PREGÓN OFICIAL DE LA FERIA Y FIESTAS DE BAZA 2025
Pregonero: Ramón Rodríguez Carpio
Teatro Dengra, jueves 4 de septiembre de 2025
Nota importante: Ofrecemos el texto íntegro del pregón de Ramón Rodríguez Carpio co la premura a la que nos han obligado diferentes circunstancias y a falta de imágenes y otros complementos con los que el pregonero ha “condimentado” su excepcional intervención. Confiamos en que, con la mayor brevedad posible podamos añadir algunos de los detalle que lo acompañaron, si bien, lo más importante que es el propio pregón, queda a disposición de nuestros lectores
El PREGONERO:
Ramón Rodríguez Carpio nació en febrero de 1976 en la calle Jesús Domínguez; se crio y se educó en el callejón del Almendro y en la calle Monjas, junto a su madre y a su abuela, que regentaban dos puestos de pescadería en la antigua Plaza de Abastos. Presume de ser cascamorrero desde los ocho años y de ser horquillero de la Virgen de la Piedad desde hace quince. Está casado desde hace 27 años “con el amor de mi vida, Elisabeth”, y tiene dos hijos: Sebastián y Elisabeth. Actualmente trabaja de conductor en la plataforma logística de Mercadona.
Además de todo esto y de su anonimato social, Ramón Rodríguez es un pregonero casi profesional, especialmente en el mundo cofrade. Algunos de sus pregones para cofradías y, sobre todo, el pregón oficial de la Semana Santa que ofreció en 2018, han dejado huella en la comunidad “semanasantera”. Pregonó a la Soledad en 2013; realizó la exaltación del 75 aniversario de la llegada del Cristo de la Misericordia en 2015; pregonó a la Santa Cruz en 2020; y a los Méndez en 2024; ha colaborado en numerosos espectáculos del mundo cofrade con la Banda Municipal de Música de Baza y en algunos musicales.
“Bastetano por los cuatro costados, amante de las tradiciones y costumbres de Baza, cascamorrero, portador de la Piedad, cofrade convencido y practicante y, además, buen pregonero… Ramón es la persona idónea para divulgar y publicar nuestra Feria y Fiestas”, ha reconocido el alcalde.
Ramón nos promete un gran espectáculo, en el que habrá diferentes ingredientes, para exaltar la Feria y las Fiestas de su pueblo. “Este pregón es un reto para mí; exaltar en verso a mi ciudad y a sus fiestas es un honor como bastetano. Porque, como lo he titulado, Baza es… “la historia de nuestras vidas”, ha indicado el pregonero 2025.
La historia de nuestras vidas
PRESENTACIÓN
Como dice aquel viejo fandango
dos cositas tiene Baza
que no las tiene Granada
el agua de las 7 Fuentes
la Virgen de la Piedad…
Qué suerte tuve en conocerte, Baza,
como un rayo de luz en mi camino,
como el rumor de tu agua en la calma,
como el verso más dulce y genuino.
Qué suerte tuve en conocerte, Baza,
entre tus calles, tu luz, tu quietud…
como un regalo que el tiempo me traza,
como un refugio de paz y plenitud.
Qué suerte tuve en cruzarme contigo,
Baza, rincón de mi querer
donde el tiempo se vuelve mi testigo
y mi corazón aprende a florecer.
Qué suerte tuve. Qué bueno el destino
que me llevó hasta tu mirada,
porque en tu esencia, en tu aire divino,
mi corazón encontró tu morada.
Viviré contigo mientras pueda,
Baza de historia y calor,
en tu silencio mi alma se queda,
en tu tierra florece mi amor.
Tu sierra guarda secretos antiguos,
tu cielo limpio me abraza sin fin.
En cada esquina, un susurro amigo,
una promesa que nace por mí.
Baza, rincón de luz y encanto
donde la suerte quiso que estuviera,
porque en tu tierra, sin buscar tanto,
encontré paz. Yo, algo más quisiera.
Qué bella eres para tanta inmensidad,
qué bellos tus amaneceres, llenos de intensidad.
Qué preciosas tus calles, dotadas de colores,
perfumadas por la suave brisa
de tus bellos alrededores.
La noche iluminada por tus estrellas,
que como don Enrique Pareja decía.
Noches de Baza… las más bellas.
Entre aroma de olivares,
un bastetano sueña sereno
con calles de tiempo, de aires ancestrales,
su eterno refugio ameno.
La vega tiende su manto verde
bajo la luz de un cielo cristalino
y, en sus entrañas, la historia se pierde,
entre leyendas de un pasado divino.
Tu Dama, guardiana eterna
de piedra y majestad,
testigo de siglos idos
de cultura y sociedad.
El Cerro Cepero
vela un ritual de devoción
y el agua de tus 7 Fuentes
murmura tu dulce canción.
En tus tierras fértiles
la sangre se derramó,
cuando un pendón cristiano
tus murallas asedió.
En la lucha encarnizada
tu valor se mostró,
mientras Cid -Hiaya
a su destino se rindió.
Los Reyes Católicos,
con ímpetu y fervor,
sus espadas alzaron
en busca del honor.
y en la conquista ardua
su pendón plantaron,
sobre el suelo que antaño
los musulmanes habitaron.
Baza, rincón de encanto
donde el pasado perdura
tu esencia, un dulce canto
que en mi alma madura.
Cómo recuerdo mi infancia.
cómo añoro mi niñez.
cómo echo de menos, esas tardes con mis abuelos,
bastetanos puros y de sencillez.
