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| MARÍA AL PIE DE LA CRUZ | |||
| No pienses, María al pie de la cruz que vengo a tus altares a recordar cantando tu agonía; nada valen mis débiles cantares; vengo sólo a llorar, María al pie de la cruz. Vengo a contar las enlutadas horas que en negra soledad roban tu calma; vengo a llorar con el dolor que lloras; vengo en suspiros a entregarte el alma. Madres felices, que con más fortuna de vuestros hijos coronáis la frente con casto beso que brotó en la cuna: madres felices, que en amantes lazos los estrecháis en vuestro ardiente seno entre el calor de vuestros dulces brazos; madres felices, que con ansia loca del niño ante los cándidos sonrojos, al guardar los suspiros de su boca mecéis su cuna y entornáis sus ojos: decidme cual sería vuestro dolor, de lágrimas cubierto, si al hijo aquel que os cautivaba un día le vieseis como al Hijo de María en una cruz ensangrentado y muerto. Pensad en el cautivo que al doliente rumor de sus cadenas sólo responde el aire fugitivo; alzad los ojos al dosel del cielo cuando la luz al espirar desmaya, y recordad el lúgubre desvelo de los que gimen en desierta playa; llegad cansadas con dolor profundo a recoger plegarias y suspiros en el ronco estertor del moribundo; escuchad a una madre que se aterra viendo al hijo perderse entre los mares bajo el pendón sangriento de la guerra, y en la lucha mortal de la agonía, y del cautivo en el eterno llanto, y en la negra y fatal melancolía, no hallaréis un dolor que os hiera tanto como el dolor inmenso de María. Escóndase la luz; la tierra impura envuelva sus montañas entre las sombras de la noche oscura; las crestas del Calvario perdidas guarde en su crespón sombrío en luto de la noche funerario... En las rojas heridas desgarradas la sangre brota y de correr no cesa; allí clava la María al pie de la cruz sus miradas, y por eso las nieblas apiñadas cubren la sangre con su sombra espesa. |
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| Pregón de la Hermandad de La Santa Cruz, Baza, 2017. | |||
Queridos asistentes, lo primero dar las gracias por estar hoy aquí, en este acto de nuestra Hermandad de “La Santa Cruz” Buenas noches queridos y queridas oyentes: Señor presidente de la Federación de Cofradías, hermanos mayores y miembros de otras cofradías y hermandades, señor consiliario de nuestra hermandad, autoridades religiosas y políticas, miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Santa Cruz, Amigos y familia, y sobre todo cuerpo de costaleros y costaleras, hermanos de nuestra Hermandad, Hermano Mayor de la Hermandad y Hermana Mayor de Nuestra Señora de la Piedad, Patrona de Baza, y a todos los asistentes, muchas gracias por acompañarme esta noche de Cuaresma, en nuestro primer recorrido de hermandad, en esta Cuaresma del 2017, acompañando a nuestra titular María al pie de la Cruz. Quiero dar las gracias a mi Junta de Gobierno,de la hermandad de La Santa Cruz, por haberme encargado ser, esta Cuaresma, el pregonero de nuestra hermandad, para lo cual aun, todavía no sé si estoy preparado o no para ello, pero intentaré llevar ese encargo, por el camino que mis compañeros pregoneros antecesores en el encargo, David, Mari carmen, Cándido, Jesús Serrano, Miguel Navarro, Santiago Medina, Alfonso Corcera, Álex Pérez, Luis Miguel López, Corpus Azor, me han ido enseñando, junto con todos los miembros de nuestra cofradía y los años vividos en ella, que me han aportado mucho, en esta vida como cristiano y como creyente, la cual me enorgullece enormemente, formar parte de ella, desde mi adolescencia, de esta gran hermandad, como llamamos todos a LA SANTA CRUZ. Bueno intentare hacer el recorrido por nuestras calles lo más corto posible, para no hacerme muy pesado, y lo haré para comenzar haciendo una breve historia de mi paso por ese pedazo de hermandad, la nuestra, la de la santa cruz, la de la cofradía de los solteros, como era llamada antiguamente, aquella hermandad que fundaron un grupo de jóvenes bastetanos, que tenían una visión religiosa de aquellos años los de 1953, año en la que la fundaron, y tenían la ilusión de hacer algo