44/23. Hemos perdido el norte

Autor: Asamblea Local de Izquierda Unida de Baza. 

Cuando la mentira vende más que la verdad, tenemos un problema; hemos consentido que el ayuntamiento tuviera un gabinete de prensa, que lo pagamos todas, y se estrena con un panfleto partidista lleno de falsedades y medias verdades. ¡Qué decepción!, hemos perdido el norte.

Nunca hemos acordado ningún pacto de inclusión en el equipo de gobierno, ni sueldo alguno para nuestro concejal. Distinto es que se halla elaborado una propuesta, para debatir en nuestra asamblea, que contemplara todas las posibilidades, también el sueldo de un concejal que, en caso de aceptarla, debería dejar su puesto de trabajo para dedicarse a la labor municipal.

Pero nosotros somos un equipo y valoramos las opciones en asamblea. Esta no podía ser una opción diferente. Nos hemos reunido varias veces para  sopesar las distintas propuestas hechas por el Sr. Pedro Ramos, desde antes de ser alcalde. Lamentamos que nuestra decisión no sea de su gusto pero debería respetarla como demócrata, no desacreditarla con verdades a medias y mentiras.

No contentos con desacreditar a nuestro representante, acuden al ideario más extremo de la ultraderecha para mancharnos de sangre con los muertos de ETA y solo llevan con VOX una semana. Como sigan un mes más nos acusaran del atentado de Atocha y del accidente del Alvia en Santiago.  Y decía el portavoz del PP local que ellos “no son políticos”, menos mal.

Puntualicemos: Nos acusan  de pactar con herederos de ETA (Grupo de liberación vasco, los llamaba Aznar), que no condenan la violencia ejercida por la banda terrorista. Jamás hemos pactado con ellos, nunca. Esta mentira solo quiere manchar la honradez de nuestra formación para legitimar su alianza impresentable.

Las víctimas del terrorismo etarra no podemos, ni debemos olvidar a nuestros muertos, normal y legítimo. Izquierda Unida estuvo  en la creación de la plataforma “Manos limpias”. Hasta aquí podemos estar de acuerdo. Otra cosa es que las familias de las víctimas de la dictadura franquista quieran saber donde están sus muertos y que para el PPOX esas víctimas no merezcan respeto y esos muertos tampoco.

Dicen que la izquierda somos igual que la extrema derecha para justificar esta claudicación de los más elementales valores humanos en sus pactos para gobernar. PPOX se convierte en una suerte de grupo negacionista que no reconoce el cambio climático mientras nos cocemos ola tras ola de calor. Mientras deja de llover, ellos apoyan aumentar las superficies de regadío, con los pantanos bajo mínimos, con los “Doñana” desecado, la Manga del Mar Menor muerta, con el rio Guardal sin caudal y el de Castril temblando…

No, nosotros no pactamos con grupos que atentan contra la constitución y la inteligencia defendiendo estas tropelías o el fin de las autonomías y el retorno al centralismo de Madrid.

Eliminan las concejalías de igualdad y los puntos violetas de auxilio a las víctimas de violencia machista cuando se disparan los ataques a las mujeres en lo que podemos denominar  “aquelarre del  terrorismo machista”. Si cualquier grupo humano provocara el número de muertas que producen el machismo no dudaríamos en tomar todas las medidas para erradicar esta barbarie. PPOX niega el machismo, elimina minutos de silencio por ellas y retira la subvención a las actividades que pretenden proteger a las amenazadas, darle refugio ante la agresión.

Estos grupos no apoyan la subida de salario mínimo para el común de los trabajadores, ni de las pensiones de los mayores, ni el control de las subidas de la luz o de los alquileres, ni los impuestos a los beneficios usureros de la Banca… Han votado  contra todo ello. ¿Para quién trabajan?

Después de atentados  a la convivencia cotidiana como estos solo proponen algo tan abstracto y anacrónico como “la unidad de la patria” frente  a los catalanes, cuando la verdad es que los independentistas nunca han tenido menos representación en su parlamento que con nuestro gobierno de coalición. Y frente a los vascos, que han conseguido la convivencia pacífica tras una guerra, a veces muy sucia, contra el terrorismo de ETA. O la expulsión y vejación de los inmigrantes, que realizan el 80% de los trabajos que no queremos los nacionales y cotizan para pagar nuestros servicios públicos y nuestras pensiones.

De verdad es esto lo que nos preocupa?. Estamos dando vuelo a los fantasmas de la dictadura ante una juventud que no vivió esa tragedia y piensan que esto de negarlo todo es una manera de revolución crítica, en una especie de adolescencia política. Bajo el rotulo de “todos son iguales” se esconde el mayor retroceso en libertades que hemos vivido en 40 años. No vale decir que no son políticos, han tomado partido, ya sabemos de qué van. ¿Cómo pueden esperar nuestro apoyo?