En Jesús Domínguez nací,
en el callejón del Almendro me crie,
entre amor, risas y juegos,
por los que siempre suspiré.
Aún guardo en mi alma amarillenta
un sabor a dulces de dulzura.
Tu voz abuela, lenta… tan lenta…
contando historias de noche oscura.
El olor a potaje recién hecho,
el rumor de la calle al mediodía
y en la tarde el murmullo
de una guitarra: la mía.
En la noche, el sonido de una hermanas
de la iglesia de la Mayor,
el redoble de sus campanas
que me llenaban con su amor.
¿Qué más versos te daría?
Si los tuyos son mejor.
Solo mi alma que te añora
sabe darte su honor.
!Viva mi tierra bastetana!
Sus gentes, su dulce olor
porque en ti, mi Baza hermosa
late eterno mi amor.
Baza, mi cuna, mi esencia, mi encanto.
La tierra que más quiero,
la que guarda mi eco en quebranto
de un perfume de amor sincero.
Porque nunca te olvidaré,
porque llevo tu nombre en mi destino,
porque de ti nunca me alejaré.
Mi pueblo bastetano, mi raíz, mi camino.
Porque eres mi refugio
donde mi alma encuentra la calma,
entre olivos y leyendas,
bajo el manto de tu alma.
Hoy te vengo a pregonar
con versos que el alma me inspira
de tu historia, de tu encanto,
como el sol cuando nos mira.
Que vivan tus fiestas y tus gentes,
el Cascamorras, tu tradición.
Porque eres Baza querida,
puro fuego del corazón.
Donde se venera un virgen pequeñita,
pero muy grande también.
Donde mi abuela me dio la oportunidad
de conocer… a mi Virgen de la Piedad.
Hoy te vengo a pregonar.
Qué suerte tuve en conocerte.
La que siempre me acompaña,
porque serás por siempre mi Baza,
la ciudad más bonita de España.
SALUTACIÓN
Señor alcalde, señores y señoras concejales, señores y señoras miembros de la Corporación Municipal.
Señores y señoras miembros del ámbito de la seguridad: Guardia Civil, Policía Local, Protección Civil, Cuerpo De Bomberos.
Señores y señoras miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Virgen de la Piedad.
Dignísimas autoridades de la ciudad de Baza, miembros de la Asociación Multicultural Cascamorras, Cascamorras que en algún año han recorrido las calles de este bendito pueblo.
Bastetanos, bastetanas… buenas tardes. Paz y bien.
He de reconocer que redactar este pregón no fue tarea fácil para mí, puesto que los que me conocéis, sabéis de mi experiencia en el atril dentro del mundo cofrade. Por eso, este pregón fue un gran reto. Hablaré de mis fiestas, del Cascamorras, de la Feria y de algunos temas más, que espero agraden al público asistente .
Mi más sincero agradecimiento al señor concejal de Cultura, don José Gabriel, por su confianza puesta en mí. Los que me conocen saben que no soy hombre de estudios ni de letras. Solo soy un humilde bastetano, que va a intentar plasmar en verso, como solo me gusta escribir, mis sentimientos y devociones a esta bendita tierra de Baza.
Gracias a mi presentador, José Gabriel, por sus bellas palabras. Me han emocionado de verdad.
Gracias a las gentes de Baza, en especial a los que me habéis ido dando ánimos, durante estos meses en los que se estaba gestando este canto a mi ciudad.
Gracias a mi familia, a mi hermano, a mi madre, por estar siempre dando amor y cariño cuando se os necesita.
Gracias a mis hijos. Fuisteis y seréis, para siempre, el mejor regalo que la vida me ofreció.
Y sobre todo gracias infinitas a mi esposa, al amor de mi vida, ELISABETH.
Otro pregón más.
¿Cuántos llevas ya?
¿No tuviste bastante este año
con el de tu Sebastián,
que ahora viene tu marido
a pregonar a su ciudad?
En este día, bajo esa luna bella que alimenta
mi corazón, por ti
se agiganta y alienta.
No hay flor en el jardín,
ni estrella en el cielo
que iguale tu mirada,
que disipa todo velo .
Eres el faro que me guía,
mi eterna bendición,
una suave caricia y tu voz:
mi dulce canción.
Que se escuche bien fuerte,
que retumbe mi voz.
Por ti mi amor:
la más hermosa de los dos.
Mi amor por ti es eterno,
más allá de mi razón.
Eres mi presente, mi futuro,
mi dulce corazón…
Me dormí siendo un hombre
en esa siesta sombría
y el tiempo me convirtió en niño
y me transportó a otro día.
Parece mentira lo que estoy escribiendo,
pero aparecí de nuevo
en el callejón del Almendro.
Allí, mis huesos eran pequeños otra vez,
los calcetines bajados
y, las rodillas, raspadas de correr.
Ese niño pequeño,
con sonrisa de cristal,
moreno y delgado,
era feliz y singular
Llevaba a sus abuelos al lado.
con lento paso serenal.
Iban recorriendo las calles
de este pueblo ancestral
El niño va
con sus manos extendidas,
entre dos amores, recordando
su infancia vivida.
Soñó, bajo ese cielo, que sus abuelos
lo llevaban de la mano,
por las calles de Baza,
secretos de un tiempo lejano.
Es aquí
donde el sol pinta de blanco las fachadas.
Los abuelos y el nieto
tres almas entrelazadas.
Caminan juntos, paso a paso
por las calles adoquinadas,
donde la historia murmura,
entre casas encaladas.
