su hallazgo.

Los estudios sobre la antigüedad de la talla la remontan al siglo XI, aunque bien podría ser de siglos posteriores. Lo cierto es la fecha de su encuentro, en el que también interviene la tradición: 1490. Avalado su culto y devoción por la concesión de gracias e indulgencias, fue ampliándose el edificio como lugar de su veneración y centro de peregrinación de labradores de la ciudad y de pueblos colindantes, bien en demanda de lluvia para el campo o como agradecimiento por las cosechas recogidas.

Imagen de la Virgen de la Piedad sin corona tras el robo que sufrió en febrero de 2010.

Pronto empezaron a conocerse los más variados milagros atribuidos a esta Virgen; su fama llega hasta el mismo Palacio Real, en Madrid. La reina Mariana de Austria pone en manos de esta Virgen la curación y salud de su hijo, que luego sería el rey Carlos II. Años de grandeza para el templo que ve como se vuelcan con él los reyes, que le regalan y construyen el bello camarín, amén de otros variados objetos de culto.

En los años de la dominación francesa, ocupado el convento por las tropas napoleónicas, la imagen ha de ser trasladada a la iglesia Mayor, donde sigue teniendo el culto de los bastetanos. La Piedad es y ha sido foco de atracción para fieles devotos. Ejemplo de ello fue el nacimiento de la Hermandad de Guadix, en recuerdo a su descubridor, y su peregrinación anual para festejarla, convertida hoy en una hermosa fiesta en ambas poblaciones, el Cascamorras, recientemente reconocida como Fiesta de Interés Turístico Internacional.

Durante siglos se han mantenido las Rogativas de los labradores. Recordamos la grandiosidad de su coronación canónica, en el año 1930; el destrozo del templo y de la misma imagen en el periodo de la Guerra Civil; la recuperación de los restos de la venerada imagen, su restauración y el regreso en romería a su querida ciudad, la bendición y colocación de la misma en su camarín; su nueva coronación en el año 1954. Todos son hitos en la historia de esta pequeña imagen en la que confluyen las plegarias de los creyentes bastetanos, cuya  corporación tomó el acuerdo de declararla Alcaldesa Honoraria Perpetua en el año 1975, siendo alcalde presidente de este Ayuntamiento Luís Morcillo Vita.