por la vida religiosa de su ciudad y que fuera diferente. Para ello, al fundarla, crearon unos estatutos donde para formar parte de esta hermandad, había que estar soltero, pues al casarse, dejaban de formar parte de ella. Como digo corría el año 1953 cuando esta hermandad se funda y su primer encargo es hacer una cruz, la cual procesionaría primero, sola, antes de encargar la imagen de una Dolorosa, de María al pie de la cruz, que la encargan al escultor granadino Domingo Sánchez Mesas. Y que será la titular de esta Hermandad, y que tenemos la suerte, de procesionar todos los Martes Santo por las calles de Baza. Esa bella imagen mariana, que recorre nuestras calles bajo el olor del incienso que va abriendo el cortejo, ese cortejo, que lo encabeza nuestra cruz, esa cruz que es nuestro símbolo cristiano, uno de los más valorados, por nosotros, pues es la cruz donde Cristo murió por nosotros, donde los cristianos día a día, la miramos, y vemos reflejada la imagen de Nuestro Señor Jesucristo entregado para salvarnos, para enseñarnos la palabra, para enseñarnos la entrega a los demás, a compartir con nuestros hermanos, a vivir en una sociedad más justa, día a día, para enseñarnos ese camino que tenemos que vivir día a día, como cristianos y para decirnos que no debemos de rendirnos ante nada ni nadie, que luchemos por ese mundo más justo, y que se lo trasmitamos a los demás y lo vivamos como Él nos enseño a vivirlo. Volviendo un poco a mis principios en la hermandad, recuerdo mi infancia, antes de llegar a ella, en la calle Corredera, en el bar Olimpia, junto a mis padres, y llegaba la Semana Santa, mi padre era hermano de la cofradía de la soledad, pero nunca hizo la estación de penitencia el miércoles santo con ella, y con 12 años que yo tenía, me puse muy cabezón, y empecé a calentarle la cabeza de que yo quería salir de penitente en la Soledad, creía que él no me podría decir que no, y tanto lo calenté, que subió a los frailes, al convento de la Merced, y habló con el Padre Paco, prior en aquellos entonces, diciéndole que quería salir yo en la procesión, pero que ni teníamos túnica, ni nada. que hiciera el favor de darme un farol como acólito y que fuera el más grande,para ver sí al niño se le quitaban las ganas de procesión y a él lo dejaba tranquilo, y así fue. cuando llegué a la Merced, me lo endiñó, y entonces las procesiones hacían su recorrido por la calle Corredera, en vez de por la calle Monjas, cuando estaba a la altura del bar de mis padres quería dejar el farol y salirme de la procesión, pues estaba muy cansado y no era la idea que yo tenía de una procesión pues no era penitente y no me hizo gracia. Un par de años después, conozco a David Sánchez Serrano, el gran amigo de los amigos y de los no amigos, de todos, nuestro David, el de la hermandad, el que nos engancharía a todos los amigos para salir en la procesión del Martes Santo, pues a él le propusieron hacerse con las riendas de la hermandad, que estaba en decadencia, y nos pidió ayuda a los amigos, pues era monaguillo en la Iglesia Mayor y ya había tenido sus vivencias, las cuales nos fue transmitiendo a los demás y nos fue implicando. cuando, Ana la de la Caja, Antonio Vidal, Paco Almela, y sobre todo el Hermano Mayor, Félix Moreno, que residía en Almería, lo fueron implicando porque algunos no estaban en Baza, y otros se iban a la mili y la tendencia era desaparecer, ese año recuerdo sin formar parte aun de la hermandad, cuando desfiló después de unos años desaparecida y sin procesionar por nuestra calles bastetana. AÑO 1974, quiero recordar, cuando el Sábado de Gloria hizo su desfile procesional de Semana Santa, desfile, quiero recordar con todos sus hermanos de filas con la túnica de franela blanca, puesto que entonces no llevaba capa, solo la portaba el Hermano Mayor, y la cruz negra cosida en el lado izquierdo de la misma, y la gran cantidad de muchachas jóvenes que desfilaron de mantilla ese año acompañando a esa joven imagen mariana, esa cara dulce de niña joven con un dolor dulce en su rostro que trasmitía, un mensaje, en su mirada que llegaba hondo, me impresionó ese Sábado de Gloria, en