Los abuelos,
con su andar lento
y su sonrisa serena,
le cuentan al nieto historias de una guerra,
de sus penurias y sus penas.
Llegan a la Alcazaba,
donde el sol besa tierra mora,
Un alto que vigilaba
la defensa de esta tierra que enamora.
Al fondo ese cerro…. ¿Lo ves?
Se llama del Jabalcón.
Antiguamente decían
que es bendito y adivino,
porque cuando está cubierto de nubes,
agua viene de camino
Bajan a la Plaza Mayor
con su bullicio y su encanto,
donde el agua de su fuente
baila un alegre canto.
Siguen por Alhóndiga
de casas ancestrales,
donde mercaderes en posadas
contaban sus caudales.
La Alameda los llama
con sus árboles centenarios,
se sientan en sus bancos de madera
de recuerdos solitarios.
La abuela le señala la Merced,
majestuosa y altiva,
y él habla de su fe,
de su esperanza fugitiva.
De la Virgen de la Piedad,
patrona de Baza amada,
que protege a sus dos hijas
con su mirada sagrada.
Y a su hijo
que está en el cielo,
al que cada día
recuerda con anhelo.
Bajan por los Caños Dorados
y le dicen a su nieto
que, durante tantos siglos,
con sus aguas nos ha dejado saciados.
Se detienen en Los Valencianos.
Por favor.
Tres tarrinas de turrón helado
saborean el momento,
tan dulce y amado.
El abuelo le limpia
la boca con cuidado
y la abuela le abraza
con amor delicado.
Bajan por calle Zapatería,
antaño aromas de cuero,
donde los buenos artesanos
trabajaban con esmero.
El nieto les pregunta
¿y ese edificio que tanto ha cambiado?
Allí estuvimos trabajando,
de pescaderos de los Abastos. El mercado.
Bueno, todavía es temprano.
No despiertes de este letargo,
volvamos a casa,
que el camino ha sido largo.
Y así, entre risas
y pasos cansados,
los tres regresan.
El niño, encantado
Las calles de Baza,
testigos callados,
guardan sus voces,
su sueños guardados.
Vámonos para el Almendro,
que te he pedido hora.
Acá, el Jorge y el Antonio,
los barberos.
Que después te iras a dormir
a esa placeta de los Yeseros.
No quiero dormir,
no quiero despertar.
Quiero oír el reloj de la cocina
Tic, tac… tic, tac.
El crujir de la mecedora
en la tarde.
Quiero quedarme con vosotros,
de verdad
Pero como la aurora
que el alma desvanece,
el sueño se difumina,
la imagen desaparece.
El hombre despierta
con un suspiro profundo.
La almohada mojada
por un recuerdo fecundo.
Aunque su infancia quedó atrás,
en la lejanía,
la huella de sus abuelos
será para siempre su guía.
Y en el silencio de la noche,
que ahora comienza,
lleva en el alma viva
la dulce promesa
de aquel sueño dorado.
De aquel regreso veraz
del que no quiere despertar,
del sueño de este hombre fugaz.
De ser niño de nuevo
junto a sus abuelos… en paz.
Y cuando la sombra me cubra entero
y el último suspiro
se me escape al viento,
no sentiré pena…
ni el frio abrazo del final momento.
Porque cuando muera,
no me lloréis.
Solo pensad que me he ido
de la mano de mis abuelos,
a ese cielo tan querido.
Sube bastetano la cuesta.
Sube paisano a las Arrodeas.
Déjate de malos rollos
de polémicas, de peleas.
Que el 6 de septiembre
es nuestra bendita tradición
y esa carrera debes hacerla
con ahínco y devoción.
Sube bastetano,
con alma y amor.
Arriba te espera Cascamorras,
en su eterno clamor.
La tradición grita en tu piel:
!corre y píntalo!
Y nunca dudes de él.
Que la pintura sea tu bandera
Mientras, abajo, Baza y la virgen de la Piedad
lo esperan.
El pincel es tu mano,
esa la que tantos y tantos
en nuestros coches llevamos
Tus gritos al viento.
!Y no se la lleva!
Qué bendito divertimento.
El color negro rocía su piel.
Baja las Arrodeas corriendo
bajo un sol fiel.
Manchas de alegría,
trazos de tradición.
Una fiesta con tintes
de la más pura emoción.
La gente se ríe.
El pueblo se unirá.
Una marea negra correrá
Que, en las calles de Baza, fluirá
!Que corra la pintura!
Que salte el festín.
Que Cascamorras lleve su bandera,
su manto sin fin.
Un arco iris vivo gritando sin más.
!Que comience la fiesta!
!Que empiece ya!
Al cielo el tercer cohete,
símbolo que la fiesta estalla
en su clamor.
El Cascamorras corre con gran honor.
Viene de Guadix
con ansias de llevar
a la Virgen de la Piedad,
para que en su pueblo
ocupe su lugar.
Con pantalón rojo y amarillo,
como un arlequín,
corre entre la multitud
en una carrera sin fin.
La gente lo persigue con fervor.
Mancharlo de pintura
es su mayor obsesión.
Ya está asomando por las calles,
por las plazas.
La turba enardecida
de negro lo quieren ver
en su lucha divertida.
Porque si limpio llega a la Merced,
qué gran aflicción,
nuestra Virgen se irá
y no habrá salvación.
Cascamorras huye
con ágil pie,
pero lo negro lo alcanza.
!No puede ser!
Los Caños Dorados brillan
sabiendo lo que ha de venir.
Tienen entre ceja y ceja
a ese accitano,
que en sus aguas se refleja.
