6. Mercedes Samaniego Morenate: La luz del barrio, tejiendo pueblo.

Por Juanra Gil van Gils. 

Hoy os traigo el primero de los perfiles/semblanzas de personas del pueblo que hacen mucho por la ciudad, pero que nunca tienen puesto el foco sobre ellas, que lo hacen desde el anonimato cada día como una hormiguita. Por suerte, todos estos años haciendo cosas por Baza ha hecho que entraran en mi vida personas maravillosas que quiero que también entren en vuestra vida, aunque sea por esta pequeña mirilla. Hay muchas razones por las que quería comenzar esta serie por Mercedes, pero comprenderéis que hay cosas que me tengo que guardar para mí. Hoy vamos a hablar de una persona buena, humilde, generosa… lo que es mucho en los tiempos que corren. Hoy vamos a hablar de Mercedes Samaniego Morenate.

A Mercedes la vida me la trajo a través del plano que nos daba el ayuntamiento a los concejales que formábamos parte de la Comisión de Cultura, que ejerce de jurado de las Cruces de Mayo, y entre las cinco cruces que estaban ese año representando a la Asociación de Vecinos Avángel. Eran otros tiempos, sin contar cruces con barra, el barrio presentaba cruces en la Plaza del Santo Ángel, Calle Rioja (una preciosa cruz vecinal que ganó aquel año), calle País Vasco y Calle Amapola. De entrada había que encontrar la calle Amapola, calle singular muy estrechita, en cuesta y con curva de izquierda (según subes) donde hay un número limitado de vecinos y vecinas. Y allí estaba Mercedes, con la Cruz montada en el Porche de su cueva, junto a su inseparable madre, Lola, Dolores Morenate Navarro, de la que quería hablaros hoy también, pero tendremos que dejarlo para dentro de un par de semanas porque ambas merecen espacio por separado para ser justos con ambas, porque la vida de ambas merece ser contada aunque sea brevemente.

Me encantó y encandiló lo que allí vi, como año tras año desde entonces. Una familia siempre con los brazos abiertos, una madre y una hija que pasan entre 6 y 8 meses al año echando ratitos para decorar cada año la cruz, su cruz, una cruz que es una promesa de Mercedes de cuando la operaron de aquel tumor que por suerte pasó… y que lleva más de 20 años vistiendo. Esto, que parece no tener importancia, ya justificaría este artículo por sí mismo. Como decía antes, solo en el barrio eran 5 las cruces que se vestían sin barra… poco a poco lo estamos perdiendo, es una fiesta cada vez más fiesta y que está perdiendo esa esencia de regalarle desde unos vecinos y vecinas un trabajo tradicional a cambio de echar un ratillo juntos, de hacer comunidad. Y ellas ahí siguen, brindándonos gratis la esencia de esta tradición. No dejéis de visitarlas en esas fechas, ganan premios también, pero el premio es poder compartir con ellas.

Mercedes ha vivido muchas vidas. Una infancia feliz pero con apreturas, como casi todo el mundo en esa época, y una juventud y años posteriores en los que pudo disfrutar de la vida. Trabajaba en el textil, como encargada primero durante muchos años, después montó su propio taller, aunque aquello por desgracia no salió bien. Le encantaba hablar con todo el mundo, y bailar, sobre todo bailar en las discotecas de la época. Era (y es) muy guapa, en más de una ocasión me han comentado que a los chicos les gustaba, y mucho, pero ella dice que era más por pizpireta, porque se vestía distinto porque se cosía su propia ropa. Pero hay hechos que dicen lo contrario, como que fue la Miss del barrio en el 79 y ese mismo año Miss Baza, así que algo más que simpatía tenía que haber. Tras cerrar el taller estuvo en Francia, y en Motril, para pagar unas púas que se habían quedado por ahí, y estando en Motril, llega la decisión que hace que cambie su vida y pase a otra vida distinta a la anterior.

En ese momento, hace unos 25 años, se cruza todo, y simultáneamente se encuentra a su madre Dolores con muletas (tuvo que operarse la cadera), a su padre enfermo del cáncer que un par de años después se lo llevó a los 74 años (Emilio Samaniego Sánchez) y a su tío Tomás (hermano de su madre y soltero) que hace que necesite cuidados permanentes. Cuando estaban a punto de ingresarlo en una residencia, Mercedes decide que no, y que ella se vuelve de Motril y se va a dedicar a atender a los suyos. Desde ese momento, una vida de dedicación a los demás, poniéndose ella siempre como la última en la lista de prioridades. Es muy dura, y muy solitaria la vida del cuidador/cuidadora. Ella la eligió renunciando a esa vida alegre e independiente que llevaba, para pasar a buscar la felicidad en bienestar de los suyos. Como mucha gente, que también merecen artículos como éste aunque solo sea por esa dedicación, y a los que aquí en la persona de Mercedes quiero extender mi reconocimiento, admiración y agradecimiento por darse de esa manera.

Y en eso sigue… En junio, cuando me tuvieron que ingresar con la neumonía, coincidí con Dolores en observación y después en la planta de Medicina Interna… y allí estaba Mercedes, a la que sólo le faltó ponerse a cuidarse a mí también, como si no tuviera bastante con lo suyo… Por suerte Dolores salió bien, y ahí sigue haciendo sopas de letras y croché en su casa. Agradezco enormemente haber podido compartir, y darnos cariño, en esos días en los que no acabas de entender qué y por qué está pasando (y 8 días en el hospital no pasan como 8 días normales).

Además de todo esto, Mercedes está siempre para sus vecinos, desde lo más sencillo como apartar un plato de cada comida para su vecino inglés, a compartir la agonía con su vecina Marian, de República Dominicana y pareja de José el Manco… Se preocupa por todos sus vecinos y vecinas, es como el “Ángel de la Guarda” de todos ellos… Aunque ella tiene su Ángel de la Guarda, porque todo se devuelve en esta vida, su vecina Antonia. Lo interesante de todo esto es que personas como Mercedes, que como decía su tío Tomás tiene Ángel, tiene Gracia (como la tuvo su abuela). La Gracia de construir barrio, de hacer que los vecinos y vecinas estén unidos en estos tiempo de individualismo extremo que corren.

Podría seguir mucho más, pero si me paso de largo se pierden cosas, cuando os hable de Dolores si se me ha pasado algo importante os lo pondré. Quiero cerrar con el mensaje que Mercedes me ha pedido que os dé en su nombre. Mercedes quiere que recuperemos la humanidad, Humanidad con mayúsculas diría yo, y que volvamos a preocuparnos aunque solo sea de nuestros vecinos y vecinas más cercanos, que nadie tenga que vivir solo estando rodeados de gente. Creo que es un mensaje GIGANTE y el mejor cierre que podemos tener. Gracias por tanto, Mercedes.

NO PERMITAMOS QUE NADIE ESTÉ SOLO ESTANDO RODEADO DE GENTE. MERCEDES SAMANIEGO MORENATE

¡Buena semana!