la bajada a la Plaza Mayor por la puerta de don Emilio Castellano, esa bajada que todos no queremos dejar de ver, el martes santo, ese pórtico de nuestra Colegiata que hace aun más bellas las imágenes de nuestra Semana Santa bastetana, tanto me marcó, que quise empezar a formar parte de algo, que para mí sería grande y que al día de hoy todavía vivo con el mismo fervor que hace 44 años, en aquel 1974 cuando por primera vez vi este desfile procesional, del Sábado de Gloria en Baza, el de la cofradía de los solteros como la llamaban. Al año siguiente al ir aproximándose las fechas de semana santa, David empieza a reclutar amigos para el Martes Santo junto con los que nosotros llamábamos los antiguos hermanos de la santa cruz, los que nos empezaron a enseñar, este camino de olor a incienso, de trono de flores blancas, sobre tallas doradas que lucía esa bella imagen joven mariana, y esa gran cruz de madera, con su sudario blanco bandeando como el viento quería, y esa noche de cielo despejado e iluminado por las estrellas y la gran luna que nos conduciría durante el recorrido, que entonces era llevada sobre ruedas por personas pagadas por la hermandad para poder hacer ese desfile procesional, pues aun los costaleros en Baza no eran conocidos. Ese año llegó David y nos fue convenciendo para formar parte del cortejo, se encargó de proporcionarnos las túnicas, de irnos canalizando, en la nueva andadura nuestra, la de esta gran Hermandad, que allá por el año 1974, empezamos a formar ese grupo de amigos de David, y que supo trasmitirnos como él lo vivía y como los demás aprendimos a vivirlo. En un par de años, David se tuvo que hacer cargo de la Hermandad, pues si no volvía a desaparecer y ya todos estábamos tan ilusionados con esa gran noche del Martes Santo en Semana Santa, que no lo dejamos solo, al contrario cada día nos fuimos uniendo más gente al grupo, a nuestro gran grupo de la santa cruz, yo creo que todos tuvimos la llamada de María al pie de la cruz en ese año del 1974, y nos llegó bien, nos llenó, y nos fue aportando cada vez más. Ya al año siguiente, David tiene que empezar a formar su propia Junta de Gobierno, aunque en los principios nuestros no nos considerábamos así, sino que todos aportábamos lo que podíamos y como podíamos, yo estaba deseando que llegase el viernes o sábado para juntarnos, en horas de preparación de trono, limpieza del mismo, limpieza de faroles y demás tareas de la hermandad, para hacer que el Martes Santo nuestro paso, el de la Santa Cruz luciese como nuestra gran Madre merecía y merece. Conforme se fue consolidando este grupo, la hermandad de la Santa Cruz, en la noche del Martes Santo, cada uno intentábamos aportar más gente a la Hermandad, yo fui incorporando a mis hermanas, incorporé a mi ahijado, a la temprana edad de 3 años, a los amigos que estudiaban con nosotros, y casi todos hoy día siguen en la hermandad, y aunque algunos están fuera de Baza, con su residencia habitual, procuran todos los martes santo a las 21,00 horas estar en nuestra Colegiata de la Mayor, junto a los pies de nuestra santa cruz, y acompañarnos en ese cortejo que con tanta ilusión esperamos cada año, para recibir el ánimo, el perdón, el aliento para esta vida, de nuestra gran Madre, la de la Santa Cruz. Así comenzó nuestra andadura en la Santa Cruz, la de David, Paquito “el Curro”, Juan Diego, Joaquín “Vinagre”, Juan Manuel “el yesos”, Pepe el “cristo”, Pepe Pizarro, Jesús Serrano, Manolo el municipal −como es conocido por todos−, Amador Pizarro, Juan Manuel Pizarro, Luis Miguel “Vinagre”, que ha sido nuestro anterior Hermano Mayor y del que tuve el honor de formar parte de su Junta de Gobierno, Vicente Muñoz, Lucas López Gavilán, Juan Hernández Prieto, Ernesto González Requena, Guillermo González, Emilio Requena, y otros tantos más, incorporándose después Ramón Doblas, Ramón Maezo, Javier Álvarez nuestro “Cápatale”, como le llaman las nuevas generaciones, Juan Miguel Alcón, y un largo mas , pues es difícil de acordarme de todos, somos muchos, una gran familia. Esta gran familia teníamos que hacer filigranas para poder salir a la calle el Martes Santo pues