Se resiste, corre, salta, se revuelca
entre la gente que lo espera
y, el que ha logrado atraparlo,
le arrebata su bandera.
Se zambulle en la alegría,
entre aceite y tradición,
y el agua limpia le deja
la esencia de su corazón.
El agua corre a borbotones,
mientras lo capuzan y le cantan
Emerge como un Poseidón,
de los Caños se levanta.
Llega un momento de emoción:
todos abajo, de rodillas.
La bandera la despliega con honor
mientras Baza aclama !Cascamorras!
Con pasión y con fervor
La bandera ondea al viento,
símbolo de unión y valentía,
testigo de su promesa,
que él renueva cada día.
Porque en cada jura de bandera
el bastetano jura lealtad
a su Virgen, a su pueblo
a su historia y su identidad.
Se escucha el redoble de un tambor,
la multitud hace un pasillo,
por la fiesta y su fulgor
Baza es un mismo grito:
!que corra Cascamorras!
!Dejadlo correr un poquito!
Corre, Cascamorras, corre.
Que Baza te persigue
como un fugitivo errante.
Tu escapatoria prosigue.
Corre, Cascamorras, corre
que es tu luz y tu destino.
Pobre será tu huida,
porque te atraparan en el camino.
Corre sin parar,
que el pueblo te sigue,
que te van a alcanzar.
Se resigna, de verdad,
cuando lo atrapan por la ciudad
En la Merced,
el clamor se desata,
el tambor resuena,
la emoción se dilata.
Cascamorras, figura de antaño,
con su porra en la mano
desafía al engaño.
Ante la Merced,
la puerta se alza.
Un umbral sagrado,
donde la fe se abraza
Las campanas lo anuncian,
la Virgen espera,
mientras el pueblo aclama
con pasión más sincera.
La iglesia abre sus puertas
mientras el pueblo grita
y él, audaz entre las sombras,
busca esa Virgen bendita
Allá en el altar,
con mirada serena,
observa la contienda
que en su plaza resuena.
Cascamorras avanza
con paso decidido
hacia la Virgen de La Piedad,
su destino elegido.
Ella es la meta,
el símbolo sagrado
por el que Cascamorras
se siente impulsado.
Y al fin, exhausto y triunfante,
y una vez ya lavado,
de rodillas, en aquel reclinatorio,
su devoción se desborda,
su tradición que vive,
su historia se borda.
Cascamorras,
símbolo de un pueblo unido.
En la plaza de la Merced
su destino ha cumplido.
Que siga vivo el rito
por siempre en nuestra alma.
Cascamorras, la leyenda
que el tiempo no calma
¡Porque bastetano soy!
Y grito con pasión
!Viva la Virgen de la Piedad!
!y viva esta bendita tradición!
!Ay!… qué recuerdos del Cascamorras
subiendo a las Arrodeas,
pasada la Plaza de los Toros,
me dicen a lo largo de la subida.
!Mira, si es el hijo del Arroy
!Es verdad, es igualito a su padre!
Este pregonero se llena de emoción
cuando escucha eso en el ambiente…
Porque subiendo las Arrodeas
encuentro a mi gente,
mi pueblo gitano,
libre y valiente.
El viento, sus risas lleva cantando,
historias de sueños,
de amores volando.
Su duende brilla,
su arte se enciende,
mientras tocan las palmas
y el cajón les comprende.
Somos raíz que no se olvida,
sangre caliente,
alma encendida.
En las Arrodeas late nuestro canto,
gitano y puro,
eterno y santo.
Nací gitano
bajo el cielo abierto,
con el sol por cuna
y el viento por voz.
Mi alma ya traía
marcada mi sangre,
bendecida por Dios.

Nací gitano, con orgullo fuerte,
llevando en mi ser la herencia bravía,
un espíritu libre hasta la muerte
que no se doblega a la tiranía.
Nací gitano y mi alma lo sabe.
En cada latido, en cada palpitar
llevo la fuerza que no claudica,
un fuego que siempre sabrá brillar.
Mi alma nació al son de una guitarra,
en el quejío hondo que el alma desgarra,
mis ojos conocen la noche estrellada
y mi corazón la pena callada.
Porque este pregonero,
hasta hoy nunca se ha atrevido a confesar
que en su infancia sufrió acoso escolar.
Y siendo padre de familia,
también en el mundo laboral.
Nací gitano, con alma de sol.
Pero, en la escuela, la sombra cayó
como un triste crisol:
palabras hirientes. En mi alma se grabó.
!Ramón, gitano!, gritaban sin fin.
Como si un insulto fuera mi nombre
sentía en mi pecho un motín.
La vergüenza, como un pobre hombre.
Sus risas crueles,
como dagas de cristal,
atravesaban mi corazón.
Me sentía, extraño, fatal.
Ajeno a un mundo sin razón.
Lloraba en el silencio,
en las noches oscuras,
pidiéndole a la luna.
¿Por qué mi origen causa fisuras?
La rabia crecía.
Un nudo en la garganta,
queriendo gritar mi orgullo al viento.
¿Acaso mi sangre
debe arrancarse en un mal momento?
Aprendí a llevar la pena escondida,
a mostrar al mundo mi rostro sereno,
pero en mi memoria quedó la herida,
la cicatriz de aquel cruel veneno.
En el trabajo,
mi ideas, mis logros, apenas valían,
Mi esfuerzo constante, no lo veían.
Sentía la brecha, la cruel diferencia
marcada en mi nombre,
con mala querencia.
Callaba a menudo, tragando la pena,
temiendo perder esa exigua almena
de un sueldo, que apenas mi hogar sostenía,
sufriendo en silencio, la cruel ironía.
Nací gitano,
con manos dispuestas
a dar lo mejor
de mis dulces gestas.
Me llaman gitano,
como si fuera un pecado,
como si mi sangre ardiente
fuera un verso equivocado.
Pero llevo en mis venas
el fuego de mil caminos,
el eco de la guitarra
y el ritmo de los destinos.
Se ríen porque bailo
con el alma en los talones,
porque canto a las estrellas
y hablo con los corazones.
Que sigan con sus burlas,
que sigan sin entender,
que mi pueblo es de luna y plata
y no me da vergüenza ser.
Tenemos la sabiduría de la calle,
la astucia aprendida en cada rincón,
una filosofía que nunca falla,
que late al ritmo de cada canción.
Amamos la familia
con alma gitana,
el calor del hogar,
la noche serrana,
el abrazo sincero,
la mesa compartida
donde el amor florece duradero.
Honramos a los mayores,
fuente de saber
que guardan las historias de nuestro linaje.
Su consejo es la luz que nos hace ver
su experiencia, un valiosa bagaje.
Que mi voz resuene con fuerza y orgullo,
que el mundo conozca mi estirpe sin igual.
Llevo la sangre gitana como un arrullo,
un tesoro preciado que no tiene igual
Así soy yo: gitano de pura cepa.
Con mis defectos y mi nobleza, también
llevo en mis venas la herencia
de ser gitano. No me avergüenzo. Amén.
Hubo en Baza un lugar,
lleno de pellizco y encanto,
donde a diario la gente acudía…
no sabéis cuánto.
!Oh!… mi viejo lugar
lo recuerdo en quebranto.
Un fantasma del ayer.
Tus puestos coloridos,
el bullicio, recuerdo en este pregón,
se disolvieron en la nada,
como una triste canción.
Recuerdo los sábados en la mañana,
llenos de frio y de sol,
las cestas repletas,
el ir y venir… veloz .
La fruta temprana,
la carne rosada,
la sardina fresca,
de la lonja recién llegada.
Tuvo mi Baza un lugar
!Ay!… Tuvo esta tierra un sitio
donde retumbaban gritos de vendedoras
ofreciendo su género, con voces sonoras.
Antonio, con sus tomates bermejos,
y Alfonso, el carnicero,
con sus deliciosos embutidos
y su fresco cordero.
Antonia “la Caracola”,
con voz alta y alma marinera,
anunciaba la pesca del día,
para el que comprar quisiera.
Tuvo Baza un lugar
lleno de pellizco y encanto,
crucigrama de adoquines
sobre aquel suelo bendito.
Cuatro rayitos de luz
se unían siempre en un signo:
el olor a fruta fresca, a pescado,
a vida cruda.
A gritos, que resbalaban el costado.
El eco entre puestos,
monedas resbalaban por los dedos,
el pan olía a horno en la mañana,
las sombras se arrastraban como credos.
El pulso de la calle,
el tacto humilde de lo necesario,
el peso justo,
bandeja de acero y peso calculado.
!Cómo te echo de menos!
viejo mercado,
donde hasta el tiempo
sabía a lo comprado.
Hace tiempo hubo un lugar,
lo dice el recuerdo mío,
donde comía churros en la cafetería
que Ricardo y Mary
a la entrada tenían.
Tuvo Baza un lugar
y el lugar ya no es el mismo.
Cerró sus puertas, quedó vacío,
en un silencio profundo,
en un recuerdo sombrío.
Se transformó… en Centro Joven
hace años convertido.
!Maldito el día!
en que caíste en el olvido.
Ahora solo queda el eco
de un rumor que fue canción,
que en mi bolsa de recuerdos
guardo en mi corazón.
Eras el latido del pueblo entero,
un crisol de vidas,
sincero y certero,
donde se tejían las redes vecinales,
donde había calor humano,
sin prisas ni males.
¿Dónde se marcharon las voces?
Los rostros queridos…
¿Dónde se marchó la bulla?
Los sueños vividos
se fueron con la brisa,
con el correr del instante
grabando en mi memoria,
una sombra constante.
Por él, este poema que escribo,
románticamente herido,
que sueña volver a verte,
que sueña volar contigo.
Y aunque sé que es imposible,
porque es un canto al vacío,
hoy quiero gritar… bien fuerte,
con vosotros por testigo.
Que Baza tuvo un lugar
lleno de pellizco y encanto,
donde viví sentimientos
y lo digo con emoción y llanto.
Yo nunca te olvidaré,
donde mi infancia comenzó su camino
Yo jamás te olvidaré,
Mercado de Abastos… divino.
!Ay…! mi feria de Baza.
Eres crisol de alegrías,
donde el alma bastetana,.
florece durante 10 días
Donde la luna se baña
en tonos dorados,
un brillo nocturno
de sueños bordados
Bastetano,
permíteme llevarte en verso,
paso a paso,
por ese laberinto de luces,
sin prisa ni retraso.
El sol de septiembre,
con su abrazo dorado,
pinta de oro sus calles
y un sentimiento renovado
por el ir y venir de gentes de esta tierra,
con su paso sosegado.
Sale de su rutina diaria
transformándolo en sonrisa,
en un encuentro alegre
que su corazón le avisa.
Desde lejos se escucha
la música vibrante,
un eco de alegría
que se hace más constante.