económicamente estábamos a cero, y como decimos hoy salíamos de prestado, le pedíamos a los antiguos hermanos cosas para vestir a nuestra madre, pasábamos una cuota mínima para intentar cubrir los gastos, David hablaba con don Enrique Pareja, y siempre había que decirle que no teníamos dinero para pagar la banda pero el Martes Santo del año siguiente allí la teníamos otra vez, acompañándonos, íbamos a Eduardo el “platerito”, para que nos dejase las sortijas para la virgen, y algunas otras personas que siempre tenían el empeño de que la virgen luciese algo suyo personal, como era mi madre, Matilde la del Olimpia que nos prestaba una sortija de pedrería verde, que llevó algunos años la virgen, el rosario, anillos, sayas, acudíamos a Carmelo Castellano que también nos prestaba algo todos los años y al final nos donó un pequeño altar para que la imagen de María al Pie de la Cruz, luciese en la iglesia diariamente como merecía,fue la primer capilla de nuestra virgen, íbamos a Antonio Vidal a Ana de la caja a Amador Requena, a Cándido Navarro, a todos los antiguos hermanos para pedirle su donación y así poder realizar nuestra estación de penitencia. Empezamos a incorporar a nuestra filas a personas que lo dieron todo por nuestra hermandad, como Juan Antonio Castillo, nuestro sostén económico de aquellos años y nunca podremos olvidarnos de aquel verano fatídico, que nuestra Madre se lo llevó con Ella en aquel trágico accidente. CUÁNDO estábamos apurados económicamente llegaba él y resolvía, donde estés Juan Antonio siempre estarás entre nosotros, cuantas bandas y cuantas ilusiones nuestras hemos cumplido gracias a ti. Quiero recordar la primer banda de romanos que traíamos de Alicante, llevada por gente de Baza, una hermana de los calculas, y que desde el teléfono de mi padre en el Olimpia, en la parte de atrás, me decía David, llama a los romanos de Alicante y cierra con ellos para este año, y ahí estaba Juan Antonio para hacer frente. o la banda de la Puebla de nuestro gran amigo Ángel Morante o la de Zújar e incluso la que nos acompaña hoy, la de Benamaurel, a nuestra queridísima Mari Carmen Gómez Lamadrid, nuestra camarera mayor , nuestras manos de artista, que nos dejó su obra maestra para que cada Martes Santo nuestra Santa Cruz luzca con más luz que la de las estrellas y la luna iluminan el firmamento. las veces que me decía Julio prepárame dinero que vamos a bordar este estandarte, que vamos a hacer el manto de la Virgen, cuando se le propuso la primera vez puso el grito en el cielo, pero al final la convencimos y tiro para adelante, Mari Carmen todos los Martes Santos, haces el desfile con nosotros, y estamos muy orgullosos de haberte tenido entre nosotros, y del legado que nos has dejado, recuerdo ese banderín a la banda de la Cruz Roja, Año 1982, hecho por tus laboriosas manos, ese manto que nos has dejado esa saya de nuestra imagen, sudarios, etc, y recuerdo cuando venía a vestir la imagen Joaquín el de la campana de granada, Y Antonio Jiménez, estabas con él horas y horas, hasta que al final con el distes el paso de vestirla tu. Cuantas horas en la iglesia cuando me decías Julio súbete, es como si estuviese hablando con ella, como añoro esas noches contigo en el trono, y vestías y desvestías hasta que quedaba con la idea tuya, con la imagen, más hermosa que podía lucir nuestra Santa Cruz. Recuerdo como empezaste a delegar en Elena Gómez, nuestra actual camarera mayor y a la cual no puedo olvidarme de ella, gracias Elena por ser como eres y por lo que nos aportas como persona y como Camarera Mayor. Recordamos a Paco Muñoz, y la Cruz Roja bastetana, hermana honorifica de nuestra hermandad. Recordar que gracias al fatídico año, 1981, aunque lo mismo me equivoco en la fecha, se rompió la rueda del trono en la puerta de la cafetería de “La Dama”. que mal lo pasamos, ésa noche parecía como si la Virgen no hubiera querido hacer ese año el desfile procesional, pero gracias a la ayuda de todos los hermanos, al esfuerzo de la hermandad, y de todas las personas que presenciaban el cortejo y en especial a Juan Antonio Castillo, él sabrá las veces que se acercó al