Al acercarnos al Ferial,
qué precioso recinto, engalanado
de bombillas y farolillos,
vestido con amor delicado.
La portada imponente,
con sus luces de colores,
nos da la bienvenida,
disipando los temores.
Entremos juntos,
bastetano amigo.
Con paso decidido,
vamos a dejarnos llevar
por el ambiente encendido.
!Mira de frente!
Ese aroma que embriaga,
ese humo que se eleva,
que a la gente le halaga.
Son los pinchitos morunos,
manjar aquí tan preciado,
con su danza de especias,
al fuego abrazado.
Porciones de carne jugosa
adobada en secretos,
receta celosa.
Comino y pimentón,
la cúrcuma dorada,
un toque de orégano,
la hierba estimada,
el cilantro fresquito,
en su verde presencia
despierta los sentidos
con grata insistencia.
El aire se impregna
de un olor tentador,
que atrae a las gentes
con fuerza mayor.
!Bastetano, vámonos!
A esas carpas cubiertas,
que las casetas nos aguardan,
con sus puertas abiertas.
El vino generoso
empieza a correr
y el eco de las palmas
nos quiere acoger.
Sintamos el ritmo
que el aire transmite,
las sevillanas alegres
que el ambiente repite.
Busquemos un rincón
donde el cante florezca
y la amistad sincera
con fuerza nos crezca.
Entre farolillos de vivos colores
olvidamos nuestras penas,
los tristes sabores.
Bailamos al son de sevillanas vibrantes,
contagiándonos a todos
con risas constantes.
Comamos migas, arroz,
gachas, calamares;
probemos la comida,
disfrutemos de estos manjares.
Ese jamón que se deshace
con suave ternura
y las aceitunas jugosas
con su verde figura.
Brindemos con fuerza,
abrazando la copa
por la vida; los sueños,
por la gente que arropa.
Que la tarde se extienda
sin prisa ninguna
y que la felicidad sea
nuestra única fortuna.
Pero la tarde declina,
con tonos rojizos,
la Feria palpita,
con suaves hechizos.
!Ven bastetano amigo!
Acércate poco a poco,
con paso tranquilo,
que un vino dulce espera,
con néctar surtido.
Un elixir dorado
de uvas maduras,
que endulza la charla,
que calma las duras.
!Cuántos años!
llevará subiendo y bajando
ese bastón,
para llenarle la panza
a ese gordinflón.
!Amigo bastetano!
mi apreciado hermano.
Llevemos a nuestros pequeños cariños,
que todavía no hemos montado,
a nuestros benditos niños
En la noria bonita,
como una luna viajera,
los abraza al cielo
con su suave vaivén,
mostrándoles la feria
que bulle también.
En los caballicos
de crines doradas,
con música alegre
y monturas pintadas.
Los llevará lejos.
A mundos de ensueño,
donde la fantasía
no tiene diseño.
En el tren de la bruja,
con sombras inquietantes,
despertará sustos,
pero al instante,
las risas nerviosas
romperán el hechizo,
guardando un recuerdo
con dulce pellizco.
En el barco pirata,
con su bravo balanceo
los hará sentir la aventura:
!el mareo!
Suave y divertido,
que agita su panza,
mientras gritan juntos,
con loca esperanza.
!Montémonos con ellos!
Sintiendo su anhelo,
reviviendo en sus ojos
nuestro propio cielo.
Que la feria de Baza,
con su encanto infantil,
les deje memorias
de un tiempo sutil.
!Amigo bastetano!
Que la noche ya extiende
su manto estrellado.
!Vamos, amigo!
Que la noche es joven aún.
Aunque tengamos una edad,
no pidamos perdón,
vámonos a las discotecas,
donde late otro son.
Luces de neón
pintan la atmósfera oscura
y la música invita
a olvidar la cordura.
El bajo retumba
con fuerza vibrante,
mezclándose voces
en un eco constante.
Busquemos un hueco
entre la multitud,
dejémonos llevar
por la alegre actitud.
El hielo tintinea
en el vaso que espera,
un trazo que enciende
la chispa ligera.
Charlas animadas,
secretos al oído,
miradas que cruzan
con brillo encendido.
!Tengo hambre, amigo bastetano!
Pues vámonos a esa esquina.
Donde el gentío se agrupa
está la reina del sabor,
sin que nadie la interrumpa.
Su carro brillante
es un altar de carbón,
donde se alza Joaquina “la Papona”,
para nuestra feria un don.
No es una patata, no.
Son las de la papona bendita,
asadas a la perfección,
con su piel que crepita.
Envueltas en plata
como un tesoro escondido,
el bastetano espera su turno
con su aroma encendido.
La noche se acaba.
!Vámonos, bastetano amigo!
Que el antojo nos llama
a ese puesto humilde
con dulce proclama,
donde el aceite chispea,
como una suave canción,
y la masa dorada
nos brinda de emoción
Los churros se hacen,
con arte y destreza,
largas espirales
de crujiente belleza.
Recién hechos, calientes,
con brillo sutil,
esperando el abrazo
del chocolate gentil.
Un contraste de texturas,
la magia del paladar.
Un placer sencillo
que sabe endulzar.
!Mira, bastetano amigo!
Contempla la luna llena
que alumbra la fiesta.
!No!, son los fuegos artificiales,
con su magia gesta.
Pintando el cielo oscuro
de luces fugaces,
dejando en el alma
recuerdos capaces
de hacernos sentir,
con orgullo rotundo,
de ser de Baza
en este hermoso mundo.
De pasear por tu Feria,
Baza de mi querer,
es sentir la alegría
de cada amanecer .