almacén de hierro, su tienda, para intentar proporcionar el material necesario para arreglar el trono, terminamos bien el desfile, a Dios gracias, y a nuestra titular que nos ilumino para poder terminar el recorrido sin males mayores. Recuerdo esas primeras cenas de hermandad que empezamos a celebrar en el Olimpia, gracias a mis padres, siempre los teníamos dispuestos para lo que necesitábamos, y a nuestra disposición. Recuerdo nuestra primera caseta de feria en el año 1982, junto con la hermandad de la Esperanza, en el antiguo recinto ferial de la Alameda, caseta cuyos beneficios se partieron por igual para ambas cofradías, pues había y hay un gran hermanamiento entre ellas, y todas las cofradías de Baza. Y las cuadrillas de costaleros eran de apoyo los unos a los otros, de hecho muchísimos de los costaleros de la 1º cuadrilla de la Esperanza eran todos hermanos de la santa cruz. Recuerdo cuando David nos decía que subiéramos a la Merced a pedirle a Ricardo los cetros para el martes que él se los devolvería el miércoles en la mañana. Como los Viernes Santo, nos juntábamos unos pocos para poder dar el relevo correspondiente en el desfile del Santo Sepulcro para no perder la subvención municipal, pues si no era imposible poder pagar. Vender lotería para poder subsistir, hacer las barras de las cruces, que hoy aun sigue haciendo nuestra hermandad, rifas, sorteos, y todo lo que se nos ocurría para salir adelante. Recuerdo ese repique de campanas con el que Diego Florentín nos deleitaba la noche del Martes Santo a la hora de la salida, nueve en punto y a la hora de encerrarnos, lo teníamos siempre a nuestra entera disposición para cualquier cosa que nos hiciese falta. Recuerdo cómo vivimos, cada Martes Santo, con esa cuadrilla de costaleros y costaleras, en los pormenores de nuestro desfile en esa concentración, como se vive el hermanamiento entre personas en esos momentos, y después de nuestra gran noche, cómo pasamos el rato en el siglo XX, gracias Juanito y familia por tratarnos como si estuviésemos en nuestra casa. Y para no hacerme muy pesado, creo que va siendo hora de despedirnos y de qué manera mejor, que la de hacer el trabajo que se me ha encomendado, que es la de pregonar a los 4 vientos la noche del Martes Santo: Bastetanos y bastetanas, llega la noche del Martes Santo, llega la noche deseada por nuestra hermandad de la Santa Cruz, nueve en punto de la noche, suenan las campanas de la torre mayor, en el interior del templo, el cortejo preparado en silencio, para esperar la apertura del portón, mientras, bajo el paso de María al Pie de la Cruz, todos los costaleros y costaleras guardando el mayor de los silencios, esperan la llamada de nuestro capataz. ¡AL CIELO CON ELLA! |
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Se abre el portón, Noche donde los redobles de campanas en la bajada de la iglesia Para ver ese esfuerzo que los costaleros hacen Capataz, contraguías y demás ¡Al cielo con Ella! Venia van a pedir, Incienso y redobles van a sonar Ya dentro del templo Al cielo con Ella un año más |
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Bastetano y bastetanas, el Martes Santo está por llegar, María al Pie de la Cruz en sus calles nos hará gozar, de nuestra fe, de su amor y de su entrega a nosotros, por ello te pido: Que acudas, tú mujer de mantilla y tú hombre de túnica, para a Nuestra Madre acompañar. Martes santo María al Pie de la Cruz nos va a esperar. Gracias a Ana, mi mujer, por participar conmigo en ella y apoyarme, a mis hijos, por aguantarme y seguir mis pasos, siendo cofrades desde bien temprana edad, con todo mi cariño, agradecerles el apoyo que me dan para seguir en la hermandad de forma activa, y participativa. Sin más MARIA AL PIE DE LA CRUZ nos espera a las nueve en punto al pie de la Mayor, para venerarla en ese martes santo de incienso y tambor, para redoblar el nombre de ¡María al Pie de la Cruz! ¡Viva la Hermandad de la Santa Cruz! ¡Al cielo con Ella! ¡He dicho! |
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Julio Francisco Martínez Vera Baza, Cuaresma de 2017. |
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