Y en estos días festivos,
llenos de colorido,
este humilde bastetano
os dice, sincero y sentido,
que mi alma y mi corazón
proclaman, en lo más profundo,
que esta es mi Feria de Baza,
la más bonita del mundo.
Cómo voy a olvidarme de ti,
mujer bastetana.
Sea abuela, madre, esposa, hija o hermana
la que siempre acompaña,
hoy te quiero piropear
con suspiros de España.
Cómo olvidarme de ti,
mujer bastetana.
Tu recuerdo nunca se irá,
como una huella imborrable
que en mi alma está.
Tu esencia,
como perfume de geranios
en floración,
perdura en mis días
con profunda vibración.
Cómo olvidar tus ojos,
luceros de nuestra sierra,
que en cada mirada
encierran la paz de esta tierra.
Tu voz es…
melodía que el viento trae suave,
sonido de este pueblo,
como el cante de un ave.
imposible borrar
la calidez de tu sonrisa
que, como el sol de septiembre,
se esconde en el horizonte… sin prisa.
El eco de tus pasos
por las calles de Baza
se queda resonando
como eterna amenaza.
Cualquier intento mío
de dejarte en el olvido
nunca será posible,
porque en mi ser ha quedado tejido.
Tu sonrisa…
un faro en la lejanía,
que ilumina mi alma
y mi alma confía.
Eres la bella flor,
la joya escondida,
preciosa mujer,
en Baza nacida.
Pero… pero cuando llega
el 8 de septiembre
y en las carrozas puedo verte,
mis ojos lo comparten,
porque mirarte bastetana…
eso es punto y aparte.
Bajo el cielo de Baza,
que el sol dora y calienta,
eres la flor que se despliega
con gracia que alimenta.
La vista y el alma,
con tu porte sereno,
mujer de esta tierra,
de linaje pleno.
Tu traje de flamenca
es un lienzo de color,
donde la alegría
pinta su vibrante fulgor.
Tus volantes al vuelo,
suspiros al danzar
y ese lunar travieso
es un guiño singular.
Mujer bastetana
de alma fuerte y serena,
luces de flamenca
con tu belleza llena.
Tu mantilla de encaje
es misterio y tradición,
que enmarca tu rostro bello,
de pura emoción.
Tus ojos…,
dos luceros de belleza bastetana,
reflejan la alegría
que en tu corazón emana.
Tus labios…,
como claveles de rojo encendido,
sonrisa que contagia
mi corazón florecido.
Aromas de jazmín
y de vino oloroso
se mezclan con tu esencia,
como un perfume generoso.
Y en la procesión…
bajo el sol de la tarde,
tu estampa es un tesoro.
Mujer de Baza,
de gran belleza y decoro.
Vestida de flamenca,
un pensamiento hecho verdad:
belleza que en esta tierra
siempre tendrá su heredad .
!Ay qué arte, qué elegancia!
Qué salero al caminar,
porque, bastetana, eres un suspiro
que no se puede olvidar.
Y ahora, qué te digo
cómo puedo empezar.
Señora de la Piedad,
¿qué más puedo decir?
Mi corazón se desborda.
Un sentimiento difícil de escribir.
Después de tantas plegarias,
de mirarte con profunda fe,
las palabras se quedan cortas
ante tu imagen,
madre… ante tu ser.
Te he contado mis alegrías,
mis penas, mi dolor,
He buscado en tu rostro sereno
un bálsamo, un soplo de amor.
He sentido tu presencia
en los momentos de mayor quebranto
y tu piedad en el silencio
ha sido mi mejor encanto.
He visto las lágrimas correr
por las mejillas de tus devotos
ofreciéndote sus anhelos
sus juramentos y sus votos.
He escuchado cantos en tu novena
que elevan el alma hacia Ti
y he sentido la fuerza de un pueblo
que su fe nunca va a rendir.
Ahora…
frente a tu imagen sagrada
me invade la gratitud
por sentir tu amparo constante,
tu infinita juventud.
Por las veces que me has escuchado,
sin necesidad de hablar,
por esa paz que emana de Ti,
que mi espíritu sabe calmar
¿Qué más puedo decirte?
Señora de la Piedad angelical,
quizás solo seguir sintiendo
tu presencia celestial.
A seguir buscando refugio
en la dulzura de tu mirar
y aprender de tu fortaleza
para poder siempre avanzar
A guardar en mi memoria
este instante de profunda conexión,
mi eterna y fiel devoción.
!Ay!… mi Virgen de la Piedad,
tesoro de mi corazón.
Tu nombre me evoca recuerdos
de una dulce y bella canción.
Mi abuela, con voz suave,
me enseñó tu amor sin igual.
En sus ojos brillaba la fe
que hoy me llega especial.
Me hablaba de tu hallazgo,
de aquel humilde Juan Pedernal
y de cómo tu presencia
trajo alegría celestial.
Me contaba del Cascamorras,
de su afán por llevarte lejos,
pero el pueblo de Baza,
con fuerza y pintura,
te protegió sin complejos.
Me enseñó a rezarte con fe,
a pedirte con humildad,
a buscar en tu mirada,
consuelo y .
Hoy… mi abuela ya no está,
pero su legado vive en mí,
porque el amor por Ti
florece cada día aquí.
Cada vez que veo tu imagen
siento su mano en mi hombro
y escucho su voz suave
nombrándote con asombro.
Porque en cada recuerdo de mi abuela
tu presencia se hace fuerte
y sé que desde el cielo
ella te ama hasta en la muerte.
Y yo, siguiendo su ejemplo,
te veneraré sin cesar.
!Ay!… Virgen de la Piedad,
mi amor, siempre, te ha de cantar.
Como canté aquel pregón de 2018
y le dije a tus hijos…
“pero quién fue quien te hizo,
Señora de la Piedad.
Pues yo lo sé, bastetanos,
y hoy os lo voy a anunciar,
porque a nuestra Virgen de la Piedad,
la que habita por san Juan,
la patrona de esta ciudad,
la que cada corazón bastetano
lleva en su anhelo,
la esculpieron y la hicieron
los mismísimos ángeles del cielo”.
Pues hoy, desde aquí, seguiré diciendo
con amor sincero:
Virgen de la Piedad,
celestial aparición,
que manos angelicales
plasmaron tu bendición.
Que en un susurro de estrellas
y con la luz de la luna
modelaron tu rostro dulce,
sin sombra alguna
Que Gabriel,
con cincel de aurora,
talló tu semblante sereno,
impregnando en cada trazo
un amor puro y pleno.
Que Rafael,
con alas de seda
te vistió de gracia y plenitud
haciendo de tu imagen santa
un faro que siempre da luz.
Que Miguel,
con fuerza divina,
te dotó de protección,
para que tu pueblo de Baza
sintiera tu bendición
Y que los coros celestiales
entonaron cantos de amor,
al ver llegar a esta tierra
tan celestial fulgor.
Que tu mirada refleja
la paz del edén dorado
y tus manos, sosteniendo a tu hijo,
el amor más elevado.
Que no fue una mano terrenal,
con martillo y cincel mortal,
sino el arte divino
que te hizo celestial.
Que en tus ojos se vislumbra
la bondad del Creador
y en tu silencio profundo
se escucha tu dulce voz de amor.
Que así te veneramos
Virgen de angelical factura,
un regalo de lo alto
que nuestra tierra asegura.
Que en cada feria,
en cada plegaria,
elevamos nuestra voz,
agradeciendo al cielo
que te enviara para nuestra unión.
Y seguiré diciendo
como en aquel pregón…
!Virgen de la Piedad!,
con esta humilde exaltación,
quiero honrar tu misterio santo,
tu bendita creación.
Y guardo en mi alma
la certeza singular:
que Tú bajaste del cielo,
para en Baza poder reinar.
Se acerca la feria,
el alma lo presiente.
Un palpitar alegre
que inunda a su gente
!Bastetano, despierta!
Que ya huele a Feria.
A aromas de frituras,
a sevillanas vibrantes
que mueven las cinturas.
Las calles se engalanan
con luces de colores
despertando en la mente
las más vivas pasiones.
Prepárate para vivir días intensos, alegres,
donde la bulla se inunda
y los pesares se nieguen.
El Recinto Ferial
será un hervidero de risas,
de encuentros anhelados.
Disfrútalo tranquilo. Sin prisas
Con amigos y familia
la fiesta comparte
en cada brindis, en cada baile,
porque tu corazón late.
Siente el orgullo, bastetano,
en cada rincón.
Nuestra tradición fluye
con fuerza y con tesón.
Así que…
sal a la calle
con paso decidido, fuerte.
Disfruta cada instante,
que ahí está tu suerte.
Que la Feria de Baza
te abrace con su encanto
y guarda en el alma recuerdos,
que esta vida no dura tanto.
Que es un breve soplo,
un murmullo fugaz,
un instante temporal,
un efímero compas.
No dejes que el tiempo
se escurra entre tus dedos,
disfruta cada aliento,
rompe ya tus miedos.
Levanta la mirada
al sol que te ilumina,
siente la brisa fresca
que en tu alma se encamina.
Cada amanecer es un regalo,
un nuevo despertar,
una página en blanco,
para poder empezar a amar.
No pospongas la dicha,
la alegría de existir,
que el mañana es incierto
y hoy hay que vivir.
Un baile improvisado,
una canción entonada,
una simple caricia,
una mirada apasionada.
!Bastetano!, ¡Bastetana!
Que la vida es un suspiro,
un fugaz resplandor.
Disfrútala con ganas,
con todo su valor.
Que el reloj no detiene
su marcha imparable
y cada instante de vida
es un regalo inestimable.
No pospongas tus sueños,
tus ganas de volar.
Que la existencia es corta,
no hay tiempo que malgastar.
Disfruta en estas fechas
con alegría de vivir.
Que la feria te abrace
y te haga muy feliz
!Bastetano!, ¡Bastetana!
Esta es tu fiesta.
Vívela con pasión,
que en cada recuerdo,
quede una bella canción.
Vive la feria con júbilo desbordante,
que cada segundo
sea un recuerdo constante.
!Feliz Feria, bastetano!
Que la disfrutes sin fin
y que la alegría, siempre,
florezca en tu jardín.
Apresúrate…
a ese Recinto Ferial,
que la alegría de Baza
no espera jamás.
!Viva la Feria de Baza!
Alegre y sentida.
!Viva la Virgen de la Piedad!
Por siempre bendecida.
En la feria te espero,
por sus calles caminaré.
!bastetano querido!
ven pronto. Te esperaré.
Que ya comienza la Feria,
con fuerza y con fe,
y toda Baza unida gritando
con un OLE Y OLÉ.
Porque curas nuestras heridas,
Baza, formarás parte, por siempre…
de la historia de nuestras vidas.
HE DICHO.
Este pregón finalizo su escritura en el año de nuestro Señor
23 de Mayo 2025
